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[Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
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[Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
Pasaba ya el medio día y las calles de Bree estaban tranquilas, salvo por el trasiego habitual en la plaza donde se encontraba la famosa taberna El poney pisador, regentada desde hacía siglos por la familia Mantecona. Era la mejor hora para entrar en Bree sin llamar mucho la atención, pues la mayoría de los guardias estaban disfrutando de los efectos de su ración diaria de comida y bebida. Durante esta hora perezosa las puertas sur y oeste se mantenían abiertas con solo un par de guardias en cada una, que examinaban y dejaban pasar sin preguntas a los viajeros que no les parecieran sospechosos. Y cuando Aldebrán entró solo en la ciudad, con unas pieles de animal al hombro, lo tomaron por uno de los muchos cazadores que hacían negocio con el curtidor del pueblo.
Se acercaba jaleo por el final de la calle donde vivía Athela, la sanadora. Las pisadas de varias personas que caminaban apresuradas. Pronto aparecieron tras el recodo, dos hombres que cargaban en volandas a un muchacho que respiraba apenas y una mujer sollozante que tropezaba detrás sin dejar ir la mano del chico.
- Señora Athela, el muchacho necesita ayuda. - le dijo uno de los hombres, empujando la puerta con el hombro para poder entrar en la casa. - ¡Se ahoga!
El muchacho estaba pálido y apenas podía hacerse con el aire suficiente que le pedían sus pulmones enfermos. Miraba a su alrededor en busca de ayuda, desesperado.
Se acercaba jaleo por el final de la calle donde vivía Athela, la sanadora. Las pisadas de varias personas que caminaban apresuradas. Pronto aparecieron tras el recodo, dos hombres que cargaban en volandas a un muchacho que respiraba apenas y una mujer sollozante que tropezaba detrás sin dejar ir la mano del chico.
- Señora Athela, el muchacho necesita ayuda. - le dijo uno de los hombres, empujando la puerta con el hombro para poder entrar en la casa. - ¡Se ahoga!
El muchacho estaba pálido y apenas podía hacerse con el aire suficiente que le pedían sus pulmones enfermos. Miraba a su alrededor en busca de ayuda, desesperado.
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
Aldebrán evitó mostrar su rostro, y caminó presuroso entre el gentío que iba y venía del Pony Pisador. La cantidad de gente que vivía en esa ciudad siempre había asombrado a Aldebrán, y parecía no disminuir a pesar de las insistentes ejecuciones. Eso era claramente sólo una imagen, pues cada vez había más secuaces y guardias de Camrus en la ciudad, y cada vez más indigentes y gente enferma y muriendo en las calles.
Los caminos de Bree no eran nuevos para el corpulento hombre, y sabía que podía evitar pasar por el Pony Pisador y así apurar su andar. Quería ver a su hermana, con quien no conversaba desde hacía varias semanas, y el clima ya había comenzado a enfriar. Los otoños sólo servían para prepararse para el duro invierno, que hacía escasear las comidas y el abrigo, y el bienestar de su hermana era prioridad para Aldebrán.
Al estar cerca de la casa de su hermana, y notar que iba gente hacia allá, dejó disimuladamente una estatuilla de una ardilla de madera en la segunda ventana del muro occidental, señal que estaría esperándola en el lugar de siempre: el segundo callejón antes de las ruinas del antiguo muro.
- No tardes, Sialar- decía en voz baja Aldebrán para sí, mientras posaba la estatuilla en la ventana, para luego alejarse tan indiferentemente como llegó, ignorando a la gente enferma que acusaba atención en la puerta.
Los caminos de Bree no eran nuevos para el corpulento hombre, y sabía que podía evitar pasar por el Pony Pisador y así apurar su andar. Quería ver a su hermana, con quien no conversaba desde hacía varias semanas, y el clima ya había comenzado a enfriar. Los otoños sólo servían para prepararse para el duro invierno, que hacía escasear las comidas y el abrigo, y el bienestar de su hermana era prioridad para Aldebrán.
Al estar cerca de la casa de su hermana, y notar que iba gente hacia allá, dejó disimuladamente una estatuilla de una ardilla de madera en la segunda ventana del muro occidental, señal que estaría esperándola en el lugar de siempre: el segundo callejón antes de las ruinas del antiguo muro.
- No tardes, Sialar- decía en voz baja Aldebrán para sí, mientras posaba la estatuilla en la ventana, para luego alejarse tan indiferentemente como llegó, ignorando a la gente enferma que acusaba atención en la puerta.
Última edición por Aldebrán el Dom Ene 13, 2013 6:07 am, editado 1 vez
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
El sol iluminaba con fuerza sobre la ciudad de Bree, cada vez más tenue buscando caer la apacible tarde de otoño. La casa de Athela se encontraba cerca de los muros, alejada del centro y del bullicio de los viajeros. Sentada sobre unos barriles, alzaba su rostro hacia los cálidos rayos de sol, mientras a lo lejos, se oía el traqueteo de los comerciantes, caballos y carros, típicos de la ciudad. Aquel sonido le resultaba agradable, aquel extraño olor a polvo y hornos, desagradable para cualquier forastero, eran para ella seña de hogar.
