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Escena C ¿Después de la tormenta llega la calma?
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Escena C ¿Después de la tormenta llega la calma?
Los chicos tienen la tarde libre para hacer lo que quieran. Lady tras un rato despierta entumecida con la gente que se ha quedado con ella observándola. El resto continúa su camino, por una parte Aixa se marcha excusándose en la necesidad de ir al trabajo, mientras que Yolanda decide quedarse junto a la “herida”. Del chico rapado no se sabe nada mientras que el resto decide que hacer. Marcos se marcha por su lado mientras que todos los demas todavía deben decidir que hacer.
- Spoiler:
- Podeis escribir todos los post que querais en la escena C entre vosotros, aquí vamos a narrar lo que os sucede el resto del dia hasta que volveis al dia siguiente al centro cívico. Abrid cuantos post deseéis, yo iré completando los que abrais si alguno quiere preguntar lo que sea que me lo deje en Facebook
Re: Escena C ¿Después de la tormenta llega la calma?
Juaniyo parecía tan desconcertado por la curación de la herida como el resto, tanto que se quedó durante unos largos segundos mirando la pierna con la boca prácticamente abierta. Había llegado andando desde el refugio, mirando desconfiadamente hacia el cielo cada tres segundos, y se había colocado con lo que quedaba de grupo.
- Os lo he dicho: er torniquete ese e' la caña. - Dijo finalmente, creyendo firmemente en sus palabras. - Darle la enhorabuena a la Yolanda que ha sío' la heroína aquí, que sabía asé un torniquete de'so. No e' por na', pero nosotro', er trío calavera... - Señaló con la mano tanto a sí mismo como a Leo y a la chica mientras hablaba. - No lo' otro', que van y se caen de la barca esa.
No dejaba de haberle parecido raro lo de la pierna, pero la verdad es que tal vez la herida fuese poquilla cosa... a saber. No quiso darle más importancia de la que tuvo, además, la Lady esa parecía estar fuera de peligro y seguramente pronto se despertase. No quería estar allí cuando eso ocurriera... de hecho, no quería estar allí fuese cual fuese el caso, teniendo en cuenta que les habían avisado por sms que podían marcharse.
- Der caraho loco, pero no me hace grasia que no podamo' recoge' nuestra' cosa'. - Miró a Leo y a Yolanda, con los que de repente había parecido tener una gran complicidad. - ¿Ustede' qué vai' hase'? Bueno yo me voy, no' vemo' ya mañana o cuando sea. ¡Enga!
Metiendo una mano en el bolsillo levantó la otra a mono de despedida mientras se iba andando con el mono de trabajo puesto.
- Os lo he dicho: er torniquete ese e' la caña. - Dijo finalmente, creyendo firmemente en sus palabras. - Darle la enhorabuena a la Yolanda que ha sío' la heroína aquí, que sabía asé un torniquete de'so. No e' por na', pero nosotro', er trío calavera... - Señaló con la mano tanto a sí mismo como a Leo y a la chica mientras hablaba. - No lo' otro', que van y se caen de la barca esa.
No dejaba de haberle parecido raro lo de la pierna, pero la verdad es que tal vez la herida fuese poquilla cosa... a saber. No quiso darle más importancia de la que tuvo, además, la Lady esa parecía estar fuera de peligro y seguramente pronto se despertase. No quería estar allí cuando eso ocurriera... de hecho, no quería estar allí fuese cual fuese el caso, teniendo en cuenta que les habían avisado por sms que podían marcharse.
- Der caraho loco, pero no me hace grasia que no podamo' recoge' nuestra' cosa'. - Miró a Leo y a Yolanda, con los que de repente había parecido tener una gran complicidad. - ¿Ustede' qué vai' hase'? Bueno yo me voy, no' vemo' ya mañana o cuando sea. ¡Enga!
Metiendo una mano en el bolsillo levantó la otra a mono de despedida mientras se iba andando con el mono de trabajo puesto.
Juaniyo- Mensajes : 33
Fecha de inscripción : 11/06/2012
Re: Escena C ¿Después de la tormenta llega la calma?
Pero, ¿de qué iba ese tío? Pasaba de todo el mundo, dedicaba gran parte del tiempo a tocar las narices al resto y ahora le hablaba como si fuese su coleguilla de toda la vida. Leo puso cara de no entender ni jota mientras Juaniyo se marchaba sin esperar ninguna otra contestación.
- Nos… nos vemos mañana – dijo sin mucho interés – Si no hay otro remedio… - añadió cuando Juaniyo ya se alejaba.
Ahora sólo quedaban junto a él Lady, que parecía recobrar el conocimiento (si es que lo tenía), Yolanda, Lola, Ibai y aquel chico escuálido. La situación era tan absurdamente extraña que nadie parecía saber muy bien cómo reaccionar en aquel instante. Leo se quedo mirando como un bobo a Yolanda y le sonrió, mientras extendía su pulgar en señal de que ahora “todo iba bien”.
- No sé cómo lo has hecho, pero parece que se ha curado… Eres guay...
Esperaba que Lady no se hubiese enterado del bolazo recibido en la cara gracias a su talentosa patada.
