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[Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
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Ethos :: :: La Comarca
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[Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
El canto de los pájaros se le clavaba en los oídos como estruendosos truenos en mitad de una tormenta. Cuando por fin abrió los ojos, todo lo que vio era blanco y sintió que se le quemaban. Tas varios minutos, por fin los colores comenzaron a volver a su vista.
Cientos de puntos de luz la observaban a través de una malla de formas oscuras, a su alrededor todo eran sombras sin forma ni color definidos. Pasaron largos minutos hasta que por fin pudo ver con más claridad.
Lo primero que vio fue el tupido entramado de hojas que había sobre ella. Las diminutas luces que había visto era el sol que se colaba entre las verdes y pequeñas hojas, a su alrededor no había nada, salvo un montón de telarañas en un rincón, telarañas de las cuales todavía quedaban pequeños rastros en su ropa.
El suelo estaba hecho de ramas y cuerdas, al igual que las bajas paredes, de menos de un metro.
Beere estaba libre, lo último que recordaba era la araña abalanzándose sobre ella y la luz desvaneciéndose de sus ojos. Fue entonces cuando escuchó ruido procedente de la pequeña apertura que servía de puerta, algo se acercaba rozando las hojas.
Cientos de puntos de luz la observaban a través de una malla de formas oscuras, a su alrededor todo eran sombras sin forma ni color definidos. Pasaron largos minutos hasta que por fin pudo ver con más claridad.
Lo primero que vio fue el tupido entramado de hojas que había sobre ella. Las diminutas luces que había visto era el sol que se colaba entre las verdes y pequeñas hojas, a su alrededor no había nada, salvo un montón de telarañas en un rincón, telarañas de las cuales todavía quedaban pequeños rastros en su ropa.
El suelo estaba hecho de ramas y cuerdas, al igual que las bajas paredes, de menos de un metro.
Beere estaba libre, lo último que recordaba era la araña abalanzándose sobre ella y la luz desvaneciéndose de sus ojos. Fue entonces cuando escuchó ruido procedente de la pequeña apertura que servía de puerta, algo se acercaba rozando las hojas.
Manwë- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 25/12/2012
Edad : 38
Localización : Valinor
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
Con cada sonido que provenía, el corazón de Beere se aceleraba con fuerza, mezcla de angustia, miedo, terror y furia. Por su cabeza paseaban mil ideas sin sentido, sin cronología: el rostro tosco pero sensible de su madre, las ardillas corredoras que pasean por su casa, el río y sus refrescantes aguas, los árboles frondosos mecidos por el viento, las bayas que tanto le gustaban, la cerveza... Las lágrimas no tardaron en recorrer su hermoso rostro pálido y saturado de cabellos enmarañados.
¿Cómo podía haber sido tan ingenua de pensar que podía llevar a cabo una excursión a ese bosque maldito lleno de criaturas que ella aún no lograba comprender? ¿en qué momento creyó que sola, sin suficientes provisiones y sin el conocimiento para enfrentar las más diversas adversidades, ella, una de las criaturas más pequeñas de este mundo, saldría victoriosa? ¡Qué ingenua había sido!
Con el cuerpo adolorido, los ojos semiabiertos, su mano aún con manchas de sangre, la pequeña sentía que el temor la dominaba de nuevo; qué impotencia y, a la vez, ¡qué ira!
-¡Maldita araña! ¡Maldita eres!- y con este llamado interior Beere sintió que parte de sus fuerzas retornaron a su ser. Era un hecho: no podría vencer pero su espíritu no se rendiría, al menos trataría de sobrevivir con astucia y valentía.
Se incorporó con dolor, agarrándose de una rama vieja y punzante que estaba cerca suyo y, sigilosa aguantó la respiración mientras se escondía entre las telas de araña y el desorden del lugar.
-No tengo idea qué pueda entrar por ese agujero; pero sea lo que sea yo, Beere Brandigamo, le daré un poco de divertimento y le enseñaré el mal de estómago que produce cenar un hobbit.
¿Cómo podía haber sido tan ingenua de pensar que podía llevar a cabo una excursión a ese bosque maldito lleno de criaturas que ella aún no lograba comprender? ¿en qué momento creyó que sola, sin suficientes provisiones y sin el conocimiento para enfrentar las más diversas adversidades, ella, una de las criaturas más pequeñas de este mundo, saldría victoriosa? ¡Qué ingenua había sido!
Con el cuerpo adolorido, los ojos semiabiertos, su mano aún con manchas de sangre, la pequeña sentía que el temor la dominaba de nuevo; qué impotencia y, a la vez, ¡qué ira!
-¡Maldita araña! ¡Maldita eres!- y con este llamado interior Beere sintió que parte de sus fuerzas retornaron a su ser. Era un hecho: no podría vencer pero su espíritu no se rendiría, al menos trataría de sobrevivir con astucia y valentía.
Se incorporó con dolor, agarrándose de una rama vieja y punzante que estaba cerca suyo y, sigilosa aguantó la respiración mientras se escondía entre las telas de araña y el desorden del lugar.
-No tengo idea qué pueda entrar por ese agujero; pero sea lo que sea yo, Beere Brandigamo, le daré un poco de divertimento y le enseñaré el mal de estómago que produce cenar un hobbit.
Beere- Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 08/01/2013
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
En cuanto Beere se escondió entre las telarañas, estas volvieron a pegarse a su ropa, aunque no la envolvían en un capullo como lo habían hecho antes.
La figura encapuchada se introdujo por la pequeña puerta y miró el rincón donde debería haber estado la hobbit. Se detuvo intrigado y miró a su alrededor, localizándola en cuanto posó los ojos en el montón de telarañas.
— Tardarás un buen rato en quitarte todo eso de la ropa — dijo el pequeño encapuchado apartando la mirada y echando a caminar hacia el otro lado del habitáculo.
Se sentó en el suelo y dejó entre sus peludos pies la bolsa que portaba. Sacó un conejo y lo depositó sobre el suelo de ramas, después sacó una pequeña baya oscura y se la comió.
— Cuando acabes deberías comer algo — añadió, mostrándolo otra baya que enseguida se llevó a la boca — y beber — señaló un odre que colgaba de una de las paredes — Puede que no lo notes, pero uno de los efectos del veneno de araña es la deshidratación, aunque no sientas sed o hambre tienes que beber y comer.
La figura encapuchada se introdujo por la pequeña puerta y miró el rincón donde debería haber estado la hobbit. Se detuvo intrigado y miró a su alrededor, localizándola en cuanto posó los ojos en el montón de telarañas.
— Tardarás un buen rato en quitarte todo eso de la ropa — dijo el pequeño encapuchado apartando la mirada y echando a caminar hacia el otro lado del habitáculo.
Se sentó en el suelo y dejó entre sus peludos pies la bolsa que portaba. Sacó un conejo y lo depositó sobre el suelo de ramas, después sacó una pequeña baya oscura y se la comió.
— Cuando acabes deberías comer algo — añadió, mostrándolo otra baya que enseguida se llevó a la boca — y beber — señaló un odre que colgaba de una de las paredes — Puede que no lo notes, pero uno de los efectos del veneno de araña es la deshidratación, aunque no sientas sed o hambre tienes que beber y comer.
Manwë- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 25/12/2012
Edad : 38
Localización : Valinor
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
- Pero... pero... ¡si tú eres un hobbit!- exclamó la pequeña, con tono de excitación, asombro y cierto desconcierto.
La cabeza le dolía, sin embargo lentamente y con dificultad se puso en pie. La rama punzante, que al comienzo fungía de arma, ahora le servía de bastón para salir a tientas. Sus vestidos roídos y sucios una vez más estaban cubiertos de las fastidiosas telarañas; con movimientos bruscos y descoordinados trataba de removerlas.
-Un hobbit… Un hobbit… Un hobbit- repetía entre sollozos y risas nerviosas, más para ella misma que para su peludo visitante, observando hacia todos lados, y dirigiendo una que otra mirada fugaz al joven encapuchado, como si en sus ojos buscara la confirmación de que su más oscura pesadilla no volviera a hacerse realidad.
