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[Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
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[Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
El esfuerzo del uruk-hai fue en vano, corría con toda su energía, pero la flecha fue mas rauda y plenamente certera, antes de caer al suelo ya había muerto.
Althärien miró a su alrededor, aquel era el ultimo. Su hermano Eldannar se acercó al cadáver con paso lento para recuperar la flecha que acababa de soltar mientras los demás hacían lo propio con las suyas.
El grupo de batida uruk había estado formado por veinte exploradores, ellos eran solo siete, como siete habían sido las criaturas que habían muerto antes de ser conscientes de su presencia. El resto del combate había sido rápido y algunos incluso habían tratado de huir para informar a sus amos, sin lugar a dudas, pero los veinte yacían ahora sobre el suelo cubierto de broncíneas hojas.
Althärien bajó la mirada hasta Carchurlug, su espada, que ahora estaba cubierta de oscura y espesa sangre de uruk. Se acercó al uruk-hai caído más cercano y se arrodilló a su lado, dispuesto a limpiar la hoja con sus ropas. El gorgoteo procedente de la garganta del uruk llamó su atención, los crueles ojos de la criatura le devolvieron la mirada, una mirada llena de odio. El uruk trató de gruñir, pero lo único que consiguió fue hacer gárgaras con su propia sangre.
Althärien apoyó la hoja en el cuello de la criatura y, con un rápido movimiento, acabó con su rastrera vida. Del corte surgió un espeso coagulo de sangre y el gorgoteo se incrementó un momento para detenerse definitivamente un segundo después.
El elfo se puso en pie y volvió a mirar a sus centinelas.
— Aseguraos de que todos están muertos — ordenó.
Todos se dispusieron a cumplir su orden, pero Eldannar se detuvo de pronto.
— Estás herido — dijo mirando el brazo de su hermano mayor.
Althärien bajó la mirada y vio como la sangre empapaba la manga de su camisa.
— No es nada, solo un rasguño — replicó quitándole importancia.
— Podría ser grave — insistió Eldannar —, sus armas podrían estar emponzoñadas, deberías hacer que te…
— Eldannar — cortó. Al darse cuenta del tono tajante que había usado, esbozó una leve sonrisa — Estoy bien. Asegurémonos de que no queda nada que pruebe nuestra presencia aquí.
Althärien miró a su alrededor, aquel era el ultimo. Su hermano Eldannar se acercó al cadáver con paso lento para recuperar la flecha que acababa de soltar mientras los demás hacían lo propio con las suyas.
El grupo de batida uruk había estado formado por veinte exploradores, ellos eran solo siete, como siete habían sido las criaturas que habían muerto antes de ser conscientes de su presencia. El resto del combate había sido rápido y algunos incluso habían tratado de huir para informar a sus amos, sin lugar a dudas, pero los veinte yacían ahora sobre el suelo cubierto de broncíneas hojas.
Althärien bajó la mirada hasta Carchurlug, su espada, que ahora estaba cubierta de oscura y espesa sangre de uruk. Se acercó al uruk-hai caído más cercano y se arrodilló a su lado, dispuesto a limpiar la hoja con sus ropas. El gorgoteo procedente de la garganta del uruk llamó su atención, los crueles ojos de la criatura le devolvieron la mirada, una mirada llena de odio. El uruk trató de gruñir, pero lo único que consiguió fue hacer gárgaras con su propia sangre.
Althärien apoyó la hoja en el cuello de la criatura y, con un rápido movimiento, acabó con su rastrera vida. Del corte surgió un espeso coagulo de sangre y el gorgoteo se incrementó un momento para detenerse definitivamente un segundo después.
El elfo se puso en pie y volvió a mirar a sus centinelas.
— Aseguraos de que todos están muertos — ordenó.
Todos se dispusieron a cumplir su orden, pero Eldannar se detuvo de pronto.
— Estás herido — dijo mirando el brazo de su hermano mayor.
Althärien bajó la mirada y vio como la sangre empapaba la manga de su camisa.
— No es nada, solo un rasguño — replicó quitándole importancia.
— Podría ser grave — insistió Eldannar —, sus armas podrían estar emponzoñadas, deberías hacer que te…
— Eldannar — cortó. Al darse cuenta del tono tajante que había usado, esbozó una leve sonrisa — Estoy bien. Asegurémonos de que no queda nada que pruebe nuestra presencia aquí.
El sol ya había comenzado a bajar por el este cuando regresaron a Serles Nimraith. Los centinelas de la empalizada, casi imposible de distinguir desde fuera si no se sabía de su existencia, les franquearon el paso sin el menor problema.
Althärien y Eldannar se despidieron del resto y avanzaron hacia el centro de la ciudad arbórea.
— Descansa, pero mantente preparado para cuando nos llame padre — le dijo Althärien a su hermano.
Eldannar se despidió con una sonrisa y subió por una de las escaleras de caracol que rodeaba uno de los altísimos robles montaña del bosque de Lindon. Althärien continuó caminando, cruzando saludos con algunos elfos, pasó cerca del magnifico Emelorn, Arbol Madre, el centro de Serles Nimraith y hogar de Thoronnir, señor de los galadhrim.
Tomó la escalera de otro de los robles montaña y después un puente hasta otro árbol. No tardó en alcanzar lo que consideraba su hogar, un grupo de flets cerrados con grandes telas y hojas que le ofrecían refugio e intimidad.
Fue cuando estaba a punto de entrar cuando notó su presencia.
— Ai, Nïriel Thoronniriell — saludó con una sonrisa.
Althärien y Eldannar se despidieron del resto y avanzaron hacia el centro de la ciudad arbórea.
— Descansa, pero mantente preparado para cuando nos llame padre — le dijo Althärien a su hermano.
Eldannar se despidió con una sonrisa y subió por una de las escaleras de caracol que rodeaba uno de los altísimos robles montaña del bosque de Lindon. Althärien continuó caminando, cruzando saludos con algunos elfos, pasó cerca del magnifico Emelorn, Arbol Madre, el centro de Serles Nimraith y hogar de Thoronnir, señor de los galadhrim.
Tomó la escalera de otro de los robles montaña y después un puente hasta otro árbol. No tardó en alcanzar lo que consideraba su hogar, un grupo de flets cerrados con grandes telas y hojas que le ofrecían refugio e intimidad.
Fue cuando estaba a punto de entrar cuando notó su presencia.
— Ai, Nïriel Thoronniriell — saludó con una sonrisa.
Althärien- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
Sujetó el pequeño frasco de tinta mientras que, con la otra mano, introdujo la punta de la pluma en el oscuro líquido, luego dejó el exceso de tinta en los bordes del cristal. Soltó el frasquito y su mano volvió a su cometido, cogió con sumo cuidado la rama de la planta y la sostuvo frente a sus ojos, alargando el brazo para mejorar su visión de la misma.
Los violáceos ojos de Nïriel miraban a la planta y a su boceto alternativamente, tratando de plasmar en el papel, lo mejor posible, lo que veía. Trazó suavemente una curva, la que fuera el tallo. Una sonrisa dulce brotó de sus labios cuando la anciana Valadhiel comenzó a cantar, como siempre hacía cuando tenían que dibujar, su voz era lenta y melodiosa:
Volvió a mojar la pluma al terminar el dibujo; escribió bajo él “Milenrama” y una breve descripción para completar el monocromo boceto: “Arbusto herbáceo tallos erguidos, vellosos y rematados con pequeñas flores de color blanco-grisáceo, a veces lilas o rosadas. Presenta hojas largas, lanceoladas, pinnadas y llamativamente plumosas”.
El rostro de la elfa se ensombreció al escuchar los versos, no pudo evitar echar la vista más de dos siglos atrás, cuando las fuerzas de Sauron atacaron los bosques de Lorien por vez primera.
— ¿Te encuentras bien, hên? — escuchar la voz de la anciana tan cercana hizo que Nïriel se sobresaltara. Asintió lentamente con la cabeza a la vez que Valadhiel lo negaba — Pareces cansada. Ve — dijo alzando la mano en dirección a la salida del flet —. Seguiremos otro día — la anciana elfa sonrió con ternura.
Nïriel volvió a asentir a la vez que se levantaba de la silla.
— Dulces sueños, Valadhiel — se despidió antes de salir del flet.
La elfa cruzó un puente tras salir, se asomó por la barandilla, apoyó los codos en la misma y miró los bosques con gesto pensativo. Aunque Serles Nimraith se había convertido en un nuevo hogar, seguía extrañando los bosques que la vieron nacer.
Nïriel se irguió al ver al rubio elfo cruzando uno de los puentes, sin pensárselo dos veces, caminó a paso ligero hacia él. En un tiempo hasta ahora, había encontrado en él algo más que un simple guardaespaldas.
Bajó el ritmo de sus pisadas cuando estuvo cerca de él. Correspondió al saludo de Althärien con una media sonrisa, los ojos de la elfa se posaron en la herida del brazo.
— ¿Qué ha pasado? — preguntó con una voz que denotaba claramente preocupación.