Su tranquilidad se rompió por un inusual jaleo. Miró hacia un lado de la calle, el ruido se acercaba paulatinamente hasta que tras la esquina les vió aparecer. Antaño se hubiera sofocado ante la situación, los nervios y el ansia hubieran dominado la situación, pero por suerte o por desgracia, aquello era más habitual de lo que realmente desearía. Bajó de un ágil salto del barril indicando al hombre la entrada a la casa.
- Tumbadlo sobre la mesa. - Se subió las mangas de su vestido y señaló uno de los estantes. - Alcanzadme el frasco del lazo blanco, el de la derecha. - Su voz sonaba dulce y tranquila, su fama le precedía. Despejó el pecho del muchacho abriendo sus ropas, alzó su nuca con una mano mientras con la otra inspeccionaba que en su boca no hubiera obturación. Tomó entonces el frasco que el hombre le alcanzó, sacó de él las raíces de Arlan secas, metiendolas en un pequeño quemador. El sonido del sollozo de la mujer resaltaba frente al silencio sepulcral de los hombres que se apartaron a un lado viendo obrar a la sanadora.
El humo blanco del quemador osciló delante del rostro del muchacho. Athela apartó a un lado su cara para no inhalar el fuerte olor, percatándose de la figura de madera posada en su ventana entreabierta. Aldebrán estaba en la ciudad... Si no se apresuraba, perdería la oportunidad de poder verle. El muchacho respiraba con dificultad, pero el humo de Arlan comenzó a hacer su efecto.
Su tranquilidad se rompió por un inusual jaleo. Miró hacia un lado de la calle, el ruido se acercaba paulatinamente hasta que tras la esquina les vió aparecer. Antaño se hubiera sofocado ante la situación, los nervios y el ansia hubieran dominado la situación, pero por suerte o por desgracia, aquello era más habitual de lo que realmente desearía. Bajó de un ágil salto del barril indicando al hombre la entrada a la casa.
- Tumbadlo sobre la mesa. - Se subió las mangas de su vestido y señaló uno de los estantes. - Alcanzadme el frasco del lazo blanco, el de la derecha. - Su voz sonaba dulce y tranquila, su fama le precedía. Despejó el pecho del muchacho abriendo sus ropas, alzó su nuca con una mano mientras con la otra inspeccionaba que en su boca no hubiera obturación. Tomó entonces el frasco que el hombre le alcanzó, sacó de él las raíces de Arlan secas, metiendolas en un pequeño quemador. El sonido del sollozo de la mujer resaltaba frente al silencio sepulcral de los hombres que se apartaron a un lado viendo obrar a la sanadora.
El humo blanco del quemador osciló delante del rostro del muchacho. Athela apartó a un lado su cara para no inhalar el fuerte olor, percatándose de la figura de madera posada en su ventana entreabierta. Aldebrán estaba en la ciudad... Si no se apresuraba, perdería la oportunidad de poder verle. El muchacho respiraba con dificultad, pero el humo de Arlan comenzó a hacer su efecto.
Marietta Dario- Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
Los minutos pasaban, y Aldebrán sabía que tarde o temprano podrían descubrirlo allí. Eso sería más sospechoso que cualquier otra cosa, así es que se decidió a actuar.
Tomó una de las pieles que llevaba consigo, y sin mucho esfuerzo cortó un trozo delgado y largo, que usó para reposar su brazo izquierdo, pasando el cordón por detrás de su cuello como soporte, como si se hubiese fracturado o algo similar. Apresuró el paso hacia la casa de su hermana, y al llegar se encontró que aún había gente dentro. Ignoró las miradas de desconfianza de las personas que se cruzaban con él, y golpeó firme pero calmadamente la puerta.
- Perdonadme, señora, pero he oído en la posada que vos podéis curar casi lo que sea. ¿Será posible que reviséis mi brazo? Me lo lastimé huyendo de un grupo de lobos en los bosques, rumbo hacia acá, y bueno... -y apuntó hacia su brazo izquierdo, dando a entender que había resultado en una caída peligrosa.
No dijo más, y se quedó pacientemente apoyado en la entrada, con cara de dolor de vez en cuando para simular mejor su lesión.
Tomó una de las pieles que llevaba consigo, y sin mucho esfuerzo cortó un trozo delgado y largo, que usó para reposar su brazo izquierdo, pasando el cordón por detrás de su cuello como soporte, como si se hubiese fracturado o algo similar. Apresuró el paso hacia la casa de su hermana, y al llegar se encontró que aún había gente dentro. Ignoró las miradas de desconfianza de las personas que se cruzaban con él, y golpeó firme pero calmadamente la puerta.
- Perdonadme, señora, pero he oído en la posada que vos podéis curar casi lo que sea. ¿Será posible que reviséis mi brazo? Me lo lastimé huyendo de un grupo de lobos en los bosques, rumbo hacia acá, y bueno... -y apuntó hacia su brazo izquierdo, dando a entender que había resultado en una caída peligrosa.