Al ver que sus ropas seguían impregnadas de telarañas, decidió no insistir más en ello. Moría de sed, de hambre, de sueño. Sin embargo, estaba lejos de sentirse tranquila, había tantas dudas que tenía que resolver: ¿Cómo había llegado ahí? ¿Qué era ese lugar? ¿Qué había pasado con la araña? Y dónde estaban las otras… sólo pensar en ellas le hacía sentir que volvía un fuerte dolor en el estómago que se esparcía por sus músculos. Tomó una baya y con apetito voraz la digirió; luego tomó otra y otra… a la cuarta, mirándola por fin, más tranquila y de pie al recién llegado, finalmente preguntó:
-Y… tú, ¿quién eres?
La cabeza le dolía, sin embargo lentamente y con dificultad se puso en pie. La rama punzante, que al comienzo fungía de arma, ahora le servía de bastón para salir a tientas. Sus vestidos roídos y sucios una vez más estaban cubiertos de las fastidiosas telarañas; con movimientos bruscos y descoordinados trataba de removerlas.
-Un hobbit… Un hobbit… Un hobbit- repetía entre sollozos y risas nerviosas, más para ella misma que para su peludo visitante, observando hacia todos lados, y dirigiendo una que otra mirada fugaz al joven encapuchado, como si en sus ojos buscara la confirmación de que su más oscura pesadilla no volviera a hacerse realidad.
Al ver que sus ropas seguían impregnadas de telarañas, decidió no insistir más en ello. Moría de sed, de hambre, de sueño. Sin embargo, estaba lejos de sentirse tranquila, había tantas dudas que tenía que resolver: ¿Cómo había llegado ahí? ¿Qué era ese lugar? ¿Qué había pasado con la araña? Y dónde estaban las otras… sólo pensar en ellas le hacía sentir que volvía un fuerte dolor en el estómago que se esparcía por sus músculos. Tomó una baya y con apetito voraz la digirió; luego tomó otra y otra… a la cuarta, mirándola por fin, más tranquila y de pie al recién llegado, finalmente preguntó:
-Y… tú, ¿quién eres?
Beere- Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 08/01/2013
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
El hobbit miró a Beere como si acabara de verla por primera vez. No comprendía su reacción y, desde luego, no la esperaba. Había olvidado la alegría de los hobbits, hacia largos años que le era ajena y, ahora, la encontraba extraña.
— Soy Friom G… — se detuvo de repente.
Era una hobbit, una hobbit de la Comarca sin duda.
— Mi nombre es Friom y te saqué de uno de los artboles de esas bestias — contestó a la pregunta que no había realizado — durante el día se ocultan y suelo encontrar buenas cosas allí… no esperaba encontrar una hobbit y un… — señaló entonces hacia el agujero que servía de entrada — ¿Es amigo tuyo el enano de ahí abajo? — preguntó entonces.
El hobbit no había dejado de hacer cosas mientras hablaba con Beere y, ahora, cogió un pequeño cuenco de madera y le sirvió un poco de agua. Al ver la expresión en el rostro de la hobbit ante la mención del enano, dedujo que no lo conocía, así que se colgó el odre y se dispuso a bajar.
Muchos metros por debajo, el enano comenzaba a recuperar la consciencia. El hobbit había regresado a por él después de traer a Beere, pero debido a su peso, había tenido que arrastrarlo por todo el bosque. Le había quitado las telarañas, pero ni siquiera había tratado de subirlo a su pequeña casa oculta en lo alto del enorme roble.
Sus miembros todavía no eran capaces de reaccionar y sus ojos tan solo veían una cegadora luz blanca, pero era capaz de sentir el calor del sol y la fresca brisa de otoño.
— Soy Friom G… — se detuvo de repente.
Era una hobbit, una hobbit de la Comarca sin duda.
— Mi nombre es Friom y te saqué de uno de los artboles de esas bestias — contestó a la pregunta que no había realizado — durante el día se ocultan y suelo encontrar buenas cosas allí… no esperaba encontrar una hobbit y un… — señaló entonces hacia el agujero que servía de entrada — ¿Es amigo tuyo el enano de ahí abajo? — preguntó entonces.
El hobbit no había dejado de hacer cosas mientras hablaba con Beere y, ahora, cogió un pequeño cuenco de madera y le sirvió un poco de agua. Al ver la expresión en el rostro de la hobbit ante la mención del enano, dedujo que no lo conocía, así que se colgó el odre y se dispuso a bajar.
Muchos metros por debajo, el enano comenzaba a recuperar la consciencia. El hobbit había regresado a por él después de traer a Beere, pero debido a su peso, había tenido que arrastrarlo por todo el bosque. Le había quitado las telarañas, pero ni siquiera había tratado de subirlo a su pequeña casa oculta en lo alto del enorme roble.
Sus miembros todavía no eran capaces de reaccionar y sus ojos tan solo veían una cegadora luz blanca, pero era capaz de sentir el calor del sol y la fresca brisa de otoño.
Manwë- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 25/12/2012
Edad : 38
Localización : Valinor
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
¿Un hobbit que vive entre los árboles? Si su madre supiera lo que ella estaba viendo tendría varias palabras que decirle a este pequeño salvador salvaje. Nadie en la Comarca imaginaría que un hobbit pudiera vivir en semejante porqueriza y, aún peor, en lo alto de un roble, suspendida su casa lejos de la tierra. Friom había logrado el sueño que desde pequeña Beere había tenido: vivir lejos de la esclavitud, entre el bosque, oyendo el Brandivino y viviendo de la naturaleza. Sin embargo, ni siquiera para ella, estar en una casa volante le resultaba una idea plausible; y ella se consideraba una mente abierta a las nuevas ideas.
-¡Tal vez mi salvador es un loco sobreviviente de alguna desaventura!- reflexionó, mientras una vez más miraba a Friom como si inspeccionara su alma y su mente.
-¿Será peligroso?
-No más que ese cerdo de Merum Brandigamo. Si no fuera por mi madre, yo ya estaría casada con él- y con ese pensamiento sintió que un escalofrío le recorría el cuerpo desde los peludos dedos pulgares de los pies hasta el último eléctrico cabello de su oscura cabeza.
Con sorprendida cortesía aceptó el cuenco que el hobbit le ofrecía y bebió de manera entusiasta el agua.
-¡Oh! si tan solo este hobbit tuviera una cerveza, sería capaz de hacer orden incluso en este tronco roído que es su casa- pensó, mientras miraba a Friom con una sonrisa.
Qué personaje tan inquietante. Tenía tantas preguntas -¡tantas!- que su cabeza no terminaba de formular una cuando dos ya venían en camino. Sin embargo, la embargaba más la alegría de por fin sentirse a salvo. Con ojos atentos seguía los pasos del hobbit, quien se disponía a atender a su segundo visitante.
-Espera acá, iré a ver al enano-finalizó Friom antes de dejar la habitación.
Y así obedeció. Luego de comer y beber, sentía que el agotamiento por fin la había alcanzado. Largos y oscuros habían sido sus sueños mientras estuvo bajo el influjo del veneno. ¡No! No pensaría más en eso. Estaba a salvo y debía decidir qué rumbo tomaría: volver a su hogar con su madre y su hermano, pero por el otro lado…
-¡Oh! Qué cansancio. No más…¡Dormiré!
Y así fue. Sus sueños fueron tranquilos, llenos de cerveza y alegría. Luego encararía la verdad: esa probada de realidad y terror que conoció el día en que Poppy desapareció, no la había abandonado. Ciertamente, en su corazón Beere sabía que volver ya no era una opción.
-¡Tal vez mi salvador es un loco sobreviviente de alguna desaventura!- reflexionó, mientras una vez más miraba a Friom como si inspeccionara su alma y su mente.
-¿Será peligroso?
-No más que ese cerdo de Merum Brandigamo. Si no fuera por mi madre, yo ya estaría casada con él- y con ese pensamiento sintió que un escalofrío le recorría el cuerpo desde los peludos dedos pulgares de los pies hasta el último eléctrico cabello de su oscura cabeza.
Con sorprendida cortesía aceptó el cuenco que el hobbit le ofrecía y bebió de manera entusiasta el agua.
-¡Oh! si tan solo este hobbit tuviera una cerveza, sería capaz de hacer orden incluso en este tronco roído que es su casa- pensó, mientras miraba a Friom con una sonrisa.
Qué personaje tan inquietante. Tenía tantas preguntas -¡tantas!- que su cabeza no terminaba de formular una cuando dos ya venían en camino. Sin embargo, la embargaba más la alegría de por fin sentirse a salvo. Con ojos atentos seguía los pasos del hobbit, quien se disponía a atender a su segundo visitante.