Los violáceos ojos de Nïriel miraban a la planta y a su boceto alternativamente, tratando de plasmar en el papel, lo mejor posible, lo que veía. Trazó suavemente una curva, la que fuera el tallo. Una sonrisa dulce brotó de sus labios cuando la anciana Valadhiel comenzó a cantar, como siempre hacía cuando tenían que dibujar, su voz era lenta y melodiosa:
An sí Tintallë Varda Oiolossëo
(Pues ahora la Iluminadora, Varda, la Reina de las Estrellas,)
ve fanyar máryat Elentári ortanë
(desde el Monte Siempre Blanco ha elevado sus manos como nubes)
(Pues ahora la Iluminadora, Varda, la Reina de las Estrellas,)
ve fanyar máryat Elentári ortanë
(desde el Monte Siempre Blanco ha elevado sus manos como nubes)
Volvió a mojar la pluma al terminar el dibujo; escribió bajo él “Milenrama” y una breve descripción para completar el monocromo boceto: “Arbusto herbáceo tallos erguidos, vellosos y rematados con pequeñas flores de color blanco-grisáceo, a veces lilas o rosadas. Presenta hojas largas, lanceoladas, pinnadas y llamativamente plumosas”.
ar ilyë tier undulávë lumbulë
(y todos los caminos se han ahogado en sombras)
ar sindanóriello caita mornië
(y la oscuridad que ha venido de un país gris se extiende)
(y todos los caminos se han ahogado en sombras)
ar sindanóriello caita mornië
(y la oscuridad que ha venido de un país gris se extiende)
El rostro de la elfa se ensombreció al escuchar los versos, no pudo evitar echar la vista más de dos siglos atrás, cuando las fuerzas de Sauron atacaron los bosques de Lorien por vez primera.
— ¿Te encuentras bien, hên? — escuchar la voz de la anciana tan cercana hizo que Nïriel se sobresaltara. Asintió lentamente con la cabeza a la vez que Valadhiel lo negaba — Pareces cansada. Ve — dijo alzando la mano en dirección a la salida del flet —. Seguiremos otro día — la anciana elfa sonrió con ternura.
Nïriel volvió a asentir a la vez que se levantaba de la silla.
— Dulces sueños, Valadhiel — se despidió antes de salir del flet.
La elfa cruzó un puente tras salir, se asomó por la barandilla, apoyó los codos en la misma y miró los bosques con gesto pensativo. Aunque Serles Nimraith se había convertido en un nuevo hogar, seguía extrañando los bosques que la vieron nacer.
Nïriel se irguió al ver al rubio elfo cruzando uno de los puentes, sin pensárselo dos veces, caminó a paso ligero hacia él. En un tiempo hasta ahora, había encontrado en él algo más que un simple guardaespaldas.
Bajó el ritmo de sus pisadas cuando estuvo cerca de él. Correspondió al saludo de Althärien con una media sonrisa, los ojos de la elfa se posaron en la herida del brazo.
— ¿Qué ha pasado? — preguntó con una voz que denotaba claramente preocupación.
Nïriel- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 06/01/2013
Edad : 35
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
Althärien bajó la mirada a su propia manga. La sangre ya se había secado y el brillante tono rojo había pasado a un apagado granate, aunque aun llamaba la atención sobre sus ropas pardas y verdes.
— Nos topamos con un grupo de exploradores uruk-hai — respondió salvando el pequeño escalón que daba entrada al flet e invitando a pasar a Nïriel con un gesto — Portaban la mano blanca de Curunír — añadió mostrándole el yelmo de cuero adornado con la marca Saruman que había recogido para mostrárselo a Thoronnir.
Se acercó a una pequeña mesa que había cerca de una de las telas que hacía las veces de pared y lo dejó sobre ella. Nïriel pudo percibir cuando volvió a mirarla que el semblante de Althärien se había ensombrecido.
— Cada vez se acercan más — dijo en poco más que un susurro — No dejamos que escapen para informar a su amo, ni siquiera dejamos rastro del combate y, sin embargo, cada vez están más cerca de encontrarnos. Los trasgos de las montañas eran un problema menor, no me preocupaban, pero los orcos de Sauron y los uruk-hai de Isengard… No son bestias salvajes.
Se desabrochó el pequeño broche en forma de hoja y dejó la capa sobre el mullido colchón. Negó con la cabeza y se obligó a desterrar pensamientos tan aciagos.
— No te preocupes por esto — dijo alzando ligeramente el brazo de la herida — no es más que un rasguño, pero la sangre tiene la capacidad de… llamar mucho la atención — añadió recuperando la sonrisa.
— Nos topamos con un grupo de exploradores uruk-hai — respondió salvando el pequeño escalón que daba entrada al flet e invitando a pasar a Nïriel con un gesto — Portaban la mano blanca de Curunír — añadió mostrándole el yelmo de cuero adornado con la marca Saruman que había recogido para mostrárselo a Thoronnir.
Se acercó a una pequeña mesa que había cerca de una de las telas que hacía las veces de pared y lo dejó sobre ella. Nïriel pudo percibir cuando volvió a mirarla que el semblante de Althärien se había ensombrecido.
— Cada vez se acercan más — dijo en poco más que un susurro — No dejamos que escapen para informar a su amo, ni siquiera dejamos rastro del combate y, sin embargo, cada vez están más cerca de encontrarnos. Los trasgos de las montañas eran un problema menor, no me preocupaban, pero los orcos de Sauron y los uruk-hai de Isengard… No son bestias salvajes.
Se desabrochó el pequeño broche en forma de hoja y dejó la capa sobre el mullido colchón. Negó con la cabeza y se obligó a desterrar pensamientos tan aciagos.
— No te preocupes por esto — dijo alzando ligeramente el brazo de la herida — no es más que un rasguño, pero la sangre tiene la capacidad de… llamar mucho la atención — añadió recuperando la sonrisa.
Althärien- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
Nïriel aceptó la invitación y subió el escalón, girando sobre sí misma para ver el yelmo con la marca de Sauran que Althärien le tendía. Al verlo, frunció el ceño ligeramente y volvió a girar, avanzando un par de pasos a la vez que su rostro tomaba forma de disgusto.
La elfa giró nuevamente, nerviosa, al advertir que le estaba dando la espalda al elfo de cabellos dorados. Clavó sus ojos en él a la vez que estaba atenta a sus palabras y frunció los labios, tratando de evitar reflejar lo poco que le gustaba lo que estaba escuchando.
Le devolvió una sonrisa dulce, indudablemente, le gustaba más verlo sonreír que hablando de temas turbios. Nïriel se acercó al elfo y estudió la herida desde la cercanía, cuando apartó la ropa, notó el calor que desprendía el corte.
— Hasta el más leve de los rasguños podría infectarse — miró alrededor, en busca de algún pequeño tiesto o alguna hierba enfrascada. La curvatura de sus labios se ensanchó al ver que, aparentemente, no había nada. Rasgó un poco más la manga para que la ropa no siguiera rozando la herida y retrocedió un par de pasos —. Raíz de consuelda, corteza de olmo rojo y flores de de caléndula… ¿Crees que tendrás? También habría que calentar agua…
Nïriel rodeó la mesa más amplia, retiró una silla y se sentó en ella, dando un largo suspiro y quitando todo rastro de alegría de su rostro.
— Había pensado en empezar a acompañaros en esas incursiones… Ya es hora de que mis flechas se claven en algo más que en los animales que cazamos — bajó la mirada a la mesa y sus dedos comenzaron a recorrer la rugosa madera —. Seguramente padre se niegue a ello, pero no me gusta estar aquí sin hacer nada cuando los ataques están yendo a peor… ¿Al menos tú lo entiendes…?
La elfa giró nuevamente, nerviosa, al advertir que le estaba dando la espalda al elfo de cabellos dorados. Clavó sus ojos en él a la vez que estaba atenta a sus palabras y frunció los labios, tratando de evitar reflejar lo poco que le gustaba lo que estaba escuchando.
Le devolvió una sonrisa dulce, indudablemente, le gustaba más verlo sonreír que hablando de temas turbios. Nïriel se acercó al elfo y estudió la herida desde la cercanía, cuando apartó la ropa, notó el calor que desprendía el corte.
— Hasta el más leve de los rasguños podría infectarse — miró alrededor, en busca de algún pequeño tiesto o alguna hierba enfrascada. La curvatura de sus labios se ensanchó al ver que, aparentemente, no había nada. Rasgó un poco más la manga para que la ropa no siguiera rozando la herida y retrocedió un par de pasos —. Raíz de consuelda, corteza de olmo rojo y flores de de caléndula… ¿Crees que tendrás? También habría que calentar agua…
Nïriel rodeó la mesa más amplia, retiró una silla y se sentó en ella, dando un largo suspiro y quitando todo rastro de alegría de su rostro.
— Había pensado en empezar a acompañaros en esas incursiones… Ya es hora de que mis flechas se claven en algo más que en los animales que cazamos — bajó la mirada a la mesa y sus dedos comenzaron a recorrer la rugosa madera —. Seguramente padre se niegue a ello, pero no me gusta estar aquí sin hacer nada cuando los ataques están yendo a peor… ¿Al menos tú lo entiendes…?