No dijo más, y se quedó pacientemente apoyado en la entrada, con cara de dolor de vez en cuando para simular mejor su lesión.
Última edición por Aldebrán el Dom Ene 13, 2013 6:08 am, editado 1 vez
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
El muchacho recobró poco a poco el aliento, mostrandose exahusto. Los mismos hombres que lo trajeron a la casa de la sanadora le ayudaron a incorporarse. Athela le miró asintiendo con la cabeza, como el que ve un trabajo bien hecho. La mujer que sollozaba se le abrazó murmurando entre lagrimas palabras de agradecimiento. Ni una palabra salió de la boca de la sanadora, sonrió amable, acompañandola hasta la salida. Ni preguntas ni explicaciones, cualquier necesitado sería bienvenido en su casa.
Cruzandose con la salida de los hombres se encontró con un veterano con el brazo en cabestrillo. Esperó a que los inesperados invitados salieran de la casa. Cerró la puerta tras de si, abrazandose a su hermano con fuerza.
- Me tenias tan preocupada... - Se separó de él, acunando su rostro con sus manos. - ¿Estas bien? ¿Ocurre algo?... - Los ojos de Athela brillaban, a pesar de que el parche tapaba su ojo izquierdo, no era impedimento para mostrar sus sentimientos en ellos.
Cruzandose con la salida de los hombres se encontró con un veterano con el brazo en cabestrillo. Esperó a que los inesperados invitados salieran de la casa. Cerró la puerta tras de si, abrazandose a su hermano con fuerza.
- Me tenias tan preocupada... - Se separó de él, acunando su rostro con sus manos. - ¿Estas bien? ¿Ocurre algo?... - Los ojos de Athela brillaban, a pesar de que el parche tapaba su ojo izquierdo, no era impedimento para mostrar sus sentimientos en ellos.
Marietta Dario- Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
Tan pronto se cerró la puerta, Aldebrán se quitó la capucha y se removió el improvisado cabestrillo. Su hermana le abrazó cálidamente, y él respondió de la misma forma.
- Sialar... -dijo mientras la abrazaba-. Estoy bien, para el tiempo al menos. Te he traído estas pieles para que tengas abrigo, o puedas cambiarlas por algo que te sirva. También tengo esto -desató de su cinto un pequeño saco de cuero, y se lo pasó a su hermana-. Dentro encontrarás hierbas que sueles usar, y otras que me han recomendado. Espero que te sirvan y te ahorren tantas salidas de la ciudad.
Aldebrán suspiró profundamente, aliviado de verla sana y salva. La constante inquietud por el bienestar de su hermana le quitaba el sueño al menos una de cada tres noches, pero no quería contarle, no quería preocuparla más.
- ¿Y a ti qué tal te va todo? ¿Alguna noticia de la ciudad?
- Sialar... -dijo mientras la abrazaba-. Estoy bien, para el tiempo al menos. Te he traído estas pieles para que tengas abrigo, o puedas cambiarlas por algo que te sirva. También tengo esto -desató de su cinto un pequeño saco de cuero, y se lo pasó a su hermana-. Dentro encontrarás hierbas que sueles usar, y otras que me han recomendado. Espero que te sirvan y te ahorren tantas salidas de la ciudad.
Aldebrán suspiró profundamente, aliviado de verla sana y salva. La constante inquietud por el bienestar de su hermana le quitaba el sueño al menos una de cada tres noches, pero no quería contarle, no quería preocuparla más.
- ¿Y a ti qué tal te va todo? ¿Alguna noticia de la ciudad?
Última edición por Aldebrán el Dom Ene 13, 2013 6:09 am, editado 1 vez
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
Sialar... aquel nombre olvidado para muchos, que solo su hermano le recordaba. Nombre que le evadía a sus origenes, su verdadera identidad. Era agradable oirlo de sus labios, de su voz grave y rasgada. En un gesto infantil se alborotó el pelo al ver las pieles y el saco de cuero. Con sumo cuidado lo inspeccionó sonriendo como niño con zapatos nuevos.
- Flor de Berldiar... hojas de Arlan... Ur... Aloe... Rewk... Esto es más de lo que podría pedir! Me bastará para no salir a buscar material al menos algunas semanas más. - Sonrió dejando ver sus dientes blancos como su pelo. Se giró para colocar cada medicina en su lugar mientras continuaba hablando.
- Sabes que no me quejo. Las cosas en la ciudad no cambian. - Desvió la mirada hacía un lado, donde algunas cestas de comida acumulaban maiz, panes y quesos. - La voluntad de los atendidos me basta para sobrevivir por ahora, aunque se nota, que no todos viven con la dignidad con la que deberían. El Alguacil continua presionando, cada vez hay más miedo.
Se acercó de nuevo a su hermano, mirandole con devoción. Bajó el tono de voz, continuando la conversación casi en susurros. - He intentado acercarme a él, pronto, con suerte, estaré en su circulo más cercano ocupandome personalmente de sus dolencias. - Alzó la vista hacía la puerta, los ruidos de la calle le alertaron para parar su conversación.