-Espera acá, iré a ver al enano-finalizó Friom antes de dejar la habitación.
Y así obedeció. Luego de comer y beber, sentía que el agotamiento por fin la había alcanzado. Largos y oscuros habían sido sus sueños mientras estuvo bajo el influjo del veneno. ¡No! No pensaría más en eso. Estaba a salvo y debía decidir qué rumbo tomaría: volver a su hogar con su madre y su hermano, pero por el otro lado…
-¡Oh! Qué cansancio. No más…¡Dormiré!
Y así fue. Sus sueños fueron tranquilos, llenos de cerveza y alegría. Luego encararía la verdad: esa probada de realidad y terror que conoció el día en que Poppy desapareció, no la había abandonado. Ciertamente, en su corazón Beere sabía que volver ya no era una opción.
Beere- Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 08/01/2013
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
Nadie podría decir que el sol y la brisa otoñal podrían ser de alegría para un hijo de la dura y orgullosa raza Khazâd. Sin embargo....Cumplían su función, no estaban mal.
Poco a poco, su mente empezó a desentumecerse, sus miembros a aligerarse, y sus ojos a recobrar nitidez. Aún los recuerdos inmediatos no estaban claros. Sin embargo, apenas pudo mover el brazo, le llevó hacia el pecho para comprobar que el bolsillo que colgaba de el, aún estaba en su sitio.
Soltó el precioso bolsillo y llevó las palmas de las manos a la cara, para ocultar la tristeza y que las criaturas del bosque no viesen a un enano derramar tres lágrimas. Poco a poco el lamento grave y profundo que salía de su garganta en el extraño idioma propio, fue elevandose en volumen hasta que algunos arboles le devolvieron el eco, como si compartiesen su pesar y quisiesen acompañarle en un coro fúnebre.
Poco a poco, volvió a la realidad. Se masajeó la cara lentamente con las gruesas manos y en un último gesto iracundo, se jaló de la barba fuertemente. Luego de menear la cabeza se incorporó con poca premura y miró a su alrededor sin notar mas presencia que la foresta. Debería decidir rápidamente que curso tomar.
Poco a poco, su mente empezó a desentumecerse, sus miembros a aligerarse, y sus ojos a recobrar nitidez. Aún los recuerdos inmediatos no estaban claros. Sin embargo, apenas pudo mover el brazo, le llevó hacia el pecho para comprobar que el bolsillo que colgaba de el, aún estaba en su sitio.
"Jum, si hemos sido atacados por salteadores, han hecho mal su trabajo. Pero no fue eso....¡Ay, ay, ay! Ahora recuerdo el triste destino de Tragnagir, Thorkil "Puño-Martillo", Telchir "El de las innumerables obras", el joven Grorin con sus excasos 74 años... ¡Todos ellos caidos por esas bestias nocturnas de incontables patas! ¿Cual ha sido el hado que nos guió hasta tan funesto final?"
Soltó el precioso bolsillo y llevó las palmas de las manos a la cara, para ocultar la tristeza y que las criaturas del bosque no viesen a un enano derramar tres lágrimas. Poco a poco el lamento grave y profundo que salía de su garganta en el extraño idioma propio, fue elevandose en volumen hasta que algunos arboles le devolvieron el eco, como si compartiesen su pesar y quisiesen acompañarle en un coro fúnebre.
"Reuniros con Mahal, El Hacedor. Contemplad a los ancianos, ante cuya majestuosa presencia no os sentireis avergonzados, camaradas"
Poco a poco, volvió a la realidad. Se masajeó la cara lentamente con las gruesas manos y en un último gesto iracundo, se jaló de la barba fuertemente. Luego de menear la cabeza se incorporó con poca premura y miró a su alrededor sin notar mas presencia que la foresta. Debería decidir rápidamente que curso tomar.
"Pues estos bichos de la oscuridad aún no conocen la larga hacha vengativa del pueblo de Durín"
Última edición por Mótsognir el Lun Ene 28, 2013 12:20 am, editado 1 vez
Dante Loredan- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 12/01/2013
Localización : Snow White House
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
El hobbit descendió rápidamente el árbol tras observar como Beere se acomodaba para dormir. Se acercó al enano mirando a su alrededor. Ya estaba consciente, aquello era bueno, pero debían de haberle inyectado mucho veneno para debilitar a un enano como aquel.
— Beber te irá bien — dijo Friom tendiendo el odre frente a su cara.
Mótsognir apenas era capaz de distinguir su forma y la voz del hobbit había sonado embotada en sus oídos, como si previniese de otro lado de una puerta de madera. Poco a poco sus sentidos comenzaban a volver a la normalidad, pero aun pasarían muchas horas hasta que fueran totalmente normales.
— ¿Puedes mover las piernas? — preguntó el hobbit — ¿Serias capaz de trepar? Si quieres dormir, más vale que tengas la suficiente fuerza como para trepar — señalo hacia arriba, aunque el enano no podría ver el refugio del hobbit — En cuanto anochezca las arañas volverán, por suerte este árbol no les gusta y no trepan a él.
— Beber te irá bien — dijo Friom tendiendo el odre frente a su cara.
Mótsognir apenas era capaz de distinguir su forma y la voz del hobbit había sonado embotada en sus oídos, como si previniese de otro lado de una puerta de madera. Poco a poco sus sentidos comenzaban a volver a la normalidad, pero aun pasarían muchas horas hasta que fueran totalmente normales.
— ¿Puedes mover las piernas? — preguntó el hobbit — ¿Serias capaz de trepar? Si quieres dormir, más vale que tengas la suficiente fuerza como para trepar — señalo hacia arriba, aunque el enano no podría ver el refugio del hobbit — En cuanto anochezca las arañas volverán, por suerte este árbol no les gusta y no trepan a él.
Manwë- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 25/12/2012
Edad : 38
Localización : Valinor
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
Pestañeó confundido luego del inicial sobresalto que le procuró la voz. En un principio pensó, se trataba de una extraña bestia con singular forma, hasta que concertó que solo se trataba de un pellejo, a juzgar por la voz que le invitaba a beber.
Sin demora alguna, cogió el pellejo y le dió una buena sacudida, dejando que el cristalino líquido le regara el gaznate de forma abundante.
- ¡MMMMM AHHHH! Agradecido estoy, Maese kuduk, si vuestra altura y tono de voz no me engaña. - Intentó aguzar la vista, que cada vez se despejaba mas, mientras pasaba la manga del atuendo por la barba.- Llegáis en buena hora y os estoy agradecido, como sin duda juzgaréis cuando os pague mi rescate. Debo de advertiros sin embargo...Uhm, uhm. Ya veo que conocéis de la existencia de esas horribles bestias, jum.
Se acarició la barba lentamente ante la propuesta, mientras intentaba distinguir mejor la figura, y aun más, la silueta del árbol del que le hablaba. Volvió a recordar el ataque que había sufrido, sobre todo por que en su abdomen y en dos puntos diferentes de la espalda, sentía dolores punzantes que le advertían de los aguijonéos que había sufrido.
- Puedo mover las piernas y un poco más, como esos desgraciados bichos advertirán si me los encuentro- Mintió, mientras llevaba sus manos al cinto que rodeaba su reducida cintura, para luego bajar la vista ante el poco distinguible terreno- ¿Como último gesto del salvador paciente, me podréis decir si mi hacha o martillo se encuentran por aquí cerca? Si aún dispongo de tiempo, saldré de este sitio lo antes posible. Subir a un árbol no es tarea de enanos, y no creo que al árbol le simpatice que un enano trepe por el, doy fe de ello, jum.
Sin demora alguna, cogió el pellejo y le dió una buena sacudida, dejando que el cristalino líquido le regara el gaznate de forma abundante.
- ¡MMMMM AHHHH! Agradecido estoy, Maese kuduk, si vuestra altura y tono de voz no me engaña. - Intentó aguzar la vista, que cada vez se despejaba mas, mientras pasaba la manga del atuendo por la barba.- Llegáis en buena hora y os estoy agradecido, como sin duda juzgaréis cuando os pague mi rescate. Debo de advertiros sin embargo...Uhm, uhm. Ya veo que conocéis de la existencia de esas horribles bestias, jum.