Nïriel- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 06/01/2013
Edad : 35
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
Notó cierto dolor cuando Nïriel rozó la herida. Ya no sangraba, pero la sangre reseca le cubría el brazo hasta el codo. El corte no era profundo y media poco más de cinco centímetros, aunque debido a lo poco afilado del tosco bracamarte del uruk-hai.
Cuando la elfa preguntó por todos aquellos componentes botánicos, Althärien alzó la mirada hacia ella lentamente con una ceja arqueada.
— Me temo que tendremos que conformarnos con el agua… — replicó con cierta ironía.
Se acercó a una alacena y sacó de ella un par de paños de lino, después caminó hasta el taquillón, los depositó sobre una pequeña jofaina de plata y volvió a la mesa donde lo esperaba Nïriel portando la jofaina y un aguamanil, también de plata.
— Si, Nïriel, lo entiendo — contestó sentándose cerca de ella tras dejar los objetos sobre la mesa —, pero tampoco me parece bien que vengas — antes de decir aquellas palabras, sabía que no iban a gustarle a la hija del señor de los galadhrim — Se que sabes que eso de ahí fuera no es un juego y que te enfrentarías a ello con valor, pero es muy peligroso, Nïriel — alargó la mano hasta la suya, sobre la mesa — Tú eres demasiado importante — en cuanto dijo esas palabras se sintió extrañamente incomodo — para… todos.
Althärien desvió la nerviosa mirada hacia el aguamanil y lo tomó para verter un poco de agua sobre la jofaina, en la cual todavía reposaba uno de los paños.
Cuando la elfa preguntó por todos aquellos componentes botánicos, Althärien alzó la mirada hacia ella lentamente con una ceja arqueada.
— Me temo que tendremos que conformarnos con el agua… — replicó con cierta ironía.
Se acercó a una alacena y sacó de ella un par de paños de lino, después caminó hasta el taquillón, los depositó sobre una pequeña jofaina de plata y volvió a la mesa donde lo esperaba Nïriel portando la jofaina y un aguamanil, también de plata.
— Si, Nïriel, lo entiendo — contestó sentándose cerca de ella tras dejar los objetos sobre la mesa —, pero tampoco me parece bien que vengas — antes de decir aquellas palabras, sabía que no iban a gustarle a la hija del señor de los galadhrim — Se que sabes que eso de ahí fuera no es un juego y que te enfrentarías a ello con valor, pero es muy peligroso, Nïriel — alargó la mano hasta la suya, sobre la mesa — Tú eres demasiado importante — en cuanto dijo esas palabras se sintió extrañamente incomodo — para… todos.
Althärien desvió la nerviosa mirada hacia el aguamanil y lo tomó para verter un poco de agua sobre la jofaina, en la cual todavía reposaba uno de los paños.
Althärien- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
Nïriel apartó la mirada de la mesa para dirigirla hacia el elfo, dejó escapar una leve carcajada ante su réplica.
— Nada de conformarse. Mañana vendrás a que te ponga la cataplasma en la herida — puso las manos sobre el borde de la mesa y echó el cuerpo hacia delante —. No quieras hacer enfadar a Nïriel Thoronniriell — añadió con voz divertida.
No hizo nada por tratar de reprimir una sonrisa a modo de respuesta a la afirmación de Althärien, mas ésta se fue tan rápido como llegó conforme siguió avanzando en sus palabras. Frunció el ceño levemente, Nïriel no se enfadó pero estaba lo suficientemente molesta para no advertir el nerviosismo del elfo.
Guardando silencio, la elfa miró cómo Althärien llenaba la jofaina de agua y alzó la mano a modo de señal para que parase. Sus manos fueron directamente al corte de la manga, rasgándola aún más; Nïriel estrujó el paño sumergido antes de llevarlo hasta la herida del elfo, poco a poco, la piel de Althärien volvió a recuperar su tono blanquecino, a la vez que el paño iba tornándose del color de la sangre.
— ¿Y si acaban atacando Serles Nimraith igual que hicieron con Lórien? — preguntó, finalmente, rompiendo el largo silencio que había guardado — Entonces necesitaríais alguien que sepa defender nuestro nuevo hogar, no alguien “importante” — cogió el paño de lino seco y comenzó a enrollarlo sobre la herida del elfo —. Sé que es peligroso pero soy incapaz de seguir permaneciendo aquí como hasta ahora. Prometiste a mi padre que me protegerías, ¿cierto? Iremos poco a poco — desgarró parte del vendaje por la mitad e hizo una lazada —, nada malo tendría por qué pasarme — dijo, clavando sus ojos violáceos en los de él.
— Nada de conformarse. Mañana vendrás a que te ponga la cataplasma en la herida — puso las manos sobre el borde de la mesa y echó el cuerpo hacia delante —. No quieras hacer enfadar a Nïriel Thoronniriell — añadió con voz divertida.
No hizo nada por tratar de reprimir una sonrisa a modo de respuesta a la afirmación de Althärien, mas ésta se fue tan rápido como llegó conforme siguió avanzando en sus palabras. Frunció el ceño levemente, Nïriel no se enfadó pero estaba lo suficientemente molesta para no advertir el nerviosismo del elfo.
Guardando silencio, la elfa miró cómo Althärien llenaba la jofaina de agua y alzó la mano a modo de señal para que parase. Sus manos fueron directamente al corte de la manga, rasgándola aún más; Nïriel estrujó el paño sumergido antes de llevarlo hasta la herida del elfo, poco a poco, la piel de Althärien volvió a recuperar su tono blanquecino, a la vez que el paño iba tornándose del color de la sangre.
— ¿Y si acaban atacando Serles Nimraith igual que hicieron con Lórien? — preguntó, finalmente, rompiendo el largo silencio que había guardado — Entonces necesitaríais alguien que sepa defender nuestro nuevo hogar, no alguien “importante” — cogió el paño de lino seco y comenzó a enrollarlo sobre la herida del elfo —. Sé que es peligroso pero soy incapaz de seguir permaneciendo aquí como hasta ahora. Prometiste a mi padre que me protegerías, ¿cierto? Iremos poco a poco — desgarró parte del vendaje por la mitad e hizo una lazada —, nada malo tendría por qué pasarme — dijo, clavando sus ojos violáceos en los de él.
Nïriel- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 06/01/2013
Edad : 35
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
Ante el gesto de Nïriel, Althärien se detuvo y dejó que la elfa se ocupara de su herida. Para facilitarle el trabajo, se deshizo del brazal de cuero y, de un tirón, arrancó la manga de la camisa, que de todos modos ya estaba inservible.
Sus ojos se centraron en el bello rostro de la joven elfa mientras ella limpiaba la herida con sumo cuidado. La escuchó en silencio, notándose realmente relajado por su melodiosa voz, cuando alzó la mirada hasta sus ojos, fue incapaz de contener la sonrisa.
— No pueden atacarnos si no dejamos que nos encuentren… — replicó —, pero si se da el caso debemos defendernos y todos deberemos combatir. Nïriel, sabes luchar, pero los orcos no te dejaran pasar un solo error — la sonrisa se disipó — Y si, le prometí protegerte, con mi vida si fuera necesario — dijo con sinceridad — por eso no puedo llevarte con nosotros… si tengo que protegerte y combatir a la vez…
El elfo bajó la mirada al vendaje y esbozó de nuevo una sonrisa.
— Además, tu padre me mataría si te dejara venir — añadió, no bromeando del todo.
Lo primero que notaron fue el sonido de las hojas al rozar entre ellas, pero pronto la vibración se sintió a través del robusto tronco del árbol. La vibración fue corta, pero intensa.
Althärien miró a su alrededor, extrañado y se puso en pie para acercarse al borde del flet. Entonces llegó la segunda vibración, esta vez fue más evidente.
Sus ojos se centraron en el bello rostro de la joven elfa mientras ella limpiaba la herida con sumo cuidado. La escuchó en silencio, notándose realmente relajado por su melodiosa voz, cuando alzó la mirada hasta sus ojos, fue incapaz de contener la sonrisa.
— No pueden atacarnos si no dejamos que nos encuentren… — replicó —, pero si se da el caso debemos defendernos y todos deberemos combatir. Nïriel, sabes luchar, pero los orcos no te dejaran pasar un solo error — la sonrisa se disipó — Y si, le prometí protegerte, con mi vida si fuera necesario — dijo con sinceridad — por eso no puedo llevarte con nosotros… si tengo que protegerte y combatir a la vez…
El elfo bajó la mirada al vendaje y esbozó de nuevo una sonrisa.
— Además, tu padre me mataría si te dejara venir — añadió, no bromeando del todo.
Lo primero que notaron fue el sonido de las hojas al rozar entre ellas, pero pronto la vibración se sintió a través del robusto tronco del árbol. La vibración fue corta, pero intensa.
Althärien miró a su alrededor, extrañado y se puso en pie para acercarse al borde del flet. Entonces llegó la segunda vibración, esta vez fue más evidente.
Althärien- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
La elfa sostuvo la mirada de Althärien y su sonrisa se esfumó al mismo tiempo que la de él. Por una parte no podía negar que le agradase su protección y aquellas palabras pero, por la otra, sabía que jamás podría perdonarse a sí misma si le llegara a pasar algo al elfo por su culpa.
