Escena A: Aula 4-14

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Observó sin demasiado detenimiento tanto a los que ya se encontraban en el aula como los que aún estaban entrando.

- ¡Meh! - Soltó, quitándole hierro al asunto. Se acercó hasta los ventanales y se sentó sobre una de las mesas, recostando la espalda en la pared. - Po' bueno, a ve', si tarda demasiao' lo que hasemo' e' cohé' nuestra' cosa' y pirarno'. Lo que está claro e' que yo no vía está' aquí esperando to' la mañana a que venga er gordo eze.

Decidió guardar silencio, la verdad es que no le apetecía hablar con nadie. Y menos con lo tontorrones que parecían todos allí, menuda le esperaba el tiempo que tuviera que estar allí... cuánto antes se acabase, mejor que mejor.

Unos segundos después del afortunado comentario de Juaniyo aparece por la puerta el monitor. Un tipo gordo, vestido con una camiseta azul, pantalones cortos beige y sandalias, lleva en el brazo izquierdo un perro blanco y negro y en la derecha una cantimplora azul de Pocoyó de la que sorbe ruidosamente. Al llegar a su escritorio dejó de hacer sonar la pajita y dio la espalda a la pizarra. Entonces miró hacia la puerta.

- Venga preciosa, date prisa. Estamos a punto de empezar.

Un segundo después una chica de pelo rizado castaño, pecas y ojos azules vestida con un mono entró.

- Lo siento.

- No pasa nada, siéntate. – miroo a los demaas cada uno sentado a su manera. – Vamos, Peque. – dijo al perro soltándola sobre la mesa. A su vez dejó frente a él la cantimplora que al momento el animal empezó a lamer. Con parsimonia se sacó del bolsillo de su camiseta un papel doblado. – Bien, voy a pasar lista.

Abreu Garcia, Aixa
Barrutia Lizaso, Ibai
Benítez Gómez, Dolores
Deniz Teruel, Yolanda
Fernández Ulloa, Maria del Camino
López Taiana, Marcos
Martínez Olivares, Lady Wendolyn
Murillo Castro, Leornardo
Vargas Molina, Juan José
Vaquero Estebares, Mario

Bien, creo que el señor Mario Vaquero y la señorita Maria del Camino Fernández han empezado con mal pie. – afirmó después de comprobar que no estaba ninguno de los dos. Todos excepto los fumadores más expertos empezaban a sentirse un poco mareados.

Los miró a todos con tranquilidad y espantó con la mano al perro para apartarlo de la cantimplora sorbiendo un poco de ella para dejarla de nuevo sobre la mesa.

- La cosa es así, vuestro horario es de diez a dos, yo vendré todos los días a las once, pero por mucho que me pese no vais a poder libraros, las nuevas reglas exigen que fiche el conserje ya que no se fían de mí. Lo siento por vosotros chavales. – se encogió de hombros – Cada lunes tendréis los horarios de actividades y funciones en este aula, que hasta el fin de vuestros servicios nos pertenece, así que podréis usarla como fumadero, – miró al lado del culo de Aixa donde varios filtros están sobre la mesa – aula de estudio, centro de planificación, picadero, lo que os de. De normal, me han dicho que Román, el conserje, si un habitáculo está vacío no tendrá en problemas en daros las llaves. Eso si, si algo desaparece puede que la próxima vez no tengáis tanta suerte con el juez. Por lo demás en este piso de normal estaremos nosotros y casi todas las aulas están abiertas porque no tienen nada de importancia, así que podéis moveros libremente. Que más... Ah, si, se supone que si hay un cambio de horario debo avisaros por sms, pero no creo que me acuerde, así que podéis acudir a mi despacho que está en la segunda plana, despacho ocho. Eso si, os advierto, si me dejáis en paz daré buenos informes, si me tocáis los huevos os joderé la vida, excepto si alguna quiere tocármelos de una manera más literal, entonces lo que le joderé es otra cosa. – se rió con una risa porcina mientras guiñaba el ojo a Lola. Se pasó el dorso de la mano por debajo de la nariz hasta que paró de reír. – Hoy vais a empezar con el trabajo más habitual que vais a tener, limpiar el estanque del Pradolongo o, bueno, cualquier parte del parque. Si algún día no tenéis tarea asignada significa que os toca ir al parque a limpiar. El material os lo va a dejar el conserje, tenéis una vara con un pincho y un rollo de bolsas de plástico para cada uno. Hay también una barca donde caben tres personas. Ahora os dividiré en grupo de tres para que podáis ocuparos de todo el lago.

Empezó a señalar de uno en uno a todos los presentes:

- El antisistema – señaló a Ibai – y Lady os encargareis de bordear todo el lago quitando la mierda gorda. – señaló a los Leo y a Juaniyo – El listillo y futbolista venido a menos limpiarán junto a Yolanda las zonas de los escalones del estanque y la peninsula, hay torneo de kayak esta tarde y debe estar limpio, asii que pedidle al conserje una escoba de cerdas y una recogedor. – miró hacia los demás. – El pijo, Aixa y Dolores van ir en la barca. – después de apuntar los grupos miró a todos – Las dudas que tengáis soltadla deprisa para dejar irme a echarme una siesta, os las responderé todas de golpe.

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