Se acarició la barba lentamente ante la propuesta, mientras intentaba distinguir mejor la figura, y aun más, la silueta del árbol del que le hablaba. Volvió a recordar el ataque que había sufrido, sobre todo por que en su abdomen y en dos puntos diferentes de la espalda, sentía dolores punzantes que le advertían de los aguijonéos que había sufrido.
- Puedo mover las piernas y un poco más, como esos desgraciados bichos advertirán si me los encuentro- Mintió, mientras llevaba sus manos al cinto que rodeaba su reducida cintura, para luego bajar la vista ante el poco distinguible terreno- ¿Como último gesto del salvador paciente, me podréis decir si mi hacha o martillo se encuentran por aquí cerca? Si aún dispongo de tiempo, saldré de este sitio lo antes posible. Subir a un árbol no es tarea de enanos, y no creo que al árbol le simpatice que un enano trepe por el, doy fe de ello, jum.
Dante Loredan- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 12/01/2013
Localización : Snow White House
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
En el mundo de los sueños, el tiempo se detiene, se acorta, es ancho como moldeable, flexible como relativo; allí reposan los pensamientos rezagados, las ideas mutiladas, los recuerdos vacíos, de la realidad; están más allá de un control individual en un mundo al revés del cual sólo fragmentos vuelven al estado de vigilia. Ése era su mundo y al mismo tiempo era uno que no le pertenecía. Y en la inmensidad de ese vacío, una oscuridad azabache arrebató los últimos despojos de paisajes soleados, de alegría y hogar; a la mitad de la inconsciencia, en medio de nubes y confusión, la sombra de un ser redondo ligeramente más alto que ella, envuelto en armadura y con hacha, de edad avanzada pero indescifrable, en una lengua inentendible rompe el silencio de este ambiente de tinieblas:
-¿Qué era eso?- pensó Beere. Pero aunque los sonidos seguían siendo los mismos toscos bramidos, poco a poco, el sentido de estas palabras invadió su mente como si desde toda su vida esa extraña lengua hubiese sido dominada por ella:
Así lo oyó, con voz queda y grave, aislada y desolada. Esa sombra altiva parecía sacada de las viejas leyendas, de historias perdidas en los albores del mundo. De pronto atrás de su espalda brotó la voz sutil pero opaca de un alto caballero de cabellos lisos y finos; en su espalda un arco y en su mano una espada centellaban sobre su carácter mortuorio, sin duda se trataba de un descendiente de los Primeros Nacidos. Su lengua melodiosa retumbó en el lugar como agua cantarina antes de perder el movimiento por la congelación que viene con un crudo invierno.
Y, como en la primera ocasión, el comienzo críptico de inicio fue aclarando su sentido, y a cada sonido Beere descubría un mensaje secreto, un lamento solitario de una raza que languidecía con el arribo de la noche:
Finalmente, del este arriba la tercera sombra: un hombre impetuoso, con paso firme y decidido frena a unos cuantos centímetros de la pequeña. Un digno guerrero representante de la Gente Grande, como se les conocía. Su voz clara, gruesa, con acento del norte, clamó en tono de súplica y auxilio:
Con las últimas palabras, la oscuridad los rodeó por completo y la soledad los hizo su presa. Beere era consiente que soñaba, pero ¿cuántas veces podía decir que había estado atrapada en la consciencia de su propio sueño? Y antes de entregarse a las dudas y el miedo, vio una luz, tenue y diminuta. Un rayo opacado de esperanza en una inmensidad de tinieblas. Su instinto la llevó a correr en esa dirección. Correr, escapar de esa realidad extraña, era lo que la impulsaba, u a cada paso de su huida se revelaban los bocetos de un ambiente rocoso, un gran hall de piedra en las entrañas de la tierra. No había tiempo para detenerse y admirar el entorno, había que correr hacia la luz… y en ella se fundió.
Con suavidad abrió sus ojos, y con cautela miró a su alrededor. El día estaba dando paso a la noche, la luz disminuida y hacia ella llegaban uno que otro sonido que venía del mundo exterior.
*Nota: Poemas tomados de “La vida es sueño” de Pedro Calderón de la Barca.
-¿Qué era eso?- pensó Beere. Pero aunque los sonidos seguían siendo los mismos toscos bramidos, poco a poco, el sentido de estas palabras invadió su mente como si desde toda su vida esa extraña lengua hubiese sido dominada por ella:
Nace el ave, y con las galas
que le dan belleza suma,
apenas es flor de pluma,
corta con velocidad,
negándose a la piedad
del nido que dejan en calma;
¿y teniendo yo más alma,
tengo menos libertad?*
que le dan belleza suma,
apenas es flor de pluma,
corta con velocidad,
negándose a la piedad
del nido que dejan en calma;
¿y teniendo yo más alma,
tengo menos libertad?*
Así lo oyó, con voz queda y grave, aislada y desolada. Esa sombra altiva parecía sacada de las viejas leyendas, de historias perdidas en los albores del mundo. De pronto atrás de su espalda brotó la voz sutil pero opaca de un alto caballero de cabellos lisos y finos; en su espalda un arco y en su mano una espada centellaban sobre su carácter mortuorio, sin duda se trataba de un descendiente de los Primeros Nacidos. Su lengua melodiosa retumbó en el lugar como agua cantarina antes de perder el movimiento por la congelación que viene con un crudo invierno.
Y, como en la primera ocasión, el comienzo críptico de inicio fue aclarando su sentido, y a cada sonido Beere descubría un mensaje secreto, un lamento solitario de una raza que languidecía con el arribo de la noche:
Nace el arroyo, culebra
que entre flores se desata,
y apenas sierpe de plata,
entre las flores se quiebra,
cuando músico celebra
de las flores la piedad
que le dan la majestad
del campo abierto a su huida;
¿y teniendo yo más vida,
tengo menos libertad?*
que entre flores se desata,
y apenas sierpe de plata,
entre las flores se quiebra,
cuando músico celebra
de las flores la piedad
que le dan la majestad
del campo abierto a su huida;
¿y teniendo yo más vida,
tengo menos libertad?*
Finalmente, del este arriba la tercera sombra: un hombre impetuoso, con paso firme y decidido frena a unos cuantos centímetros de la pequeña. Un digno guerrero representante de la Gente Grande, como se les conocía. Su voz clara, gruesa, con acento del norte, clamó en tono de súplica y auxilio:
Nace el pez, que no respira,
aborto de ovas y lamas,
cuando a todas partes gira,
midiendo la inmensidad
de tanta capacidad
como le da el centro frío;
¿y yo, con más albedrío,
tengo menos libertad?*
aborto de ovas y lamas,
cuando a todas partes gira,
midiendo la inmensidad
de tanta capacidad
como le da el centro frío;
¿y yo, con más albedrío,
tengo menos libertad?*
Con las últimas palabras, la oscuridad los rodeó por completo y la soledad los hizo su presa. Beere era consiente que soñaba, pero ¿cuántas veces podía decir que había estado atrapada en la consciencia de su propio sueño? Y antes de entregarse a las dudas y el miedo, vio una luz, tenue y diminuta. Un rayo opacado de esperanza en una inmensidad de tinieblas. Su instinto la llevó a correr en esa dirección. Correr, escapar de esa realidad extraña, era lo que la impulsaba, u a cada paso de su huida se revelaban los bocetos de un ambiente rocoso, un gran hall de piedra en las entrañas de la tierra. No había tiempo para detenerse y admirar el entorno, había que correr hacia la luz… y en ella se fundió.
Con suavidad abrió sus ojos, y con cautela miró a su alrededor. El día estaba dando paso a la noche, la luz disminuida y hacia ella llegaban uno que otro sonido que venía del mundo exterior.
*Nota: Poemas tomados de “La vida es sueño” de Pedro Calderón de la Barca.
Beere- Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 08/01/2013
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
— No vi arma alguna — replicó el hobbit examinando los movimientos del enano — Si no quieres subir al árbol — lo miró entonces a los ojos —, lo mejor será que te vayas del bosque cuanto antes, en cuanto anochezca, las arañas volverán a recorrer el bosque. Estos árboles no les gustan, no sé por qué, pero no es raro verlas merodear por aquí abajo.
Le tendió entonces el pequeño saquillo lleno de bayas e hizo un gesto para que comiera.
— Son dulces y ayudan a mantener la fuerza en los brazos y las piernas — señalo las piernas del enano — también harán que te recuperes antes. Come aunque no sientas hambre, el veneno desaparecerá antes.