Nïriel apartó la mirada y vertió más agua en la jofaina, después, se lavó las manos en el cristalino líquido y se las secó con otro paño.
— Padre lo acabará entendiendo — dijo, tozuda y convencida de ello —. No seré ningún estorbo, ni pondré en peligro la vida de nadie.
Dobló el trozo de tela que había utilizado para secarse varias veces mientras oía, en el silencio que ambos guardaban, el murmullo que ofrecían las hojas al rozarse las unas con las otras. Dejó el paño sobre la mesa cuando sintió la vibración, miró a su alrededor, confusa, preguntándose si aquella vibración había sido imaginaciones suyas. Finalmente dirigió su mirada a Althärien, que justo se levantaba, echando a andar hacia la salida del flet.
Nïriel seguía sentada a la llegada de la segunda vibración, fue entonces cuando se levantó y caminó en pos de Althärien. Observó la agitación de los árboles, a la salida del flet, hasta la de los propios elfos que habían dejando sus flets, intranquilos ante la situación.
Una tercera vibración hizo que el suelo de madera donde estaban, se tambalease levemente y las hojas de los árboles se meciesen poco más fuertes de lo que estaban acostumbrados. Dio un par de pasos hasta quedar al lado de Althärien.
— ¿Qué está pasando? — formuló a viva voz lo que más de uno de sus compañeros se estaría preguntando.
Nïriel apartó la mirada y vertió más agua en la jofaina, después, se lavó las manos en el cristalino líquido y se las secó con otro paño.
— Padre lo acabará entendiendo — dijo, tozuda y convencida de ello —. No seré ningún estorbo, ni pondré en peligro la vida de nadie.
Dobló el trozo de tela que había utilizado para secarse varias veces mientras oía, en el silencio que ambos guardaban, el murmullo que ofrecían las hojas al rozarse las unas con las otras. Dejó el paño sobre la mesa cuando sintió la vibración, miró a su alrededor, confusa, preguntándose si aquella vibración había sido imaginaciones suyas. Finalmente dirigió su mirada a Althärien, que justo se levantaba, echando a andar hacia la salida del flet.
Nïriel seguía sentada a la llegada de la segunda vibración, fue entonces cuando se levantó y caminó en pos de Althärien. Observó la agitación de los árboles, a la salida del flet, hasta la de los propios elfos que habían dejando sus flets, intranquilos ante la situación.
Una tercera vibración hizo que el suelo de madera donde estaban, se tambalease levemente y las hojas de los árboles se meciesen poco más fuertes de lo que estaban acostumbrados. Dio un par de pasos hasta quedar al lado de Althärien.
— ¿Qué está pasando? — formuló a viva voz lo que más de uno de sus compañeros se estaría preguntando.
Nïriel- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 06/01/2013
Edad : 35
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
Althärien salió del flet y se apoyó en una de las barandillas para mirar abajo. Muchos eran los elfos que observaban a su alrededor sin comprender que pasaba. No había sido solo aquel árbol, había sido todo el bosque.
— No lo sé — respondió a la pregunta de Nïriel — Puede que haya sido un terremoto.
Realmente no lo creía, un terremoto había sido más largo, aquello habían sido tres temblores, como si los valar hubieran golpeado la piedra con un enorme martillo de forja. Althärien esperaba más sacudidas, pero nunca llegaron. Se inclinó hacia adelante y miró a la derecha, sobre el denso mar de hojas que era el bosque de Lindon podían verse las Ered Luin, miró entonces a la izquierda, contemplando el enorme Emelorn, cuyas hojas todavía se mecían ligeramente.
Sus pensamientos se tornaron sombríos, sería posible que Gorthaur les hubiera vuelto a encontrar. Pero qué clase de criatura sería capaz de aquello.
El bosque se mantuvo varios minutos en un espectral silencio, en el que solo el sonido del viento se podía escuchar. Serles Nimraith había detenido su actividad por completo y todos esperaban expectantes.
Pero nada más pasó, la tierra no volvió a temblar.
— No lo sé — respondió a la pregunta de Nïriel — Puede que haya sido un terremoto.
Realmente no lo creía, un terremoto había sido más largo, aquello habían sido tres temblores, como si los valar hubieran golpeado la piedra con un enorme martillo de forja. Althärien esperaba más sacudidas, pero nunca llegaron. Se inclinó hacia adelante y miró a la derecha, sobre el denso mar de hojas que era el bosque de Lindon podían verse las Ered Luin, miró entonces a la izquierda, contemplando el enorme Emelorn, cuyas hojas todavía se mecían ligeramente.
Sus pensamientos se tornaron sombríos, sería posible que Gorthaur les hubiera vuelto a encontrar. Pero qué clase de criatura sería capaz de aquello.
El bosque se mantuvo varios minutos en un espectral silencio, en el que solo el sonido del viento se podía escuchar. Serles Nimraith había detenido su actividad por completo y todos esperaban expectantes.
Pero nada más pasó, la tierra no volvió a temblar.
Althärien- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
Apoyó unas manos temblorosas sobre la barandilla, apretándolas lo más fuerte que pudo, por miedo a un nuevo y más fuerte temblor. Nïriel contempló todo lo que se veía de bosque desde ahí arriba, en busca de algo que pudiera darle alguna pista de lo que estaba pasando. No obtuvo ninguna respuesta.
La elfa se acercó a Althärien, quien parecía absorto en sus pensamientos, posó, delicadamente, una mano sobre el brazo que no tenía herido.
— Quizás padre sepa lo que ha pasado — sugirió, dando a entender que no creía que aquellas vibraciones fuesen obra de un terremoto —. Ven — recorrió su antebrazo hasta encontrarse con los dedos del elfo. Nïriel entrelazó sus dedos con los de él y echó a andar, tirando suavemente del elfo.
Bajó un par de peldaños de unas escaleras de caracol y soltó la mano de Althärien al oír sus pisadas. Tras bajar las escaleras y cruzar un puente, rodearon unos gruesos árboles y volvieron a bajar; en unos pasos más llegaron al Árbol Madre.
— Ada… — dijo al estar frente a su padre — ¿Qué está ocurriendo?
La elfa se acercó a Althärien, quien parecía absorto en sus pensamientos, posó, delicadamente, una mano sobre el brazo que no tenía herido.
— Quizás padre sepa lo que ha pasado — sugirió, dando a entender que no creía que aquellas vibraciones fuesen obra de un terremoto —. Ven — recorrió su antebrazo hasta encontrarse con los dedos del elfo. Nïriel entrelazó sus dedos con los de él y echó a andar, tirando suavemente del elfo.
Bajó un par de peldaños de unas escaleras de caracol y soltó la mano de Althärien al oír sus pisadas. Tras bajar las escaleras y cruzar un puente, rodearon unos gruesos árboles y volvieron a bajar; en unos pasos más llegaron al Árbol Madre.
— Ada… — dijo al estar frente a su padre — ¿Qué está ocurriendo?
Nïriel- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 06/01/2013
Edad : 35
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
El roce de Nïriel en su brazo lo sacó de sus pensamientos y lo devolvió a la realidad. Miró a la elfa y asintió con la cabeza andando en pos de la hermosa elfa. En cuanto llegaron a la escalera, Althärien vio a su hermano Eldannar al otro lado de uno de los puentes colgantes. Le hizo un par de gestos para indicarle a donde se dirigían y Eldannar entendió lo que quería su hermano, giró sobre si mismo y se encaminó de nuevo a sus estancias con paso raudo para alcanzarles de nuevo cuando llegaran ante el señor de los galadhrim.
Nïriel caminaba a paso raudo, seguida de cerca por Althärien. Cruzaron uno de los riachuelos que se perdían entre las raíces de Emelorn y se encaminaron directamente hacia él.
El enorme árbol estaba hueco por dentro y, aun así, rebosaba de vida. La corteza, gruesa como una muralla en la base, se alzaba orgullosa recorrida interiormente por una escalera de caracol. En el centro, cientos de lianas y largas plantas colgaban hasta las raíces, donde los seis riachuelos que recorrían Serles Nimraith convergían cayendo en una circular catarata hasta un rio subterráneo.
Ambos elfos subieron rápidamente hasta las ramas superiores, que soportaban varios grandes flets donde solía encontrarse Thoronnir. Y allí estaba, acompañado por Lithien Galanodel, el padre de Althärien.
— Naim buiathenin, Thoronnir Galadhrimhîr – saludó Althárien con una leve, pero respetuosa, reverencia — Padre — saludó también a Lithien.
Eldannar llegó en ese momento portando un morral sobre el hombro, se detuvo tras Althärien y saludó de igual manera a los presentes, dirigiéndole una amplia sonrisa a Nïriel.
Nïriel caminaba a paso raudo, seguida de cerca por Althärien. Cruzaron uno de los riachuelos que se perdían entre las raíces de Emelorn y se encaminaron directamente hacia él.
