La Cosecha Distrito 3

Estaba junto al resto de seres patéticos y muertos de hambre. No podía ni llamarlos compañeros, y aún menos vecinos, puesto que vivía en la casa del ayuntamiento, lejos de los desmayados.

Solo esperaba que no me tocaran sus manos sucias y que acabasen de una vez para irme a casa a leer el libro que había empezado.

Y ahí estaba, el himno, y luego mi padre dando el mismo discursito de mi abuelo, calcado parabra a palabra, párrafo a párrafo, pausa a pausa y punto a punto. Era un aburrimiento sumo.


Y ahí estaba el viejo carca de los Juegos ¿Como podía seguir recolectando?. Que asco me daba ese viejo. Llevaba un horripilante traje metálico que se le pegaba a todas partes… todas es todas. El viejo ciruelo arrugado (seguramente también operado) se le veía mucho, seguro que era ese su propósito.

- Hooolaaa Paaneemm- Saludó - ¡Hoooolaa  gentes del Distrito 3! - Su voz era un poco irritante pero no chillona… - Ya comienza, ya está aquí, ya estoy yo aquí para daros suerte a todos vosotros.-guiño.- ¡estupendillo! - El viejo se puso a dar saltitos tontos- ¡Que la suerte esté siempre de vuestra parte!

Aplaudió el mismo al ver que poca gente lo hacía.

- A ver quién es el príncipe de este distrito….- Isifiel Hizo una pausa para crear tensión- ¡ Pit Torus!

Frío, me quedé congelado. ¿Qué probabilidad tenía de salir? Jamás había pedido ninguna tesela, tenía una UNA, la que meten al cumplir doce años. ¡ERA IMPOSIBLE QUE SALIESE!
A mi lado había gente con más de diez teselas.

Sentí la cámara apuntándome, captando mi expresión de rabia. Miré a mi padre.

¡HAZ ALGO ERES EL PUTO ALCALDE! grité interiormente. Estaba demasiado cagado como para gritarlo en alto. Él tampoco hizo nada. Avancé como pude entre la gente.

- Qué… mono- ¿Mono? ¿MONO? Mi expresión de asco era más grande que su cara de decepción.

- Si no te gusta no mires - le dije mientras subía al estrado sin cortarme - Yo no puedo pagarme una operación a diferencia de otros.

- ¡Qué carácter! - Por si no había quedado claro esos otros le incluían a él - ¡Me gusta eso de un joven! - No, no lo hacía. La cámara me volvió a apuntar automáticamente como si esperara la réplica.

- Que alegría…- No se me ocurrió nada ingenioso.

- JJJMM- se aclaró la garganta para centrar la atención de nuevo en él.- Ahora veremos a la princesita…

En serio… un asco de hombre.

-¡ Lilith Roseclaw ! - dijo cuando extrajo la papeleta femenina.