[Cabaña 21]Amigo y hermano(S5 Mayo)

28 de Mayo - a 23 días del Solsticio

Alida se levantó con las primeras luces del amanecer. Después de la charla del día anterior, se había quedado preocupada por Tesse y por Melinda, pero sobretodo por Roger y la manera en que se había ido al final de la conversación. Tener el apoyo de Mistral la dejaba bastante tranquila, pero Roger... había sido su primer amigo allí. No quería importunarlo bajo ninguna circunstancia.

Por esa razón, la chica decidió incluso antes de levantarse de la cama que lo primero que haría ese día sería buscar a Roger para preguntarle cómo se encontraba y si podía hacer algo por él. Sí, eso mismo. Mientras pensaba eso, dirigió la mirada a la cama de su hermano, esperando que siguiera allí para poder abordarlo en cuanto se levantara.

Como era habitual, Roger ya no estaba en la cama. Tenía tendencia a levantarse muy temprano y caminar solo. La única que permanecía durmiendo era Melinda, con su respiración acompasada, mientras Jack leía una revista para dibujantes sobre las sábanas. El chico de alguna forma adivinó las intenciones de Alida y tras lanzarle una mirada por el rabillo del ojo le sugirió:

- Seguro que está en el lago dando de comer a los peces. Siempre ha sido muy esquivo por las mañanas.

- Sí, claro. En el lago... Gracias Jack.

Alida se levantó de la cama y empezó a arreglarse para ir en busca de Roger. Sin embargo, cuando ya estaba vestida, tenía la cama hecha y pensaba salir en su busca se paró en la puerta y volvió a dirigirse a Jack, en voz baja para no despertar a Melinda.

- Oye... tú llevas más tiempo aquí y lo conoces mejor que yo... ¿qué crees que le pasaba ayer? Estoy preocupada porque se sintiera obligado a apoyarme en el plan. No quiero que... bueno, no me parece bien que nadie lo haga si no cree en ello...

- ¿A Roger? - dejó la revista a un lado de la cama antes de responder - No lo sé, siempre ha sido esquivo y con eso de la tartamudez habla muy poco. Es difícil saber qué piensa. De todas formas seguro que lo de ayer se debe al miedo que le da Mistral cuando se pone en plan orden y mando porque es bastante asustadizo. Por lo demás, yo no le daría más vueltas.

Jack volvió a su revista, dejando que Alida valorara la situación.

Alida asintió, aunque no estaba tan convencida. Nunca había compartido el criterio de sus hermanos en lo que a Roger se refería: tenían una concepción muy superficial de él, o esa impresión le daba.

La chica salió de la habitación y de la cabaña, y se fue directa al lago con la esperanza de encontrar allí a su hermano.

Tal y como predijo su hermano, Roger Perkins estaba jugueteando con el agua. Se mantenía cerca de la orilla mientras echaba migas de pan a los peces del fondo. Mientras Alida se acercaba, una carpa grande se asomó a la superficie y engulló uno de los trozos de pan. Roger arrojó nuevas migas y a la carpa le salieron competidores. El chico reía, absolutamente deleitado. Saludó a Alida cuando la notó acercarse y le hizo una nueva muestra de la habilidad de sus peces. Esta vez, el pan no llegó a tocar el agua; la primera carpa saltó, adelantándose al resto y llevándose un nuevo bocado. Un par de peces fueron tras ella y un tercero llegó a morderle la cola pero todo esfuerzo resultó inútil, la gran carpa roja continuó nadando como si nada.

Roger le hizo una seña a su hermana para que se sentara junto a él.
Hacía una preciosa mañana. El Sol ya salía sobre el bosque, iluminando la colina en que se encontraba el pino de Thalia. El lago aun se veía ligeramente oscuro, apenas unos brillos tenues al otro lado. Los peces se sentían más cómodos en aquel extremo que en el otro porque no paraban de asomar la cabeza esperando más comida y a Roger tampoco parecía importarle. Sobre la camiseta del campamento llevaba una sudadera clara con una luna cuarteada en el pecho que le abrigaba de la baja temperatura matinal.