El enorme árbol estaba hueco por dentro y, aun así, rebosaba de vida. La corteza, gruesa como una muralla en la base, se alzaba orgullosa recorrida interiormente por una escalera de caracol. En el centro, cientos de lianas y largas plantas colgaban hasta las raíces, donde los seis riachuelos que recorrían Serles Nimraith convergían cayendo en una circular catarata hasta un rio subterráneo.
Ambos elfos subieron rápidamente hasta las ramas superiores, que soportaban varios grandes flets donde solía encontrarse Thoronnir. Y allí estaba, acompañado por Lithien Galanodel, el padre de Althärien.
— Naim buiathenin, Thoronnir Galadhrimhîr – saludó Althárien con una leve, pero respetuosa, reverencia — Padre — saludó también a Lithien.
Eldannar llegó en ese momento portando un morral sobre el hombro, se detuvo tras Althärien y saludó de igual manera a los presentes, dirigiéndole una amplia sonrisa a Nïriel.
Althärien- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
Cuando se acercaron a ellos, Thoronnir parecía turbado. Sin embargo, cuando habló lo hizo con calma.
-Sell... -empezó, parecía querer regañarla por la interrupción pero tras un suspiro se lo pensó mejor.- Movimientos de tierra -dijo, y cuando lo hizo miró a su amigo Lithien con pesar-. Y del cielo. No son un buen presagio.
Lithien asintió con seriedad. Aquéllo parecía la continuación de la conversación que habían estado teniendo hasta la llegada de sus hijos, pero ninguno parecía dispuesto a explicar nada más. En lugar de eso, el consejero se dirigió a sus hijos.
- Habéis vuelto ya. ¿Qué habéis visto?
-Sell... -empezó, parecía querer regañarla por la interrupción pero tras un suspiro se lo pensó mejor.- Movimientos de tierra -dijo, y cuando lo hizo miró a su amigo Lithien con pesar-. Y del cielo. No son un buen presagio.
Lithien asintió con seriedad. Aquéllo parecía la continuación de la conversación que habían estado teniendo hasta la llegada de sus hijos, pero ninguno parecía dispuesto a explicar nada más. En lugar de eso, el consejero se dirigió a sus hijos.
- Habéis vuelto ya. ¿Qué habéis visto?
Yavanna- Mensajes : 68
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
Althärien percibió que Thoronnir no estaba de muy buen humor, aún así, debía informar de lo que pasaba.
— Uruk-hai — contestó simplemente.
De pronto se sintió estúpido por no haber cubierto la herida con otra camisa o un gabán. Ahora ya era tarde, así que dejó de pensar en ello.
— Portando la Mano Blanca de Curunír — continuó — A menos de diez millas de Serles Nimraith… Solo era un grupo de batida, pero…cada vez encontramos patrullas más cerca.
Le hizo un gesto a Eldannar, que se adelantó descolgando el morral del hombre. Se acercó a Thoronnir y le tendió la ballesta. Grande y pesada, hecha de madera y hierro.
— Eso es capaz de atravesar la coraza de un enano como nuestras flechas atraviesan el cuero… — dijo Althärien.
— Nuestra ventaja es que son lentas. Después de un disparo se tarda en volver a prepararla para disparar — añadió Eldannar.
— Uruk-hai — contestó simplemente.
De pronto se sintió estúpido por no haber cubierto la herida con otra camisa o un gabán. Ahora ya era tarde, así que dejó de pensar en ello.
— Portando la Mano Blanca de Curunír — continuó — A menos de diez millas de Serles Nimraith… Solo era un grupo de batida, pero…cada vez encontramos patrullas más cerca.
Le hizo un gesto a Eldannar, que se adelantó descolgando el morral del hombre. Se acercó a Thoronnir y le tendió la ballesta. Grande y pesada, hecha de madera y hierro.
— Eso es capaz de atravesar la coraza de un enano como nuestras flechas atraviesan el cuero… — dijo Althärien.
— Nuestra ventaja es que son lentas. Después de un disparo se tarda en volver a prepararla para disparar — añadió Eldannar.
Althärien- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
Nïriel observó el saco que portaba el joven elfo, luego apenas si curvó sus labios para devolverle la amable sonrisa. La elfa agachó la mirada, la actitud de su padre y sus breves palabras no hacían sino preocuparla más.
Suspiró y negó con la cabeza cuando los hijos de Lithien narraron lo sucedido aquel día en el bosque; sin decir palabra alguna, dio unos lentos y largos pasos hacia la escalera por la que habían subido Althärien y ella apenas unos minutos antes.
La elfa bajó un escalón, después otro. Si su padre no le permitía ir a las incursiones del bosque, suponía que tampoco era merecedora de estar en aquella reunión.
Suspiró y negó con la cabeza cuando los hijos de Lithien narraron lo sucedido aquel día en el bosque; sin decir palabra alguna, dio unos lentos y largos pasos hacia la escalera por la que habían subido Althärien y ella apenas unos minutos antes.
La elfa bajó un escalón, después otro. Si su padre no le permitía ir a las incursiones del bosque, suponía que tampoco era merecedora de estar en aquella reunión.
Nïriel- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 06/01/2013
Edad : 35
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
- A menos de diez millas... -Thoronnir miró a Lithien con preocupación.- Se acercan demasiado.
- Si esto no es una señal, ya no sé qué puede serlo -contestó el otro, claramente insistiendo en algo que ya había dicho.
Thoronnir estuvo a punto de contestarle, pero recordó delante de quiénes estaban y no lo hizo. Volvió a centrar su atención en los más jóvenes.
- No podemos dejar que se acerquen más. Doblad las guardias, si hace falta. Mandad más patrullas... Y aseguraos de no dejarlos marchar con ninguna de esas -dijo, señalando la ballesta.
Thoronnir parecía dar por terminada la charla, pero Lithien se dirigió entonces a su hijo mayor.
- ¿Debería preocuparme por ese brazo? ¿Quién ha tenido el honor de herir a mi hijo?
Desde luego, no sonaba preocupado. Eran tan poco probable que la herida se infectara que ni siquiera había reparado en ella al principio. Sin embargo, ahora le daba la oportunidad de escuchar el relato más extenso de lo que había pasado. Thoronnir no parecía muy interesado en los detalles. Lithien sí. Todo podía formar parte de las señales.
- Si esto no es una señal, ya no sé qué puede serlo -contestó el otro, claramente insistiendo en algo que ya había dicho.
Thoronnir estuvo a punto de contestarle, pero recordó delante de quiénes estaban y no lo hizo. Volvió a centrar su atención en los más jóvenes.
- No podemos dejar que se acerquen más. Doblad las guardias, si hace falta. Mandad más patrullas... Y aseguraos de no dejarlos marchar con ninguna de esas -dijo, señalando la ballesta.
Thoronnir parecía dar por terminada la charla, pero Lithien se dirigió entonces a su hijo mayor.
- ¿Debería preocuparme por ese brazo? ¿Quién ha tenido el honor de herir a mi hijo?
Desde luego, no sonaba preocupado. Eran tan poco probable que la herida se infectara que ni siquiera había reparado en ella al principio. Sin embargo, ahora le daba la oportunidad de escuchar el relato más extenso de lo que había pasado. Thoronnir no parecía muy interesado en los detalles. Lithien sí. Todo podía formar parte de las señales.
Yavanna- Mensajes : 68
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
Althärien asintió ante las palabras de Thoronnir y se sintió intrigado por el comportamiento de su padre.
— Así se hará, mi señor Thoronnir — informó asintiendo — No dejaremos marchar a ninguno, con ballesta o sin ella. No, no es nada, padre — replicó —Uno de los uruk me lanzó un ataque y mi esquiva quedó corta, pero es apenas un rasguño. Heryn Nïriel se ha ocupado de limpiarlo y vendarlo.
Eldannar miró a Althärien y luego a Nïriel, que casi estaba fuera del flet.
— Aún así no tienes que preocuparte, padre — intervino Eldannar — Nuestras tácticas han demostrado dar buen resultado. Eran una veintena y la leve herida de Althärien ha sido todo el daño que hemos sufrido.
— Los uruk son fuertes y brutales, pero nuestro sigilo y agilidad es una ventaja — añadió Althärien — Tenemos que verles antes de que nos vean, acecharlos y atacar rápidos como el trueno, para que no puedan reaccionar. Los jóvenes deben ser entrenados si hay que ampliar las patrullas — el ceño del elfo se frunció de forma casi imperceptible —, hasta que acaben su entrenamiento deberían permanecer vigilando únicamente desde las murallas. Aquellos que ya han sido entrenados — algo en su interior le pedían que dejara de hablar, pero siguió haciéndolo — deberían unirse a las patrullas y reforzarlas. Patrullas mayores y más numerosas.
— Así se hará, mi señor Thoronnir — informó asintiendo — No dejaremos marchar a ninguno, con ballesta o sin ella. No, no es nada, padre — replicó —Uno de los uruk me lanzó un ataque y mi esquiva quedó corta, pero es apenas un rasguño. Heryn Nïriel se ha ocupado de limpiarlo y vendarlo.
Eldannar miró a Althärien y luego a Nïriel, que casi estaba fuera del flet.