- Flor de Berldiar... hojas de Arlan... Ur... Aloe... Rewk... Esto es más de lo que podría pedir! Me bastará para no salir a buscar material al menos algunas semanas más. - Sonrió dejando ver sus dientes blancos como su pelo. Se giró para colocar cada medicina en su lugar mientras continuaba hablando.
- Sabes que no me quejo. Las cosas en la ciudad no cambian. - Desvió la mirada hacía un lado, donde algunas cestas de comida acumulaban maiz, panes y quesos. - La voluntad de los atendidos me basta para sobrevivir por ahora, aunque se nota, que no todos viven con la dignidad con la que deberían. El Alguacil continua presionando, cada vez hay más miedo.
Se acercó de nuevo a su hermano, mirandole con devoción. Bajó el tono de voz, continuando la conversación casi en susurros. - He intentado acercarme a él, pronto, con suerte, estaré en su circulo más cercano ocupandome personalmente de sus dolencias. - Alzó la vista hacía la puerta, los ruidos de la calle le alertaron para parar su conversación.
Marietta Dario- Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
El repentino silencio de su hermana alertó los acostumbrados sentidos de Aldebrán. Algo parecía rondar afuera, y Aldebrán se movió sigilosamente hacia la puerta. Puso su mano derecha en el pomo de su espada y abrió de golpe la puerta.
"Que no haya nadie, que no haya nadie..."
"No es el momento..."
"No quiero involucrar a Sialar..."
"Embestir y correr hacia el sur, saltando por sobre la empalizada a la altura de..."
"¡No puedo dejarla sola si eso ocurre!..."
Numerosos pensamientos rondaban la cabeza de Aldebrán, pero los ignoró y se fijó en la escena tras la puerta. No era más que un niño que había tirado una piedra tallada y la iba a recoger. Ante la figura del corpulento hombre en la puerta, el pequeño huyó tan pronto obtuvo su juguete. De reojo, Aldebrán creyó ver una o dos siluetas escabullirse por los callejones cercanos a la casa. Esperó un momento y cerró la puerta tras él.
- No era nadie -dijo en voz baja-, sólo un niño. Sin embargo, me inquieta estar acá mucho tiempo. Pongo en peligro nuestras vidas con estas visitas.
Se acercó entonces a su hermana y tomó sus manos cariñosamente. Le habló en voz baja y pausada: - Sialar, ten cuidado. Tu plan tiene muchos riesgos, y si te descubren no podré hacer nada para ayudarte. El cerdo de Helechal pagará por sus crímenes, pero no quiero que sea a costa tuya.
Aldebrán había estado pensando en algo hacía varios días, pero no sabía cómo decirlo. No era una persona muy versada ni expresiva, así es que fue al grano: - ¿Por qué no te vienes conmigo a las montañas?
"Que no haya nadie, que no haya nadie..."
"No es el momento..."
"No quiero involucrar a Sialar..."
"Embestir y correr hacia el sur, saltando por sobre la empalizada a la altura de..."
"¡No puedo dejarla sola si eso ocurre!..."
Numerosos pensamientos rondaban la cabeza de Aldebrán, pero los ignoró y se fijó en la escena tras la puerta. No era más que un niño que había tirado una piedra tallada y la iba a recoger. Ante la figura del corpulento hombre en la puerta, el pequeño huyó tan pronto obtuvo su juguete. De reojo, Aldebrán creyó ver una o dos siluetas escabullirse por los callejones cercanos a la casa. Esperó un momento y cerró la puerta tras él.
- No era nadie -dijo en voz baja-, sólo un niño. Sin embargo, me inquieta estar acá mucho tiempo. Pongo en peligro nuestras vidas con estas visitas.
Se acercó entonces a su hermana y tomó sus manos cariñosamente. Le habló en voz baja y pausada: - Sialar, ten cuidado. Tu plan tiene muchos riesgos, y si te descubren no podré hacer nada para ayudarte. El cerdo de Helechal pagará por sus crímenes, pero no quiero que sea a costa tuya.
Aldebrán había estado pensando en algo hacía varios días, pero no sabía cómo decirlo. No era una persona muy versada ni expresiva, así es que fue al grano: - ¿Por qué no te vienes conmigo a las montañas?
Última edición por Aldebrán el Dom Ene 13, 2013 6:09 am, editado 1 vez
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
Su cuerpo se tensó como los arcos elficos en la batalla, miró la puerta que su hermano abría, sim embargo nadie hubo al otro lado mas que un niño correteando. Exaló aire despacio. Aldebrán tenia razón, sus viajes eran peligrosos para ambos, pero no era su vida la que realmente le importaba, sino la de su hermano de palabra, de acto, de corazón, aquel que no compartía su sangre.
- Estaré a salvo, descuida... se cuidarme sola. - En un acto reflejo se llevó la mano hacia su parche. Se cubrió alborotando su pelo, procurando esconderlo. En su presencia no era necesario, mas se sentia más segura ocultando su cicatriz.
- No puedo huir contigo. Soy necesaria en esta ciudad, lo sabes. Sin mi, ellos no tendrían medios para salir adelante... Y en las montañas, no seré util. - Negó con la cabeza varias veces, convenciendose a si misma de sus propias palabras. Aldebrán no era el tipo de persona que insiste, lo conocía bien. Miró a sus ojos con actitud derrotada, haciendole entender que era la única solución posible.