El bosque era un hervidero de actividad últimamente, primero aquellos tres viajeros y ahora la mediana y el enano. Una parte de él pensó en dejarlos en el nido de las arañas, como castigo a su propia insensatez, pero, no sabría decir por qué, no pudo hacerlo.
— Volveré en una horas — informó el hobbit descolgándose del hombro el arco — Veremos si consigo un conejo… — miró de nuevo al enano, observando su envergadura — más bien dos o tres.
Dejó el odre y el saquito de bayas junto al enano y se dispuso a marcharse, pero de pronto se detuvo y volvió junto al enano.
— Dudo que vengan durante el día, pero por si acaso… — extrajo una extraña daga de su pequeño cinto y la dejó junto al odre.
La daga parecía hecha con un gran aguijón, casi tan largo como la mano del enano. Ahora si, el hobbit se encaminó a la espesura y desapareció en busca de presas.
No pasó mucho tiempo hasta que el elfo asomó la cabeza entre los arbustos y observó, todavía oculto, la figura del enano.
Le tendió entonces el pequeño saquillo lleno de bayas e hizo un gesto para que comiera.
— Son dulces y ayudan a mantener la fuerza en los brazos y las piernas — señalo las piernas del enano — también harán que te recuperes antes. Come aunque no sientas hambre, el veneno desaparecerá antes.
El bosque era un hervidero de actividad últimamente, primero aquellos tres viajeros y ahora la mediana y el enano. Una parte de él pensó en dejarlos en el nido de las arañas, como castigo a su propia insensatez, pero, no sabría decir por qué, no pudo hacerlo.
— Volveré en una horas — informó el hobbit descolgándose del hombro el arco — Veremos si consigo un conejo… — miró de nuevo al enano, observando su envergadura — más bien dos o tres.
Dejó el odre y el saquito de bayas junto al enano y se dispuso a marcharse, pero de pronto se detuvo y volvió junto al enano.
— Dudo que vengan durante el día, pero por si acaso… — extrajo una extraña daga de su pequeño cinto y la dejó junto al odre.
La daga parecía hecha con un gran aguijón, casi tan largo como la mano del enano. Ahora si, el hobbit se encaminó a la espesura y desapareció en busca de presas.
No pasó mucho tiempo hasta que el elfo asomó la cabeza entre los arbustos y observó, todavía oculto, la figura del enano.
Manwë- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 25/12/2012
Edad : 38
Localización : Valinor
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
¿Es cierto lo que mis ojos ven, o es que Elbereth no contenta con nublar el firmamento que guía mis pensamientos me envía ahora ilusiones para confundir mis actos? ¿De verdad que de entre todos los rincones de la Tierra Media, es aquí, viejo amigo, donde he de reencontrarme con Mótsognir?
Una breve y armoniosa carcajada resonó por entre los árboles, como si la voz que la emitiera rebotase en las cortezas de los troncos o se multiplicase entre las ramas, para acudir a los oídos del enano como un eco múltiple. Y cuando el último de los focos se apagó, de entre los fresnos surgió una figura que desembozando su capa mostró su rostro firme y adusto. Su mirada era severa, y los rasgos de sus facciones ambiguos como la nube en la mañana, pues pudiera decirse que era un hombre joven, pero al tiempo recorrido por el peso de los años.
Los cabellos le caían a ambos lados brillando como un paño de hilos cobrizos, trenzados en la parte alta de la cabeza para que no cayeran sobre su rostro. Bajo la capa verde como los bosques de Rivendel, una túnica castaño oscuro vestía al elfo, tan sólo reforzada por un peto de cuero y un par de brazales en los que había labrado un extraño símbolo de cuatro puntas con un círculo inscrito.
A su lado, una figura también se alzó, de ropajes similares aunque en tonos más azulados. Arlinnon el elfo también sonreía desde sus ojos almendrados, aunque la carne de su cuerpo era mucho más frágil y liviana, y parecía casi amenazar con diluirse en uno de los próximos soplos de viento, abandonando de aquella manera el mundo de los mortales. A la luz del día tamizada por el techo de la foresta, su cuerpo entero parecía reflejar los rayos del Sol con más fuerza que el de su compañero, y eso hacía que su cuerpo nunca pudiera ser observado enteramente.
- ¿Qué hacías aquí, maese enano? Creí que tu trabajo te llevaba fuera de los bosques, y aunque tuviera que haber apostado por uno, el último, junto a Fangorn, habría sido de entre todos el Bosque Viejo.
Una breve y armoniosa carcajada resonó por entre los árboles, como si la voz que la emitiera rebotase en las cortezas de los troncos o se multiplicase entre las ramas, para acudir a los oídos del enano como un eco múltiple. Y cuando el último de los focos se apagó, de entre los fresnos surgió una figura que desembozando su capa mostró su rostro firme y adusto. Su mirada era severa, y los rasgos de sus facciones ambiguos como la nube en la mañana, pues pudiera decirse que era un hombre joven, pero al tiempo recorrido por el peso de los años.
Los cabellos le caían a ambos lados brillando como un paño de hilos cobrizos, trenzados en la parte alta de la cabeza para que no cayeran sobre su rostro. Bajo la capa verde como los bosques de Rivendel, una túnica castaño oscuro vestía al elfo, tan sólo reforzada por un peto de cuero y un par de brazales en los que había labrado un extraño símbolo de cuatro puntas con un círculo inscrito.
A su lado, una figura también se alzó, de ropajes similares aunque en tonos más azulados. Arlinnon el elfo también sonreía desde sus ojos almendrados, aunque la carne de su cuerpo era mucho más frágil y liviana, y parecía casi amenazar con diluirse en uno de los próximos soplos de viento, abandonando de aquella manera el mundo de los mortales. A la luz del día tamizada por el techo de la foresta, su cuerpo entero parecía reflejar los rayos del Sol con más fuerza que el de su compañero, y eso hacía que su cuerpo nunca pudiera ser observado enteramente.
- ¿Qué hacías aquí, maese enano? Creí que tu trabajo te llevaba fuera de los bosques, y aunque tuviera que haber apostado por uno, el último, junto a Fangorn, habría sido de entre todos el Bosque Viejo.
Elarod- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 31/12/2012
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
Había escuchado, para mayor desaliento, las primeras palabras del Hobbit indicándole que estaba absolutamente desarmado y en un bosque...¡¡En un Bosque!!. Luego de eso, no pudo mas que escuchar sus consejos y asentir con la cabeza tristemente. La expectativa de unos buenos conejos asados no hizo sino aliviar un poco la desazón que le dominaba.
- Agradecido os estoy, Maese Kuduk. Escucharé vuestras palabras y las llevaré a cabo tal cual las decís. Tal es el trato que un anfitrión merece.
Recibió las bayas, el odre y la pequeña arma cada una con mas dudas. Sin embargo, vio partir al pequeño salvador entre la bruma de su vista nublada, y se sentó con las piernas en "V" para obligarse a comer las bayas y beber del líquido, remojándose también la cara con el para despejarse. En cuanto al pequeño moldadiéntes, dudó mucho si usarlo o no debido a la confección que poseía, la cual parecía bastante dudosa.
Comía y bebía cabizbajo, cuando la familiar voz le interrumpió en su ensimismamiento. Lentamente levantó la cabeza y vio como primera aparición al amigo perdido. Lentamente, empezó a reír roncamente mostrando su amplia dentadura en una sincera sonrisa.
-HE HE HE. Feliz encuentro en verdad, amigo Elarod. Veo que la situación se invierte con respecto a aquella vez. Ahora solicitaré en cambio, tu guía para salir de este profundo y tenebroso lugar.- Giró un poco la cabeza y notó la presencia de Arlinnon junto a un acompañante igual de misterioso en ropajes.- ¡Nada me llama o ha llamado a este Bosque, para seros sincero! He sufrido el traicionero ataque de unas horribles criaturas, y estoy aqui recuperando mis fuerzas. Ya sabeis, no hay aguijón o lanza de goblin que me detenga. ¡OH, EN VERDAD MAHAL SIEMPRE GUÍA NUESTROS ENCUENTROS!
Gesticuló con las manos para que se acercasen al sitio en donde estaba sentado, impedido aún de caminar.