— Aún así no tienes que preocuparte, padre — intervino Eldannar — Nuestras tácticas han demostrado dar buen resultado. Eran una veintena y la leve herida de Althärien ha sido todo el daño que hemos sufrido.
— Los uruk son fuertes y brutales, pero nuestro sigilo y agilidad es una ventaja — añadió Althärien — Tenemos que verles antes de que nos vean, acecharlos y atacar rápidos como el trueno, para que no puedan reaccionar. Los jóvenes deben ser entrenados si hay que ampliar las patrullas — el ceño del elfo se frunció de forma casi imperceptible —, hasta que acaben su entrenamiento deberían permanecer vigilando únicamente desde las murallas. Aquellos que ya han sido entrenados — algo en su interior le pedían que dejara de hablar, pero siguió haciéndolo — deberían unirse a las patrullas y reforzarlas. Patrullas mayores y más numerosas.
Althärien- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
La elfa detuvo su bajada tras escuchar las palabras de su padre, en ellas vio lo más parecido a una oportunidad. Subió un peldaño y se agarró a la barandilla, escuchó las palabras de Althärien con una sonrisa divertida en los labios. Se preguntó si el elfo había advertido su propia contradicción de la misma forma en la que lo había hecho ella.
Avanzó otro escalón y luego otro, hasta que volvió a quedar donde se habían reunido. Sus pasos la llevaron hasta encontrarse con el señor de los galadhrim, los ojos violáceos de Nïriel buscaron los homónimos de su padre.
— Yo ya fui entrenada — comenzó, rompiendo así el largo silencio que había guardado desde que entrara al Árbol Madre —. Quiero unirme a ellos, ada — pidió aunque en su tono, más fuerte del que solía usar, había más de sentencia que de petición.
Miró entonces a Lithien y, de nuevo, a su padre.
— ¿Por qué decís que el cielo también se mueve? — preguntó, repentinamente, sin apenas dejar tiempo para que Thoronnir asimilara sus anteriores palabras.
Avanzó otro escalón y luego otro, hasta que volvió a quedar donde se habían reunido. Sus pasos la llevaron hasta encontrarse con el señor de los galadhrim, los ojos violáceos de Nïriel buscaron los homónimos de su padre.
— Yo ya fui entrenada — comenzó, rompiendo así el largo silencio que había guardado desde que entrara al Árbol Madre —. Quiero unirme a ellos, ada — pidió aunque en su tono, más fuerte del que solía usar, había más de sentencia que de petición.
Miró entonces a Lithien y, de nuevo, a su padre.
— ¿Por qué decís que el cielo también se mueve? — preguntó, repentinamente, sin apenas dejar tiempo para que Thoronnir asimilara sus anteriores palabras.
Nïriel- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 06/01/2013
Edad : 35
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
- ¡¿Qué?! ¡Ni hablar! -se escandalizó Thoronnir.
Ni siquiera le había dado tiempo a contestar a Althärien y estaba ya pensando en la manera de atajar el problema con Nïriel dando por acabada la charla. De nuevo, Lithien intervino.
- Quizás no sea tan mala idea, Thoronnir. Yo daría orden de que todo eso se cumpliera ya. No podemos prescindir de nadie y ella ya fue entrenada. Además, alguien tiene que seguir el dictado de Varda y sin duda tu hija sería la más indicada.
El de mayor rango miraba con una mezcla de seriedad y tozudez al padre de Althärien, pero éste habló antes de que Thoronnir pudiera recriminarle nada, y se dirigió a Nïriel.
- El cielo, bella Nïriel -dijo como si se tratara de un maestro hablando con su pupila- es lo que han usado los valar desde el despertar de los elfos para comunicarse con ellos. Hacía mucho que no lo usaban y, quizás por eso, nos olvidamos de mirar. Pero ya no hay lugar a equívoco. Las estrellas se mueven. Elbereth nos habla a través de ellas. Y debemos responder.
Para decir lo último había dejado de mirar a Nïriel para volver a dirigir su mirada a Thoronnir.
Ni siquiera le había dado tiempo a contestar a Althärien y estaba ya pensando en la manera de atajar el problema con Nïriel dando por acabada la charla. De nuevo, Lithien intervino.
- Quizás no sea tan mala idea, Thoronnir. Yo daría orden de que todo eso se cumpliera ya. No podemos prescindir de nadie y ella ya fue entrenada. Además, alguien tiene que seguir el dictado de Varda y sin duda tu hija sería la más indicada.
El de mayor rango miraba con una mezcla de seriedad y tozudez al padre de Althärien, pero éste habló antes de que Thoronnir pudiera recriminarle nada, y se dirigió a Nïriel.
- El cielo, bella Nïriel -dijo como si se tratara de un maestro hablando con su pupila- es lo que han usado los valar desde el despertar de los elfos para comunicarse con ellos. Hacía mucho que no lo usaban y, quizás por eso, nos olvidamos de mirar. Pero ya no hay lugar a equívoco. Las estrellas se mueven. Elbereth nos habla a través de ellas. Y debemos responder.
Para decir lo último había dejado de mirar a Nïriel para volver a dirigir su mirada a Thoronnir.
Yavanna- Mensajes : 68
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
Althärien miró a Nïriel cuando habló, evitando así la mirada de Thoronnir cuando se escandalizó.
— Si llegara a darse el caso, me comprometo a velar por su seguridad, nínhîr — dijo — Y a dar mi vida, si fuera necesario, para proteger la suya.
— Como haríamos todos — intervino Eldannar para convencer a Thoronnir — daríamos la vida por salvar la de cualquiera de nuestros hermanos de Serles Nimraith, especialmente por vuestra hija y por la vuestra, nínhîr.
Y de pronto, Althärien cayó en la cuenta de las palabras de su padre.
— ¿El dictado de Varda? — observó a Lithien con mirada intrigada — ¿A qué te refieres, padre? — miró a Nïriel sin comprender y después a Thoronnir — ¿Qué dicen las estrellas?
— Si llegara a darse el caso, me comprometo a velar por su seguridad, nínhîr — dijo — Y a dar mi vida, si fuera necesario, para proteger la suya.
— Como haríamos todos — intervino Eldannar para convencer a Thoronnir — daríamos la vida por salvar la de cualquiera de nuestros hermanos de Serles Nimraith, especialmente por vuestra hija y por la vuestra, nínhîr.
Y de pronto, Althärien cayó en la cuenta de las palabras de su padre.
— ¿El dictado de Varda? — observó a Lithien con mirada intrigada — ¿A qué te refieres, padre? — miró a Nïriel sin comprender y después a Thoronnir — ¿Qué dicen las estrellas?
Althärien- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
- Nïriel de poca ayuda será si habéis de velar por su seguridad si salís de patrulla con ella -respondió Thoronnir, terco. Había conseguido mantener la serenidad pero se le notaba enfadado.
- Nïriel no puede quedarse toda la vida aquí encerrada y lo sabes -contestó Lithien.
- No voy a mandar a mi hija a patrullar contra los orcos y los uruk-hai -sentenció el otro.
- No es eso lo que te propongo, y lo sabes.
Lithien hablaba con voz calmada y una serenidad envidiable por cualquiera. Thoronnir sabía a qué se refería su consejero y seguía sin parecerle bien. Pero no le quedaban ya más argumentos con que rebatir salvo el hecho de no querer separarse de su hija. Y sabía que ése para Nïriel no sería válido.
Thoronnir miró a Lithien durante un rato largo. Los más jóvenes pudieron sentirlo como un duelo silencioso entre los dos. Al final, el de más rango habló.
- Las estrellas nos confunden. Demasiado tiempo ha pasado desde la última vez que Varda nos envió un mensaje. Incluso a vuestro padre -dijo mirando a los dos hermanos- le ha costado leer el mensaje. Y ni siquiera hemos podido descifrarlo entero. Lo que está claro es que nos piden que nos movamos. Lithien opina que los Valar se han cansado de vernos escondidos, observando la decadencia de la Tierra Media sin hacer nada. Yo opino que es pretencioso por su parte pretender adivinar los designios de los Valar. En cualquier caso, las estrellas nos envían con los enanos...
- ...los enanos sé que el camino mostrarán si es que vas en paz... -intervino Lithien.- Eso dicen. Es evidente que alguien tiene que reunirse con los enanos. Deben saber algo que nosotros no. Y, por supuesto, la misión debe ser pacífica. ¿Quién mejor que la hija de nuestro señor Thoronnir para llevarla a cabo? Podemos mandar con ella al chico del Bosque Negro. ¿Belegril? Tengo entendido que en su tierra era costumbre tener tratos con los enanos.
- Nïriel no puede quedarse toda la vida aquí encerrada y lo sabes -contestó Lithien.
- No voy a mandar a mi hija a patrullar contra los orcos y los uruk-hai -sentenció el otro.
- No es eso lo que te propongo, y lo sabes.
Lithien hablaba con voz calmada y una serenidad envidiable por cualquiera. Thoronnir sabía a qué se refería su consejero y seguía sin parecerle bien. Pero no le quedaban ya más argumentos con que rebatir salvo el hecho de no querer separarse de su hija. Y sabía que ése para Nïriel no sería válido.