- Se que en las montañas no estas solo, ellos te acompañan y eso alivia mi preocupación. Pero debes dejar a un lado tanta rabia Aldebrán. - Posó su mano en su pecho a la altura de su corazón. Un aura mística envolvía a la sanadora en sus palabras, siempre procuraba impartir tranquilidad, y su hermano, hacía largo tiempo que estaba sumido en el odio. - No dejes que te ahogue Aldebrán, no lo permitas, pues estarás a su misma altura....
- Estaré a salvo, descuida... se cuidarme sola. - En un acto reflejo se llevó la mano hacia su parche. Se cubrió alborotando su pelo, procurando esconderlo. En su presencia no era necesario, mas se sentia más segura ocultando su cicatriz.
- No puedo huir contigo. Soy necesaria en esta ciudad, lo sabes. Sin mi, ellos no tendrían medios para salir adelante... Y en las montañas, no seré util. - Negó con la cabeza varias veces, convenciendose a si misma de sus propias palabras. Aldebrán no era el tipo de persona que insiste, lo conocía bien. Miró a sus ojos con actitud derrotada, haciendole entender que era la única solución posible.
- Se que en las montañas no estas solo, ellos te acompañan y eso alivia mi preocupación. Pero debes dejar a un lado tanta rabia Aldebrán. - Posó su mano en su pecho a la altura de su corazón. Un aura mística envolvía a la sanadora en sus palabras, siempre procuraba impartir tranquilidad, y su hermano, hacía largo tiempo que estaba sumido en el odio. - No dejes que te ahogue Aldebrán, no lo permitas, pues estarás a su misma altura....
Marietta Dario- Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
Aldebrán sabía que su hermana tenía razón, en todo lo que le había dicho. Siempre había admirado eso de ella.
- Es inevitable, querida Sialar -replicó, y de pronto pareció que su figura perdía grosor y tamaño, y su rostro casi mostraba una mueca debido al gran peso que suponía lo que sentía-. Es lo que me mantiene con vida y es lo que me motiva a seguir adelante. Esta venganza ya no es tal, sino es más bien una llama imperecedera de libertad, y no sólo por nuestra familia, sino por todas las personas que sufren y han sufrido en Bree... -pero no terminó la frase por temor a asustar a su hermana. "...en Bree y todo Eriador", pensó para sí.
A pesar que no había pasado ni una hora siquiera, Aldebrán se estaba inquietando. Sabía que mientras más tiempo estuviese en la ciudad, más propenso estaba a ser capturado y ejecutado. Y con él, su hermana. Pero no quería dejarla.
- Creo... creo que debo irme -dijo mirando en derredor, buscando alguna excusa para quedarse-. Es peligroso que permanezca contigo tanto tiempo, y quiero pensar que habrá una próxima oportunidad en que nos veamos, hermanita.
Esperó su respuesta. Podría aparentar que no quería ser rudo, pero era un hombre de actuar simple y directo: lisa y llanamente estaba demorando su partida, que ya era inminente.
- Es inevitable, querida Sialar -replicó, y de pronto pareció que su figura perdía grosor y tamaño, y su rostro casi mostraba una mueca debido al gran peso que suponía lo que sentía-. Es lo que me mantiene con vida y es lo que me motiva a seguir adelante. Esta venganza ya no es tal, sino es más bien una llama imperecedera de libertad, y no sólo por nuestra familia, sino por todas las personas que sufren y han sufrido en Bree... -pero no terminó la frase por temor a asustar a su hermana. "...en Bree y todo Eriador", pensó para sí.
A pesar que no había pasado ni una hora siquiera, Aldebrán se estaba inquietando. Sabía que mientras más tiempo estuviese en la ciudad, más propenso estaba a ser capturado y ejecutado. Y con él, su hermana. Pero no quería dejarla.
- Creo... creo que debo irme -dijo mirando en derredor, buscando alguna excusa para quedarse-. Es peligroso que permanezca contigo tanto tiempo, y quiero pensar que habrá una próxima oportunidad en que nos veamos, hermanita.
Esperó su respuesta. Podría aparentar que no quería ser rudo, pero era un hombre de actuar simple y directo: lisa y llanamente estaba demorando su partida, que ya era inminente.
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
El crujir de armaduras por la calle aumentó hasta detenerse en la puerta de Athela. Tres golpes poderosos no esperaron respuesta antes de abrir la puerta sin miramientos. Los dos soldados entraron en la casa y mientras uno vigilaba con cierta indiferencia al hombre, el otro se acercó a la sanadora.
- El señor Helechal requiere de tus servicios, curandera. -dijo. - Ha ordenado que te llevemos ante su presencia de inmediato.
- El señor Helechal requiere de tus servicios, curandera. -dijo. - Ha ordenado que te llevemos ante su presencia de inmediato.