- ¿Pero decidme, que designios os traen a vosotros a este sitio moribundo?¿Acaso hay orcos que abatir? En ese caso os pediría la licencia de que esperéis un momento a que recobre las energías!
Sin embargo, su corazón seguía ensombrecido pues se sentía observado, aunque no supiese detectar la fuente del espía.
- Agradecido os estoy, Maese Kuduk. Escucharé vuestras palabras y las llevaré a cabo tal cual las decís. Tal es el trato que un anfitrión merece.
Recibió las bayas, el odre y la pequeña arma cada una con mas dudas. Sin embargo, vio partir al pequeño salvador entre la bruma de su vista nublada, y se sentó con las piernas en "V" para obligarse a comer las bayas y beber del líquido, remojándose también la cara con el para despejarse. En cuanto al pequeño moldadiéntes, dudó mucho si usarlo o no debido a la confección que poseía, la cual parecía bastante dudosa.
Comía y bebía cabizbajo, cuando la familiar voz le interrumpió en su ensimismamiento. Lentamente levantó la cabeza y vio como primera aparición al amigo perdido. Lentamente, empezó a reír roncamente mostrando su amplia dentadura en una sincera sonrisa.
-HE HE HE. Feliz encuentro en verdad, amigo Elarod. Veo que la situación se invierte con respecto a aquella vez. Ahora solicitaré en cambio, tu guía para salir de este profundo y tenebroso lugar.- Giró un poco la cabeza y notó la presencia de Arlinnon junto a un acompañante igual de misterioso en ropajes.- ¡Nada me llama o ha llamado a este Bosque, para seros sincero! He sufrido el traicionero ataque de unas horribles criaturas, y estoy aqui recuperando mis fuerzas. Ya sabeis, no hay aguijón o lanza de goblin que me detenga. ¡OH, EN VERDAD MAHAL SIEMPRE GUÍA NUESTROS ENCUENTROS!
Gesticuló con las manos para que se acercasen al sitio en donde estaba sentado, impedido aún de caminar.
- ¿Pero decidme, que designios os traen a vosotros a este sitio moribundo?¿Acaso hay orcos que abatir? En ese caso os pediría la licencia de que esperéis un momento a que recobre las energías!
Sin embargo, su corazón seguía ensombrecido pues se sentía observado, aunque no supiese detectar la fuente del espía.
Dante Loredan- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 12/01/2013
Localización : Snow White House
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
Y las sospechas del enano resultaron ciertas: la hobbit, ya consciente, plenamente despierta y con fuerzas renovadas, desde lo alto observaba el encuentro de estos viejos amigos. Entre curiosa y con tembloroso nerviosismo, se había arrastrado hasta un rincón de la casa arbórea, y desde allí, sin mover ni un músculo, con la respiración detenida, controlando incluso los latidos de su corazón tanto como le fuera posible, aguardaba y observaba. Nadie le creería lo que estaba viendo en esos momentos. ¡Ni siquiera su madre! Era tanta su alegría... pero, ¿cómo no estarlo? descubrir en un mismo día a dos míticos seres, personajes olvidados por la cultura de su raza, de quienes sólo se hablaba ya en leyendas o historias de abuelas. Más de una vez se restregó los ojos para comprobar que lo que veía no fuera la continuación del extraño sueño que había tenido.
Y así aguardó atentamente, siendo una con el paisaje. La inquietud notoria en el enano, la motivaba a guardar más el sigilo y la cautela, sin embargo, era difícil acallar su cabeza, la cual no dejaba de pensar con cada sonido que le llegaba:
- Ese enano necesita unas clases de modales, ¿es que acaso nadie le dijo que se come con la boca entreabierta y sin hacer tanto ruido?
Y así aguardó atentamente, siendo una con el paisaje. La inquietud notoria en el enano, la motivaba a guardar más el sigilo y la cautela, sin embargo, era difícil acallar su cabeza, la cual no dejaba de pensar con cada sonido que le llegaba:
- Ese enano necesita unas clases de modales, ¿es que acaso nadie le dijo que se come con la boca entreabierta y sin hacer tanto ruido?
Beere- Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 08/01/2013
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
- Así que tú también … - dijo Elarod mirando al enano con ojos pensativos. Después giró su cabeza hacia Arlinnon, su maestro. – siempre ha habido arañas en el Bosque Viejo, igual que el Hoja Verde siempre ha tenido a nuestros primos en continua vigilancia. – Elarod y Arlinnon acostumbraban a utilizar nombres y referencias en Oestron en presencia de otros Pueblos, pues desde años habían compartido conversaciones con hombres de Bree y hobbits de la Comarca. Solo en algunas ocasiones traducían en vez de buscar un equivalente, a veces por la propia memoria, en otras ocasiones por razones diferentes. - Sin embargo, sólo recuerdo una vez en que el poder de las arañas creciera hasta poner en peligro la vida del bosque…
Arlinnon asintió, comprendiendo la sospecha que se despertaba en los ojos de Elarod. – las hijas de Ungoliant no son almas torturadas como los orcos, ni demonios con propia voluntad como el daño de Durin. – miró al explorador enano, tratando de hacerle partícipe de la conversación. Arlinnon se frotaba las sienes como tratando de que ninguno de los hilos se escapara de la madeja que tenían frente a ellos. – siempre aparecen como heraldos de un mal mayor, como una plaga que sólo significa un nuevo envite del Enemigo. Gamyi nació después de que ocurriera, pero escuchó los relatos de su padre, e incluso dice haber visto cosas peores. Deberíamos preguntarle. – miró a los dos viajeros, aunque se dirigió a Elarod. – no he encontrado ni a Tom ni su casa. Mucho me temo que sin él, las fuerzas oscuras que han acechado este bosque desde hace siglos no hayan encontrado resistencia.
El elfo pelirrojo asintió, confirmando sus temores y mirando a Mótsognir. - ¿qué tal te llevas con los muertos?
Arlinnon asintió, comprendiendo la sospecha que se despertaba en los ojos de Elarod. – las hijas de Ungoliant no son almas torturadas como los orcos, ni demonios con propia voluntad como el daño de Durin. – miró al explorador enano, tratando de hacerle partícipe de la conversación. Arlinnon se frotaba las sienes como tratando de que ninguno de los hilos se escapara de la madeja que tenían frente a ellos. – siempre aparecen como heraldos de un mal mayor, como una plaga que sólo significa un nuevo envite del Enemigo. Gamyi nació después de que ocurriera, pero escuchó los relatos de su padre, e incluso dice haber visto cosas peores. Deberíamos preguntarle. – miró a los dos viajeros, aunque se dirigió a Elarod. – no he encontrado ni a Tom ni su casa. Mucho me temo que sin él, las fuerzas oscuras que han acechado este bosque desde hace siglos no hayan encontrado resistencia.
El elfo pelirrojo asintió, confirmando sus temores y mirando a Mótsognir. - ¿qué tal te llevas con los muertos?
Elarod- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 31/12/2012
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
- ¿muertos? … ¿había oído bien?... ¿ese ser había dicho “qué tal te llevas con los... MUERTOS”?
Y luego de unos segundos, que parecieron minutos:
-¡Imposible! Cabe la posibilidad que no haya oído bien… ¡qué absurda esa pregunta!- pensó Beere.
-Pero, por otro lado…- respondió su consciencia -mis oídos pocas veces fallan; no soy tan anciana como para que me fallen.
La mediana estaba en medio de una nebulosa desenfrenada. Su mente era una liebre desbocada.
-¿Enemigo? ¿Cuál enemigo? ¿Se tratará del mago o... de algo más?
Y casi de manera automática vio cómo su cabeza traía a ella el recuerdo de ese día en el que trepada en un árbol, disfrutando de una cerveza espumosa, despreocupada de todo lo que la rodeaba, el roble en que reposaba, la tierra que lo sostenía y el viento que lo balanceaba la alertaron de la presencia de pisadas fuertes y toscas, sonidos estrepitosos, combinadas con una presencia etérea que poco faltó para que le helara su sangre mientras se deslizaba debajo de ella. También recordó su lividez al momento de confrontar la actitud inquisidora de su madre; sus palabras venían con claridad:
- … me dio miedo madre. Esos seres no eran de este mundo.