Alida se sentó en el sitio que Roger le ofrecía y estuvo un rato allí, observando sin decir nada. Al final, no pudo resistirlo más.

- Oye... Roger... ¿estás bien? Ayer me dejaste un poco preocupada...

Roger lanzó una última migaja al lago y se quedó mirando a su hermana largo rato antes de encogerse de hombros y balbucear.

- Las pele... peleas me po... ponen nervioso. - masculló.

Volvió a centrar su atención en los peces, que le esperaban en la superficie.

- Vaya... no lo sabía -comentó Alida.- Si te soy sincera... a mí también. Siento haberme puesto como me puse, tal vez me pasé un poco... ¡Pero no estaba enfadada contigo! Ninguno lo estábamos, en realidad... -dijo, sintiendo de repente que esa podría ser la razón por la que Roger se había sentido tan incómodo.

- Ya sé - Roger desgranó otro trozo del pan que llevaba en su mochila violeta y lo lanzó al lago - Yo... Me gustaría... que todos... que todos nos lleváramos... bien. No quiero... a Tesse enfadada... ni a mamá... Puedes... ¿puedes prometerlo?

Para saber la respuesta, giró la cara y clavó sus ojos grises en los oscuros de Alida.

¡Sí, te lo prometo! eso le habría gustado contestar. Pero no podía mentir. No a Roger.

- Puedo prometerte que haré todo lo posible por no enfadar a mamá y que evitaré pelearme con Tesse. Voy a intentar que todos nos llevemos bien, pero... no puedo asegurarte que nadie se vaya a enfadar. Ni tampoco que Tesse acabe aceptando mi propuesta... y no voy a echarme atrás solo porque ella quiera mantenerse al margen. Pero no estamos enfadadas, Roger. Ella tiene su opinión y yo la mía, pero seguimos queriéndonos igual -explicó Alida, aunque mentalmente añadió "o eso espero" porque las reacciones de Tesse siempre superaban su capacidad de entendimiento.

En un ataque repentino de congoja, Roger abandonó al pan y los peces y echó las manos al cuello de Alida, estrechándole contra él.

- Gracias. Muchas gra... gracias. No quiero... per... perderos. Sois... mi... ú... única fami... familia. - tartamudeó el chico preso de la emoción. - Mel... tiene a... su herman... hermano Al, y... Jack... a sus... pri... primos. Mistral... tiene otra... hermana... aun... aunque estén... pele... peleadas. Inclu... incluso Tesse tie... tiene her... hermanos peque... ños. Yo... - suspiró - A... mi pad... padre pero sie... siempr... siempre está tris... te. Y a vosot... vosot... vosotros.

Dejó entonces de hablar, cansado por el esfuerzo.
En la superficie del lago aun se veían peces. Seguramente se preguntaban por qué tardaban tanto en volver a tirarles comida.

Alida no pudo sino devolverle el abrazo a su hermano.

- Yo tampoco tengo a nadie Roger, ni siquiera a mi padre... -dijo evitando mirar a su hermano a la cara.- Y tampoco quiero perderos... sobretodo no quiero perderte a ti -dijo en un ataque de sinceridad.- No te preocupes, ¿vale? Aunque a veces no estemos de acuerdo... somos una familia, ¿o no? Siempre arreglamos las cosas...

- Sí, so... somos una... fa... familia - contesto Roger con tono esperanzado.

Siguió abrazado a su hermana unos segundos más y después se soltó, sorbiéndose la nariz y evitando el contacto visual. Se le habían enrojecido las mejillas en aquel arranque de sinceridad y de pronto volvió a encontrar muy interesante volver a echar migas de pan al lago. Los peces debieron agradecerlo ya que volvieron a competir entre ellos por llevarse el trozo más grande.