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
Las palabras de su hermano caían como una losa de pesada roca. Había dedicado su vida a la resistencia y la lucha, a diferencia de ella, sobré él caía la sombra del rencor. Apoyó su espalda contra la pared de la humilde sala y cruzó sus brazos, escuchandole. En parte tenia razón...
Asintió con la cabeza a las palabras con las que comenzaba su despedida. Poco tiempo juntos para tan larga ausencia, sim embargo era un riesgo su presencia allí. Los hombres del alguacil tenian ojos y oidos por toda la ciudad. Dibujó una mueca en su rostro mostrando descontento frunciendo el ceño, abrió la boca para hablar cuando ningun sonido salió de ella, el sonido que ahora se precivía de las calles no era de aquel niño jugando, era de algo peor.
La puerta volteó sobre sus bisagras en un fuerte estruendo, y los hombres, conocidos por sus ropas y armas como guardias de la ciudad, entraron en la casa.
- Hervid las raices en agua y tomadlas calien.... oh!.. - miró a los hombres sorprendida mientras con una mano sacaba del bolsillo un saquito de tela, lanzandoselo a Aldebrán, pareciendo ser algun tipo de remedio para lo que el hombre habia acudido a la curandera. - Por supuesto caballeros... no seré yo quien haga esperar al Alguacil. - Se giró hacía un mueble de madera carcomida, de donde sacó un zurrón de cuero, previsto con hierbas y materiales necesarios para estos casos, en los que sus servicios eran requeridos fuera de su hogar. Miró a su hermano mientras se colocaba el zurrón a la espalda. - Que la salud y la buena ventura os acompañen viejo pastor... - Sonrió con amargura ante la inesperada despedida, caminando tras los guardias que parecian no tener demasiado tiempo.
Asintió con la cabeza a las palabras con las que comenzaba su despedida. Poco tiempo juntos para tan larga ausencia, sim embargo era un riesgo su presencia allí. Los hombres del alguacil tenian ojos y oidos por toda la ciudad. Dibujó una mueca en su rostro mostrando descontento frunciendo el ceño, abrió la boca para hablar cuando ningun sonido salió de ella, el sonido que ahora se precivía de las calles no era de aquel niño jugando, era de algo peor.
La puerta volteó sobre sus bisagras en un fuerte estruendo, y los hombres, conocidos por sus ropas y armas como guardias de la ciudad, entraron en la casa.
- Hervid las raices en agua y tomadlas calien.... oh!.. - miró a los hombres sorprendida mientras con una mano sacaba del bolsillo un saquito de tela, lanzandoselo a Aldebrán, pareciendo ser algun tipo de remedio para lo que el hombre habia acudido a la curandera. - Por supuesto caballeros... no seré yo quien haga esperar al Alguacil. - Se giró hacía un mueble de madera carcomida, de donde sacó un zurrón de cuero, previsto con hierbas y materiales necesarios para estos casos, en los que sus servicios eran requeridos fuera de su hogar. Miró a su hermano mientras se colocaba el zurrón a la espalda. - Que la salud y la buena ventura os acompañen viejo pastor... - Sonrió con amargura ante la inesperada despedida, caminando tras los guardias que parecian no tener demasiado tiempo.
Marietta Dario- Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
Aldebrán tuvo que contener su impulso de arremeter contra la puerta, y se asombró al ver lo inquieto que estaba. Pronto se dio cuenta que, de no haber sido por la rápida reacción de su hermana, podría haberse generado tremendo lío.
Dócil como debía comportarse, agradeció el gesto de la curandera y cogió el pequeño saco de tela. Lo colgó de su cinto y se puso la capucha, dispuesto a salir. Esperó pacientemente a que los guardias permitiesen que cruzase entre ellos, y salió a paso veloz: no quería que notasen sus armas.
Sabía que su salida debía ser calmada y decidida, así es que afirmó el paso y dobló en la primera calle que pudo, directo hacia la salida del sur de la ciudad. No quiso voltear para depedirse de su hermana, pero su mente y su corazón estaban con ella.
"Sal de esta con bien, Sialar. No soportaré dejar de verte."
Dócil como debía comportarse, agradeció el gesto de la curandera y cogió el pequeño saco de tela. Lo colgó de su cinto y se puso la capucha, dispuesto a salir. Esperó pacientemente a que los guardias permitiesen que cruzase entre ellos, y salió a paso veloz: no quería que notasen sus armas.
Sabía que su salida debía ser calmada y decidida, así es que afirmó el paso y dobló en la primera calle que pudo, directo hacia la salida del sur de la ciudad. No quiso voltear para depedirse de su hermana, pero su mente y su corazón estaban con ella.
"Sal de esta con bien, Sialar. No soportaré dejar de verte."
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
El guardia de la puerta dejó salir a Aldebrán una vez consideró que había demostrado quién mandaba allí, cosa que el hombre aceptó con paciencia. Cuando hubo partido y Athela reunido sus cosas la escoltaron hasta el centro de la pequeña ciudad.
Frente a la taberna El poney pisador, al otro lado de la amplia plaza de tierra, estaba la residencia de Camrus Helechal, señor de Bree. El edificio de piedra y madera tenía una entrada principal vigilada siempre por guardias fuertemente armados. Las ventas del primer piso y la planta baja tenían rejas para impedir la entrada de intrusos y en la azotea había un guardia más que controlaba que nadie accediera por los tejados de las casas cercanas.