Absorta entre estos pensamientos, acertijos que su cabeza poco o nada podían comprender, pero que con pericia empezaba a hilar, la pequeña se estremeció sutilmente, respuesta natural de sus músculos a tantos recuerdos turbios, sin percatarse que ese mínimo movimiento había alertado a uno de los elfos de su presencia. Su mirada penetrante, que escrutaba su espíritu y sus pensamientos, se encontró con la de ella, quien torpemente sintió como su ser se desvanecía. Ya nada podía hacer, su presencia había sido descubierta.
Y luego de unos segundos, que parecieron minutos:
-¡Imposible! Cabe la posibilidad que no haya oído bien… ¡qué absurda esa pregunta!- pensó Beere.
-Pero, por otro lado…- respondió su consciencia -mis oídos pocas veces fallan; no soy tan anciana como para que me fallen.
La mediana estaba en medio de una nebulosa desenfrenada. Su mente era una liebre desbocada.
-¿Enemigo? ¿Cuál enemigo? ¿Se tratará del mago o... de algo más?
Y casi de manera automática vio cómo su cabeza traía a ella el recuerdo de ese día en el que trepada en un árbol, disfrutando de una cerveza espumosa, despreocupada de todo lo que la rodeaba, el roble en que reposaba, la tierra que lo sostenía y el viento que lo balanceaba la alertaron de la presencia de pisadas fuertes y toscas, sonidos estrepitosos, combinadas con una presencia etérea que poco faltó para que le helara su sangre mientras se deslizaba debajo de ella. También recordó su lividez al momento de confrontar la actitud inquisidora de su madre; sus palabras venían con claridad:
- … me dio miedo madre. Esos seres no eran de este mundo.
Absorta entre estos pensamientos, acertijos que su cabeza poco o nada podían comprender, pero que con pericia empezaba a hilar, la pequeña se estremeció sutilmente, respuesta natural de sus músculos a tantos recuerdos turbios, sin percatarse que ese mínimo movimiento había alertado a uno de los elfos de su presencia. Su mirada penetrante, que escrutaba su espíritu y sus pensamientos, se encontró con la de ella, quien torpemente sintió como su ser se desvanecía. Ya nada podía hacer, su presencia había sido descubierta.
Beere- Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 08/01/2013
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
Escuchó a los elfos sin prestarles demasiada atención en sus devaneos. poco a poco, bajo el peso de la certeza fue aminorando la velocidad con la que comía,. Por último, miró a los alrededores como si de repente creciese la amenaza que el bosque representaba, a sus nublados ojos.
Para el no era extraño ver crecer los tentáculos del Enemigo por doquier. Montañas, lagos, praderas y bosques de repente se veían invadidos por extrañas criaturas a las que las sombras parecían alimentar. Los orcos, a veces, eran la menor de las amenazas que el Señor Oscuro parecía desplegar.
Sin embargo, con las arañas tenía una cuenta sin saldar. Ante la mención de los muertos, un escalofrío recorrió su espalda.
- Nada se de muertos, solo que ya deberían de no preocuparnos como los vivos. Pero se que donde hay arañas en cantidad, hay una reina incubándolas. ¿No sería mejor buscar y eliminar esa primera amenaza, que andar profanando tumbas?
Llevóse una mano al bolsillo que colgaba del cuello, como si necesitase comprobar nuevamente que estuviese allí. Finalmente suspiró y meneó la cabeza como si la perspectiva de una nueva aventura no le encontrase en buen momento.
Ayudadme a reclamar mi venganza. En cambio yo os ayudaré a lidiar con muertos, vivos o montañas. Eso digo yo, jum. Y a riesgo de parecer abusador, ahora pediría un arma pues se ha visto a mas enanos sin barbas que desarmados bajo la luz del sol, jum.
Iba a agregar la naturaleza del arma que necesitaba, cuando observó a Arlinnon mirando hacia arriba, con aspecto de estar sumido en sus pensamientos.
- ¿Eh, que hay ahí arriba? ¿Será acaso otra de esas horribles criaturas, espiando para sus mayores, quizás? ¡BAJA Y PLANTA CARA, ALIMAÑA!
No obstante, permaneció sentado con el odre en las manos. Una sola araña no era trabajo de enano. Con Arlinnon bastaría para que la bestia espía recibiese lo que merecía.
Para el no era extraño ver crecer los tentáculos del Enemigo por doquier. Montañas, lagos, praderas y bosques de repente se veían invadidos por extrañas criaturas a las que las sombras parecían alimentar. Los orcos, a veces, eran la menor de las amenazas que el Señor Oscuro parecía desplegar.
Sin embargo, con las arañas tenía una cuenta sin saldar. Ante la mención de los muertos, un escalofrío recorrió su espalda.
- Nada se de muertos, solo que ya deberían de no preocuparnos como los vivos. Pero se que donde hay arañas en cantidad, hay una reina incubándolas. ¿No sería mejor buscar y eliminar esa primera amenaza, que andar profanando tumbas?
Llevóse una mano al bolsillo que colgaba del cuello, como si necesitase comprobar nuevamente que estuviese allí. Finalmente suspiró y meneó la cabeza como si la perspectiva de una nueva aventura no le encontrase en buen momento.
Ayudadme a reclamar mi venganza. En cambio yo os ayudaré a lidiar con muertos, vivos o montañas. Eso digo yo, jum. Y a riesgo de parecer abusador, ahora pediría un arma pues se ha visto a mas enanos sin barbas que desarmados bajo la luz del sol, jum.
Iba a agregar la naturaleza del arma que necesitaba, cuando observó a Arlinnon mirando hacia arriba, con aspecto de estar sumido en sus pensamientos.
- ¿Eh, que hay ahí arriba? ¿Será acaso otra de esas horribles criaturas, espiando para sus mayores, quizás? ¡BAJA Y PLANTA CARA, ALIMAÑA!
No obstante, permaneció sentado con el odre en las manos. Una sola araña no era trabajo de enano. Con Arlinnon bastaría para que la bestia espía recibiese lo que merecía.
Dante Loredan- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 12/01/2013
Localización : Snow White House
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
-¿Alimaña? … ese enano ordinario, bruto y descortés la había llamado a ella ALIMAÑA?
Beere inicialmente nerviosa, absorta en la mirada fría y dubitativa que sostenía con el elfo, sintió como su sangre hervía de la ira ante las palabras groseras y toscas del enano. Ningún ser, por bruto que fuera, daría la bienvenida de esa manera.
-Yo a ti también te confundiría con una alimaña si estuvieras en mejores condiciones, Maese enano- contestó la pequeña en un susurro que poco faltó para fundirse con el viento; alzó una de sus cejas en señal de reproche e indignación, mientras su melena ondulada y oscura se erizaba con la perspectiva de estar frente a seres que escondieran malas intenciones. Y, ¿cómo pensar que no la tenían? El elfo nada le había dicho y el enano había dicho demasiado. Nada tenía que perder, pero al menos pondría a ese gordinflón orgulloso en su lugar. Si su presencia había sido descubierta, la única ventaja que tenía era quedarse en esa casa-árbol.
-Mi tamaño sólo me permite correr y escabullirme, como las ardillas-pensó –pero nada podré hacer si alguno de los elfos decide disparar con su arco.
Firme y decidida, aguardó mientras el elfo, saliendo de sus pensamientos, le devolvía una cálida sonrisa.
Beere inicialmente nerviosa, absorta en la mirada fría y dubitativa que sostenía con el elfo, sintió como su sangre hervía de la ira ante las palabras groseras y toscas del enano. Ningún ser, por bruto que fuera, daría la bienvenida de esa manera.
-Yo a ti también te confundiría con una alimaña si estuvieras en mejores condiciones, Maese enano- contestó la pequeña en un susurro que poco faltó para fundirse con el viento; alzó una de sus cejas en señal de reproche e indignación, mientras su melena ondulada y oscura se erizaba con la perspectiva de estar frente a seres que escondieran malas intenciones. Y, ¿cómo pensar que no la tenían? El elfo nada le había dicho y el enano había dicho demasiado. Nada tenía que perder, pero al menos pondría a ese gordinflón orgulloso en su lugar. Si su presencia había sido descubierta, la única ventaja que tenía era quedarse en esa casa-árbol.
-Mi tamaño sólo me permite correr y escabullirme, como las ardillas-pensó –pero nada podré hacer si alguno de los elfos decide disparar con su arco.
Firme y decidida, aguardó mientras el elfo, saliendo de sus pensamientos, le devolvía una cálida sonrisa.