Thoronnir miró a Lithien durante un rato largo. Los más jóvenes pudieron sentirlo como un duelo silencioso entre los dos. Al final, el de más rango habló.
- Las estrellas nos confunden. Demasiado tiempo ha pasado desde la última vez que Varda nos envió un mensaje. Incluso a vuestro padre -dijo mirando a los dos hermanos- le ha costado leer el mensaje. Y ni siquiera hemos podido descifrarlo entero. Lo que está claro es que nos piden que nos movamos. Lithien opina que los Valar se han cansado de vernos escondidos, observando la decadencia de la Tierra Media sin hacer nada. Yo opino que es pretencioso por su parte pretender adivinar los designios de los Valar. En cualquier caso, las estrellas nos envían con los enanos...
- ...los enanos sé que el camino mostrarán si es que vas en paz... -intervino Lithien.- Eso dicen. Es evidente que alguien tiene que reunirse con los enanos. Deben saber algo que nosotros no. Y, por supuesto, la misión debe ser pacífica. ¿Quién mejor que la hija de nuestro señor Thoronnir para llevarla a cabo? Podemos mandar con ella al chico del Bosque Negro. ¿Belegril? Tengo entendido que en su tierra era costumbre tener tratos con los enanos.
Yavanna- Mensajes : 68
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
La reacción de su padre no la tomó por sorpresa, por eso había decidido no darle tiempo para debatir su iniciativa. Apenas si miró a su progenitor después de que el consejero la apoyase, es más, agachó la mirada, decepcionada; la opinión del resto de elfos no hizo sino acrecentar la tristeza por su padre, aunque Nïriel se contentó tras oír hablar a Lithien.
Las palabras de Althärien y Eldannar hicieron que frunciera el ceño levemente, miró al mayor de los hermanos con gesto serio. No le gustó lo que sus labios pronunciaron, no quería que ninguno de los hermanos, ni nadie de Serles Nimraith diera la vida por ella. La elfa guardó silencio y reflexionó sobre si sería capaz de acompañarlos sin arriesgar la vida de alguno de ellos.
Dejó sus pensamientos a un lado cuando Lithien pronunció su nombre. Nïriel escuchó con atención y curiosidad; pensaba que había más de leyenda que de realidad en los mensajes escritos en las estrellas. La intriga invadió a la elfa, mas aguardó a que el consejero o su padre respondieran las preguntas que Althärien había formulado.
— ¿Movernos…? — preguntó en apenas un susurro, más para sí que para el resto. Quizás en ese momento compartía la opinión escéptica de su padre, el consejero se apresuraba en sus palabras si ni siquiera habían sido capaces de leer todo el mensaje.
Arrastró la mirada de su padre hacia Lithien cuando el último terminó de hablar.
— ¿Deberíamos, teniendo en cuenta las diferencias entre ambos pueblos? — preguntó insegura — He de suponer que habéis meditado sobre ello y decidido lo correcto, pero… ¿Cómo vamos a marchar sin saber qué es “el camino” al que el mensaje se refiere? — miró a los hijos de Lithien, que esperaba que la acompañasen como habían hecho hasta ahora — ¿Y quién es Belegril, que tratos tenían con los enanos?
Las palabras de Althärien y Eldannar hicieron que frunciera el ceño levemente, miró al mayor de los hermanos con gesto serio. No le gustó lo que sus labios pronunciaron, no quería que ninguno de los hermanos, ni nadie de Serles Nimraith diera la vida por ella. La elfa guardó silencio y reflexionó sobre si sería capaz de acompañarlos sin arriesgar la vida de alguno de ellos.
Dejó sus pensamientos a un lado cuando Lithien pronunció su nombre. Nïriel escuchó con atención y curiosidad; pensaba que había más de leyenda que de realidad en los mensajes escritos en las estrellas. La intriga invadió a la elfa, mas aguardó a que el consejero o su padre respondieran las preguntas que Althärien había formulado.
— ¿Movernos…? — preguntó en apenas un susurro, más para sí que para el resto. Quizás en ese momento compartía la opinión escéptica de su padre, el consejero se apresuraba en sus palabras si ni siquiera habían sido capaces de leer todo el mensaje.
Arrastró la mirada de su padre hacia Lithien cuando el último terminó de hablar.
— ¿Deberíamos, teniendo en cuenta las diferencias entre ambos pueblos? — preguntó insegura — He de suponer que habéis meditado sobre ello y decidido lo correcto, pero… ¿Cómo vamos a marchar sin saber qué es “el camino” al que el mensaje se refiere? — miró a los hijos de Lithien, que esperaba que la acompañasen como habían hecho hasta ahora — ¿Y quién es Belegril, que tratos tenían con los enanos?
Nïriel- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 06/01/2013
Edad : 35
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
Hacía tiempo que Althärien había aprendido a callar frente a Thoronnir cuando su padre estaba presente. No trató de replicar, pero sus pensamientos, aunque no quisiera llegar a admitirlo, quedaron expuestos con las palabras de Lithien. No obstante, las siguientes palabras de su padre lo intrigaron, pertenecían a una conversación anterior que los recién llegados no habían presenciado. Su mirada se centró en Thoronnir cuando comenzó a hablar, para viajar después hasta su padre.
Enanos. Los ojos de Althärien se entrecerraron ligeramente, no por desconfianza, sino por pura intriga. Bien era cierto que los elfos y los enanos no se habían llevado bien desde hacia edades, pero para Althärien el orgullo y egoísmo de los enanos era algo que el pueblo de Durin podría atribuir también a los elfos.
La mención de Belegril lo sorprendió todavía más. No conocía personalmente al elfo del Bosque Negro, pero había oído hablar de él y sabia que contaba con el favor de Círdan.
— Yo mismo los escoltaré, nihîr — se ofreció Althärien inclinándose ante Thoronnir — Con todos los guerreros que consideréis, si no tenéis ningún otro cometido para mí. Sin embargo — alzó la mirada hacia Thoronnir, pero al volver hablar miró a su padre —, muchos son los rumores que hablan de asentamientos enanos al oeste de las Montañas Nubladas, pero nadie sabe dónde encontrarlos.
— Círdan — dijo Eldannar de pronto — Puede que Círdan sepa algo sobre los enanos que aquí desconozcamos.
Althärien miró a su hermano. Sus palabras no carecían de razón, pero ningún acercamiento a Mithlond, a pesar de conocer los senderos secretos, carecía de peligro. Miró entonces a la hija de Thoronnir.
— Belegril proviene de Taur-e-Ndaedelos — explicó a Nïriel — Se dice que los elfos de Thranduil tuvieron trato con los enanos de Erebor. Pero puede que sean los enanos los que no estén dispuestos a hablar.
Enanos. Los ojos de Althärien se entrecerraron ligeramente, no por desconfianza, sino por pura intriga. Bien era cierto que los elfos y los enanos no se habían llevado bien desde hacia edades, pero para Althärien el orgullo y egoísmo de los enanos era algo que el pueblo de Durin podría atribuir también a los elfos.
La mención de Belegril lo sorprendió todavía más. No conocía personalmente al elfo del Bosque Negro, pero había oído hablar de él y sabia que contaba con el favor de Círdan.
— Yo mismo los escoltaré, nihîr — se ofreció Althärien inclinándose ante Thoronnir — Con todos los guerreros que consideréis, si no tenéis ningún otro cometido para mí. Sin embargo — alzó la mirada hacia Thoronnir, pero al volver hablar miró a su padre —, muchos son los rumores que hablan de asentamientos enanos al oeste de las Montañas Nubladas, pero nadie sabe dónde encontrarlos.
— Círdan — dijo Eldannar de pronto — Puede que Círdan sepa algo sobre los enanos que aquí desconozcamos.
Althärien miró a su hermano. Sus palabras no carecían de razón, pero ningún acercamiento a Mithlond, a pesar de conocer los senderos secretos, carecía de peligro. Miró entonces a la hija de Thoronnir.
— Belegril proviene de Taur-e-Ndaedelos — explicó a Nïriel — Se dice que los elfos de Thranduil tuvieron trato con los enanos de Erebor. Pero puede que sean los enanos los que no estén dispuestos a hablar.
Althärien- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
- Todavía no se ha decidido que vaya a haber ninguna expedición -dijo Thoronnir.
- ¿Obviaremos, entonces, el mensaje de los Valar? -respondió Lithien.
Thoronnir dudó. Quería negarse. Prohibir a su hija salir de Serles Nimraith. Pero sabía que no tenía argumentos que contrarrestaran lo dicho por Lithien y ya se habían llevado la contraria lo suficiente delante de sus hijos. Thoronnir levantó una mano a modo de señal y un guardia se acercó inmediatamente a ellos.
- Buscad al chico que nos recomendó Cirdan. Belegril. Que venga inmediatamente. Tal vez él sea capaz de traer un poco de luz...
- No es luz lo que necesitamos. ¡La luz nos ha dicho lo que tenemos que hacer! Hay que buscar a los enanos -dijo Lithien tajante.