El grupo rodeó el edificio por un callejón lateral hasta acceder a la entrada de servicio, donde se dirigía a todas las visitas que no fueran de mayor rango que el propio Camrus. Una vez dentro cruzaron la cocina hasta el vestíbulo y subieron por la escalera principal, la única, hasta el último piso, el tercero. Allí tenía Camrus su despacho privado y sus aposentos. El guarda más mayor se despidió entonces y bajó de nuevo, mientras el más joven, un hombre alto de cabellos castaños y mirada inquisitiva llamaba a la puerta entreabierta del despacho. Hasta Athela llegaban las voces que discutían dentro.
- A ver, Berus. ¿Cuántas ejecuciones llevamos esta semana?
- So...solo 6 mi señor. ¿Son suficientes?
- De momento bastarán, pero procura esta vez que sean de rebeldes. A este ritmo me quedaré sin cocineros y caballerizos. Recuerda Berus, que nuestro señor exige resultados. Retírate.
Vieron salir a un hombre encorvado y canoso que recogía varios pergaminos en sus brazos. Éste miró descarada y fijamente los pechos de la sanadora y se fue. El guardia pareció sentirse incómodo y abrió la puerta para que pasara la mujer, cerrando tras ella.
En el despacho se encontraba Camrus helechal sentado tras un gran escritorio. Sonrió a la curandera y le hizo señas de que se acercara.
- Ya era hora, chica. -dijo. - Tengo unos gases que me muero.
En respuesta, las tripas de aquel hombre emitieron un gorgoteo y la cara de Camrus se contrajo para relajarse a los pocos segundos. Un olor asqueroso comenzó a inundar la habitación.
Frente a la taberna El poney pisador, al otro lado de la amplia plaza de tierra, estaba la residencia de Camrus Helechal, señor de Bree. El edificio de piedra y madera tenía una entrada principal vigilada siempre por guardias fuertemente armados. Las ventas del primer piso y la planta baja tenían rejas para impedir la entrada de intrusos y en la azotea había un guardia más que controlaba que nadie accediera por los tejados de las casas cercanas.
El grupo rodeó el edificio por un callejón lateral hasta acceder a la entrada de servicio, donde se dirigía a todas las visitas que no fueran de mayor rango que el propio Camrus. Una vez dentro cruzaron la cocina hasta el vestíbulo y subieron por la escalera principal, la única, hasta el último piso, el tercero. Allí tenía Camrus su despacho privado y sus aposentos. El guarda más mayor se despidió entonces y bajó de nuevo, mientras el más joven, un hombre alto de cabellos castaños y mirada inquisitiva llamaba a la puerta entreabierta del despacho. Hasta Athela llegaban las voces que discutían dentro.
- A ver, Berus. ¿Cuántas ejecuciones llevamos esta semana?
- So...solo 6 mi señor. ¿Son suficientes?
- De momento bastarán, pero procura esta vez que sean de rebeldes. A este ritmo me quedaré sin cocineros y caballerizos. Recuerda Berus, que nuestro señor exige resultados. Retírate.
Vieron salir a un hombre encorvado y canoso que recogía varios pergaminos en sus brazos. Éste miró descarada y fijamente los pechos de la sanadora y se fue. El guardia pareció sentirse incómodo y abrió la puerta para que pasara la mujer, cerrando tras ella.
En el despacho se encontraba Camrus helechal sentado tras un gran escritorio. Sonrió a la curandera y le hizo señas de que se acercara.
- Ya era hora, chica. -dijo. - Tengo unos gases que me muero.
En respuesta, las tripas de aquel hombre emitieron un gorgoteo y la cara de Camrus se contrajo para relajarse a los pocos segundos. Un olor asqueroso comenzó a inundar la habitación.
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
El paso de los guardias se agilizaba pues nadie en la ciudad se interponía en su camino. Las gentes se hacían a un lado, evitando tan siquiera mirarles, esperando que pasasen de largo sin causar problemas. El miedo se respiraba entre el polvo y el humo de los hornos de los herreros, miedo que controlaba por completo a los humildes y cada vez más escasos habitantes de la ciudad de Bree.
Athela caminaba imitando sus pasos, procurando no quedarse atrás. La cabeza baja, la mirada al suelo, los hombros caídos, y las manos pegadas a su cinturón. Su afán por no llamar la atención se notaba en cada gesto, cada sutil movimiento, incluso con su voz dulce y tenue.
No era la primera vez que recorría ese camino, así que apenas alzó la vista para observar a donde se dirigian. Llegaron hasta su despacho. "6 ejecuciones... 6.... ¿Y eran pocas?... Esto no podía durar mucho más..." meditaba mientras el viejo salía,haciéndolee llevar sus manos hacía su pecho, intentando ocultar lo que de sobra no se veía con su capa.
La sala olía a cerrado... incluso, hubiera pensado que olia a muerto. Ladeo la cabeza y escuchó las palabras del Alguacil. El olor a muerto se hizo más patente en la sala. Intentó disimular con poco acierto su cara de asco.