Beere- Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 08/01/2013
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
- Quisieran los Valar que lo tuviera tan claro como tú, amigo Mótsognir. – comenzó Elarod, preocupado por el peligro que comenzaba a tomar forma frente a ellos. – pero detrás de las arañas hay tanto una reina como un poder que la alienta y la protege, pues ningún Mal ha alcanzado nunca tanta presencia en un Bosque milenario como éste. -Elarod se acercó más al enano, dejando las bolsas de viaje para descansar, y siguió reflexionando. – Friom el hobbit habló de que las arañas venían de las Quebradas de los Túmulos, y cuando desapareció la protección de Tom, invadieron el Bosque… - se apoyó en el árbol de espaldas, con los brazos cruzados mientras meditaba. Sintió la necesidad de encenderse la pipa - una batalla silenciosa se ha librado bajo las hojas de estos árboles durante años, y ninguno de los que conozco nos ha alertado a tiempo. Temo que sea demasiado tarde, pues por alguna razón que tan solo intuimos, el Enemigo ha desequilibrado la balanza hacia su favor.
Mientras Elarod hablaba, Arlinnon fruncía el ceño mirando a los árboles. Ninguno de los Primeros Nacidos se prestaba atención en aquel momento, y el más anciano de los dos se llevó instintivamente la mano a la daga que pendía de su cinto. Se acercó al árbol del que venían sus sospechas, y como un felino que salta a un mueble bajo, su cuerpo se elevó con gracia hacia una de las ramas menos altas, comenzando el ascenso en gran silencio. - Es por eso que no me decido a atacar a su capitán, a su líder, Mótsognir – continuaba Elarod. - ¿quién sabe por qué huyó Tom? ¿Fue su marcha lo que cambió las cosas, o por qué vencieron las arañas? ¿Quién atacaría a un Espectro del Anillo con la esperanza de que nunca renaciera? - negó la cabeza dudando.
Elarod parecía ignorar las maniobras de Arlinnon, que ahora ascendía sin duda en los ojos tras haber escuchado aquel susurro. Abajo, el elfo de pelo cobrizo se incorporaba apartándose del árbol, sumido en sus propias preocupaciones. De pronto, él también se detuvo, observando la corteza que protegía aquel árbol. La sospecha nació dentro de él como un manantial de agua fresca inesperado, demasiado frío para saciar la sed pero cargado de esperanza. Sus palabras continuaron, pero más distantes, como si las pronunciara en segundo plano. - Hasta que no resolvamos ese misterio, quizá no tengamos demasiadas oportunidades sino de caer en una trampa. – apoyaba ambas manos en la corteza del árbol, y seguía con sus ojos la dirección de las raíces.
Aunque quién sabe. – siguió, palpando ahora partes del tronco. Al tiempo que hablaba, se escuchó un movimiento rápido en la tosca plataforma que el hobbit había construido para refugiarse. Un ruido de ramas y un grito ahogado por una mano. A su vez se escucharon pasos en los linderos del claro - tal vez descubramos, cuando menos lo esperábamos… –en ese momento, Wulja y Friom regresaban de la cacería. Arlinnon sacó a la hobbit a la vista, tratándola ahora con más suavidad al haber comprobado que no era peligrosa. Elarod sonreía mirando hacia el corazón del árbol, reconfortado por alguna razón desconocida - ...aliados inesperados.
Ante las palabras finales del elfo, todos se miraron entre ellos como si hubieran sido sorprendidos al final de un curioso hallazgo. El enano quedaba en el centro de las miradas, presto a asimilarlo todo. El eco de la presentación resonaba en los presentes.
El trinar de un estornino interrumpió los pensamientos del enano. Solo los Valar habían comprendido, desde su prudente y distante vigilancia, las circunstancias en las que se producía aquel encuentro.
Mientras Elarod hablaba, Arlinnon fruncía el ceño mirando a los árboles. Ninguno de los Primeros Nacidos se prestaba atención en aquel momento, y el más anciano de los dos se llevó instintivamente la mano a la daga que pendía de su cinto. Se acercó al árbol del que venían sus sospechas, y como un felino que salta a un mueble bajo, su cuerpo se elevó con gracia hacia una de las ramas menos altas, comenzando el ascenso en gran silencio. - Es por eso que no me decido a atacar a su capitán, a su líder, Mótsognir – continuaba Elarod. - ¿quién sabe por qué huyó Tom? ¿Fue su marcha lo que cambió las cosas, o por qué vencieron las arañas? ¿Quién atacaría a un Espectro del Anillo con la esperanza de que nunca renaciera? - negó la cabeza dudando.
Elarod parecía ignorar las maniobras de Arlinnon, que ahora ascendía sin duda en los ojos tras haber escuchado aquel susurro. Abajo, el elfo de pelo cobrizo se incorporaba apartándose del árbol, sumido en sus propias preocupaciones. De pronto, él también se detuvo, observando la corteza que protegía aquel árbol. La sospecha nació dentro de él como un manantial de agua fresca inesperado, demasiado frío para saciar la sed pero cargado de esperanza. Sus palabras continuaron, pero más distantes, como si las pronunciara en segundo plano. - Hasta que no resolvamos ese misterio, quizá no tengamos demasiadas oportunidades sino de caer en una trampa. – apoyaba ambas manos en la corteza del árbol, y seguía con sus ojos la dirección de las raíces.
Aunque quién sabe. – siguió, palpando ahora partes del tronco. Al tiempo que hablaba, se escuchó un movimiento rápido en la tosca plataforma que el hobbit había construido para refugiarse. Un ruido de ramas y un grito ahogado por una mano. A su vez se escucharon pasos en los linderos del claro - tal vez descubramos, cuando menos lo esperábamos… –en ese momento, Wulja y Friom regresaban de la cacería. Arlinnon sacó a la hobbit a la vista, tratándola ahora con más suavidad al haber comprobado que no era peligrosa. Elarod sonreía mirando hacia el corazón del árbol, reconfortado por alguna razón desconocida - ...aliados inesperados.
Ante las palabras finales del elfo, todos se miraron entre ellos como si hubieran sido sorprendidos al final de un curioso hallazgo. El enano quedaba en el centro de las miradas, presto a asimilarlo todo. El eco de la presentación resonaba en los presentes.
El trinar de un estornino interrumpió los pensamientos del enano. Solo los Valar habían comprendido, desde su prudente y distante vigilancia, las circunstancias en las que se producía aquel encuentro.
Elarod- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 31/12/2012
Re: [Bosque Viejo] Mosca revoltosa [2 de Octubre]
Friom regresó cargando dos conejos y una liebre. Echó una mirada extraña a los elfos, que ya no se ocultaban como la noche anterior. El hobbit estaba acostumbrado a la soledad, por lo que se sentía incomodo rodeado de tanta gente.
— Creí que os marcharíais con el amanecer — dijo sin demasiado tacto al pasar junto a Elarod — El bosque no es seguro si no se conoce… elfo.
Se puso a amontonar piñas y ramas, que al parecer ya tenía preparadas, sobre una roca plana y ennegrecida de hollín.
— No se acercaran mientras haya fuego — informó al sentir las miradas de todos — Podría llegarse a creer que las atraería hasta nosotros, pero no parece gustarles demasiado y lo evitan.
Comenzó a chasquear un pedernal contra una piedra más dura y pronto el fuego comenzó a crepitar con fuerza. El enano y los de la noche anterior parecían conocerse, pero a Friom le traía sin cuidado, esperaba que el enano tuviera más sensatez que los elfos y les convenciera a todos de salir de allí.
— Creí que os marcharíais con el amanecer — dijo sin demasiado tacto al pasar junto a Elarod — El bosque no es seguro si no se conoce… elfo.
Se puso a amontonar piñas y ramas, que al parecer ya tenía preparadas, sobre una roca plana y ennegrecida de hollín.
— No se acercaran mientras haya fuego — informó al sentir las miradas de todos — Podría llegarse a creer que las atraería hasta nosotros, pero no parece gustarles demasiado y lo evitan.
Comenzó a chasquear un pedernal contra una piedra más dura y pronto el fuego comenzó a crepitar con fuerza. El enano y los de la noche anterior parecían conocerse, pero a Friom le traía sin cuidado, esperaba que el enano tuviera más sensatez que los elfos y les convenciera a todos de salir de allí.
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