- Entonces vuestro destino será Mithlond... -empezó Thoronnir, pero paró en seco al ver cómo Lithien negaba con la cabeza.
- Buscad los Puertos, si queréis. Y seguro que Cirdan os dirá lo que yo: es a los enanos a quienes nos mandan buscar los Valar. Es una pérdida de tiempo. ¡Y una imprudencia! Me sorprende, después de lo que has dicho, que estés dispuesto a enviar a tu hija a Mithlond. Está rodeado. Cada vez hay más servidores de Sauron vigilando cada recoveco de los caminos. ¡Dudo que incluso los que usábamos antaño sigan siendo seguros!
La seguridad de Lithien había derivado en tozudez. Tal vez por lo mucho que le había costado descifrar el mensaje. Tal vez por lo mucho que le estaba costando hacer entrar -bajo su criterio- en razón a Thoronnir. Fuera cual fuera la razón, Lithien estaba obcecado. Y eso era algo que pasaba muy pocas veces.
- ¿Y cómo, entonces, pretendes que encontremos a los enanos? ¿Es que acaso tú sabes dónde están?
Las palabras de Thoronnir parecieron devolver a Lithien a la normalidad.
- No. Y Sauron tampoco o ya habríamos tenido noticias de ellos. Lo que significa que tienen un buen escondite. Y eso los convierte en la opción más segura. Solo nos queda resolver una incógnita... ¿dónde podría esconderse un enano?
- Mi señor Thoronnir -interrumpió un guardia. Tras él estaba Belegril.
- Gracias. Bienvenido, Belegril. Únete a nosotros si eres tan amable. Puede que necesitemos de tu consejo y experiencia.
- ¿Obviaremos, entonces, el mensaje de los Valar? -respondió Lithien.
Thoronnir dudó. Quería negarse. Prohibir a su hija salir de Serles Nimraith. Pero sabía que no tenía argumentos que contrarrestaran lo dicho por Lithien y ya se habían llevado la contraria lo suficiente delante de sus hijos. Thoronnir levantó una mano a modo de señal y un guardia se acercó inmediatamente a ellos.
- Buscad al chico que nos recomendó Cirdan. Belegril. Que venga inmediatamente. Tal vez él sea capaz de traer un poco de luz...
- No es luz lo que necesitamos. ¡La luz nos ha dicho lo que tenemos que hacer! Hay que buscar a los enanos -dijo Lithien tajante.
- Entonces vuestro destino será Mithlond... -empezó Thoronnir, pero paró en seco al ver cómo Lithien negaba con la cabeza.
- Buscad los Puertos, si queréis. Y seguro que Cirdan os dirá lo que yo: es a los enanos a quienes nos mandan buscar los Valar. Es una pérdida de tiempo. ¡Y una imprudencia! Me sorprende, después de lo que has dicho, que estés dispuesto a enviar a tu hija a Mithlond. Está rodeado. Cada vez hay más servidores de Sauron vigilando cada recoveco de los caminos. ¡Dudo que incluso los que usábamos antaño sigan siendo seguros!
La seguridad de Lithien había derivado en tozudez. Tal vez por lo mucho que le había costado descifrar el mensaje. Tal vez por lo mucho que le estaba costando hacer entrar -bajo su criterio- en razón a Thoronnir. Fuera cual fuera la razón, Lithien estaba obcecado. Y eso era algo que pasaba muy pocas veces.
- ¿Y cómo, entonces, pretendes que encontremos a los enanos? ¿Es que acaso tú sabes dónde están?
Las palabras de Thoronnir parecieron devolver a Lithien a la normalidad.
- No. Y Sauron tampoco o ya habríamos tenido noticias de ellos. Lo que significa que tienen un buen escondite. Y eso los convierte en la opción más segura. Solo nos queda resolver una incógnita... ¿dónde podría esconderse un enano?
- Mi señor Thoronnir -interrumpió un guardia. Tras él estaba Belegril.
- Gracias. Bienvenido, Belegril. Únete a nosotros si eres tan amable. Puede que necesitemos de tu consejo y experiencia.
Yavanna- Mensajes : 68
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
—Sería un placer ser de ayuda, mi señor —saludó Belegril—. Tengo una gran deuda con vos, y utilizaré todos los recursos que dispongo. He de admitir que he oído algo de lo que decíais... ¿Que dónde puede esconderse un enano? Ellos sólo conocen un sitio: las montañas. De todos modos, sería muy raro que los enanos se quedasen completamente encerrados bajo tierra; la comida no crece bajo las piedras, y estén donde estén, seguro que salen a tratar de cazar o buscar alimentos. A menos que estén haciendo trueques con el enemigo, su comercio está muerto, así que no tienen otro remedio. Y no se les da nada bien ocultar su rastro: si hay huellas de bota enana que seguir en algún lugar de la Tierra Media, tarde o temprano yo las encontraré.
Temió haber hablado demasiado, pero necesitaba mostrarse seguro para estar a la altura de las expectativas. Además, se creía bastante capaz de hacer todo lo que decía. Respecto a dónde empezar a buscar... Eso ya era otro tema. La Tierra Media estaba llena de montañas.
Temió haber hablado demasiado, pero necesitaba mostrarse seguro para estar a la altura de las expectativas. Además, se creía bastante capaz de hacer todo lo que decía. Respecto a dónde empezar a buscar... Eso ya era otro tema. La Tierra Media estaba llena de montañas.
Belegril- Mensajes : 6
Fecha de inscripción : 28/12/2012
Re: [Serles Nimraith] Hojas de otoño [1 de Octubre]
Nïriel miró a Althärien cuando éste se ofreció a acompañarla al viaje que debía emprender hacia el este, por los designios de los Valar. Apartó la mirada y barrió el suelo con ella cuando percibió un ligero rubor en sus mejillas, la elfa se llevó las manos hasta ellas, tratando de disimularlo.
Bajó delicadamente sus manos al advertir que el calor que desprendía sus mejillas había desaparecido. Nïriel correspondió la mirada del mayor de los hijos de Lithien, asintió suavemente tras escuchar sus explicaciones y luego encogió sus hombros.
— Tal vez no seamos los únicos en recibir un mensaje — replicó al elfo —. Quizás el pueblo enano comprenda qué es lo que está ocurriendo y por ello los Valar quieren que nos acerquemos a ellos.
Los ojos de la elfa captaron, con sorpresa, la tozudez del consejero. No recordaba haberlo visto defendiendo algo con tanta fuerza como lo estaba haciendo en aquel momento. De sus labios brotó una ligera sonrisa, a su padre le había salido un implacable rival.
Ladeó la cabeza y siguió con la mirada a Belegril cuando éste entró a formar parte de la improvisada reunión. La elfa hizo una mueca de incredulidad tras escuchar las últimas palabras del invitado de su padre; esperaba que fuese tan eficaz como él mismo aseguraba, ya que ella misma dudaba de su éxito en la misión que le estaban encomendando. Su primera salida de Serles Nimraith desde que se asentaron en las ruinas y la llevaban en busca de un pueblo con el que había tratado poco o nada.
Luego volvió a dirigir su mirada hacia su progenitor y Lithien.
— ¿Los temblores de antes también fueron una señal de los Valar? — preguntó a los elfos adultos — ¿Podríamos saber cuál fue su epicentro? Si tuvieron lugar cerca de las montañas y Belegril asegura que los enanos habitan en las mismas, quizás los temblores fueron obra suya. Su forma de comunicarse con nosotros sin levantar demasiada sospecha...
Bajó delicadamente sus manos al advertir que el calor que desprendía sus mejillas había desaparecido. Nïriel correspondió la mirada del mayor de los hijos de Lithien, asintió suavemente tras escuchar sus explicaciones y luego encogió sus hombros.
— Tal vez no seamos los únicos en recibir un mensaje — replicó al elfo —. Quizás el pueblo enano comprenda qué es lo que está ocurriendo y por ello los Valar quieren que nos acerquemos a ellos.
Los ojos de la elfa captaron, con sorpresa, la tozudez del consejero. No recordaba haberlo visto defendiendo algo con tanta fuerza como lo estaba haciendo en aquel momento. De sus labios brotó una ligera sonrisa, a su padre le había salido un implacable rival.
Ladeó la cabeza y siguió con la mirada a Belegril cuando éste entró a formar parte de la improvisada reunión. La elfa hizo una mueca de incredulidad tras escuchar las últimas palabras del invitado de su padre; esperaba que fuese tan eficaz como él mismo aseguraba, ya que ella misma dudaba de su éxito en la misión que le estaban encomendando. Su primera salida de Serles Nimraith desde que se asentaron en las ruinas y la llevaban en busca de un pueblo con el que había tratado poco o nada.
Luego volvió a dirigir su mirada hacia su progenitor y Lithien.
— ¿Los temblores de antes también fueron una señal de los Valar? — preguntó a los elfos adultos — ¿Podríamos saber cuál fue su epicentro? Si tuvieron lugar cerca de las montañas y Belegril asegura que los enanos habitan en las mismas, quizás los temblores fueron obra suya. Su forma de comunicarse con nosotros sin levantar demasiada sospecha...
Nïriel- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 06/01/2013
Edad : 35
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