- Debería comenzar, señor... por comer más ligero... me temo que puede ser por la ingesta de alimentos pesados. - Hincó una rodilla en el suelo, apoyando el zurrón sobre las tablas de madera, buscando en él un tarrito con unas hierbas de color ocre parcialmente molidas. No le faltaron ganas de cambiar el tarro por uno de efecto letal... pero su cabeza rodaría antes de que pudiera tan siquiera salir de la habitación. Alcanzó el tarro al guardia a la par que se levantaba del suelo.- Dele esto al cocinero, que lo hierba y lo deje reposar al menos diez minutos, luego, debe tomarlo el Alguacil de inmediato...tres veces al día, antes de comer. - Sonrió amable a Camrus, inclinando la cabeza de forma servicial.
Athela caminaba imitando sus pasos, procurando no quedarse atrás. La cabeza baja, la mirada al suelo, los hombros caídos, y las manos pegadas a su cinturón. Su afán por no llamar la atención se notaba en cada gesto, cada sutil movimiento, incluso con su voz dulce y tenue.
No era la primera vez que recorría ese camino, así que apenas alzó la vista para observar a donde se dirigian. Llegaron hasta su despacho. "6 ejecuciones... 6.... ¿Y eran pocas?... Esto no podía durar mucho más..." meditaba mientras el viejo salía,haciéndolee llevar sus manos hacía su pecho, intentando ocultar lo que de sobra no se veía con su capa.
La sala olía a cerrado... incluso, hubiera pensado que olia a muerto. Ladeo la cabeza y escuchó las palabras del Alguacil. El olor a muerto se hizo más patente en la sala. Intentó disimular con poco acierto su cara de asco.
- Debería comenzar, señor... por comer más ligero... me temo que puede ser por la ingesta de alimentos pesados. - Hincó una rodilla en el suelo, apoyando el zurrón sobre las tablas de madera, buscando en él un tarrito con unas hierbas de color ocre parcialmente molidas. No le faltaron ganas de cambiar el tarro por uno de efecto letal... pero su cabeza rodaría antes de que pudiera tan siquiera salir de la habitación. Alcanzó el tarro al guardia a la par que se levantaba del suelo.- Dele esto al cocinero, que lo hierba y lo deje reposar al menos diez minutos, luego, debe tomarlo el Alguacil de inmediato...tres veces al día, antes de comer. - Sonrió amable a Camrus, inclinando la cabeza de forma servicial.
Marietta Dario- Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
Helechal sonrió mostrando sus dientes amarillos. Se sentía complacido con el trato servicial que había recibido, generoso y predispuesto a devolver el favor. O a hacer tratos.
- Dáselo tú al cocinero cuando te vayas. - dijo - Ahora querida, ¿qué quieres como pago?
El hombre juntó las manos sobre el escritorio y esperó la respuesta de la mujer.
- Dáselo tú al cocinero cuando te vayas. - dijo - Ahora querida, ¿qué quieres como pago?
El hombre juntó las manos sobre el escritorio y esperó la respuesta de la mujer.
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
Miró a su alrededor, buscando en los muebles ostentosos que la rodeaban una respuesta. La pregunta sin duda la dejó fuera de lugar, pues no esperaba agradecimiento alguno por su parte. Se alborotó el pelo con una mano.
- Mi señor... No espero recompensa alguna. Mis servicios siempre están dispuestos para vos. - Bajó la cabeza en tono sumiso, por su educación se mostraba una persona sencilla. - Solo espero que quizá, algun dia, si lo necesito, vos podais ayudarme como tantas veces lo haya podido hacer yo por vos.
Fijó su mirada al suelo, quizá era ofensivo rechazar tal regalo, pero Athela no necesitaba nada de él. Sus principios no eran sino para ayudar a las personas que según su criterio, merecian apoyo, y en esa ciudad, eran demasiados como para pedir algo por todos.
- Mi señor... No espero recompensa alguna. Mis servicios siempre están dispuestos para vos. - Bajó la cabeza en tono sumiso, por su educación se mostraba una persona sencilla. - Solo espero que quizá, algun dia, si lo necesito, vos podais ayudarme como tantas veces lo haya podido hacer yo por vos.
Fijó su mirada al suelo, quizá era ofensivo rechazar tal regalo, pero Athela no necesitaba nada de él. Sus principios no eran sino para ayudar a las personas que según su criterio, merecian apoyo, y en esa ciudad, eran demasiados como para pedir algo por todos.
Marietta Dario- Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Re: [Bree] El hogar de una familia [1 de Octubre] (Aldebrán, Athela)
La sonrisa expectante de Helechal se ensanchó al oír la respuesta de la mujer.
-Encantadora. -dijo.- Consideremos pues que te debo un favor. Ya puedes irte.
Sin más despachó a la mujer y comenzó a revolver papeles en su escritorio.
-Encantadora. -dijo.- Consideremos pues que te debo un favor. Ya puedes irte.
Sin más despachó a la mujer y comenzó a revolver papeles en su escritorio.
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