- Nos… nos vemos mañana – dijo sin mucho interés – Si no hay otro remedio… - añadió cuando Juaniyo ya se alejaba.
Ahora sólo quedaban junto a él Lady, que parecía recobrar el conocimiento (si es que lo tenía), Yolanda, Lola, Ibai y aquel chico escuálido. La situación era tan absurdamente extraña que nadie parecía saber muy bien cómo reaccionar en aquel instante. Leo se quedo mirando como un bobo a Yolanda y le sonrió, mientras extendía su pulgar en señal de que ahora “todo iba bien”.
- No sé cómo lo has hecho, pero parece que se ha curado… Eres guay...
Esperaba que Lady no se hubiese enterado del bolazo recibido en la cara gracias a su talentosa patada.
Leo- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 12/06/2012
Re: Escena C ¿Después de la tormenta llega la calma?
Todo en el grupo parecían indecisos y confusos. El andaluz optó por quitarse de en medio rápidamente. Por lo visto se había mantenido a cubierto mientras los demás ayudaban a la Lady. Ibai le devolvió la despedida con un inapreciable movimiento de cabeza.
Para entonces ya había centrado su atención en uno de los grandes bloques de hielo que estaban repartidos por el suelo del parque, posiblemente el mismo que había golpeado a Lady, si es que realmente le había alcanzado, porque no tenía heridas.
Cogió un bloque de hielo del tamaño de un puño en la mano y lo sopesó, lanzándolo un par de veces al aire. Solo aquel pedazo ya ganaría algún récord de tamaño en un concurso de bolas de granizo. Sin embargo solamente era una esquina desprendida de un bloque inmensamente mayor. Habrían caído igual por toda la ciudad. Era...alucinante! Aunque el nivel de adrenalina ya había bajado, Ibai se había sentido angustiado mientras sentía que el edificio iba a venirsele encima. Pero ahora...la curiosidad le invadió. Si Madrid estaba llena de aquellos icebergs, no pensaba perderse el espectáculo.
Iba a proponer una excursión ya que todos parecían a salvo ya, aprovechando que tenían el resto del día libre, pero no pudo reprimir una risita al oír a Leo dirigiéndose a Yolanda. "¿Eres guay?" Igual era el porro, pero aquel comentario le pareció genial, como si de algún modo devolviera la normalidad a todo lo que les rodeaba. Y si el gafotas estaba intentando ligar...eso ya iba a ser la hostia.
- ¿Qué tal Lady? Como te encuentras? -miró primero a la chica que se despertaba poco a poco y luego al resto - Nadie más tiene ganas de ver qué ha pasado por ahí? Podemos tomar unas cervezas antes de comer...
Aunque había empezado muy convencido, poco a poco fue perdiendo ímpetu en su propuesta. Ahora le parecía absurda e infantil, así que se quedó callado, bajó la mirada, apretó la bola de hielo que mantenía en la mano todavía y cogiendo algo de impulso, la lanzó contra el kiosko donde sus compañeros se habían refugiado, acertando a uno de los postes de la estructura y haciendo que el bloque de hielo se desintegrase en cientos de partes mucho más pequeñas.
Para entonces ya había centrado su atención en uno de los grandes bloques de hielo que estaban repartidos por el suelo del parque, posiblemente el mismo que había golpeado a Lady, si es que realmente le había alcanzado, porque no tenía heridas.
Cogió un bloque de hielo del tamaño de un puño en la mano y lo sopesó, lanzándolo un par de veces al aire. Solo aquel pedazo ya ganaría algún récord de tamaño en un concurso de bolas de granizo. Sin embargo solamente era una esquina desprendida de un bloque inmensamente mayor. Habrían caído igual por toda la ciudad. Era...alucinante! Aunque el nivel de adrenalina ya había bajado, Ibai se había sentido angustiado mientras sentía que el edificio iba a venirsele encima. Pero ahora...la curiosidad le invadió. Si Madrid estaba llena de aquellos icebergs, no pensaba perderse el espectáculo.
Iba a proponer una excursión ya que todos parecían a salvo ya, aprovechando que tenían el resto del día libre, pero no pudo reprimir una risita al oír a Leo dirigiéndose a Yolanda. "¿Eres guay?" Igual era el porro, pero aquel comentario le pareció genial, como si de algún modo devolviera la normalidad a todo lo que les rodeaba. Y si el gafotas estaba intentando ligar...eso ya iba a ser la hostia.
- ¿Qué tal Lady? Como te encuentras? -miró primero a la chica que se despertaba poco a poco y luego al resto - Nadie más tiene ganas de ver qué ha pasado por ahí? Podemos tomar unas cervezas antes de comer...
Aunque había empezado muy convencido, poco a poco fue perdiendo ímpetu en su propuesta. Ahora le parecía absurda e infantil, así que se quedó callado, bajó la mirada, apretó la bola de hielo que mantenía en la mano todavía y cogiendo algo de impulso, la lanzó contra el kiosko donde sus compañeros se habían refugiado, acertando a uno de los postes de la estructura y haciendo que el bloque de hielo se desintegrase en cientos de partes mucho más pequeñas.
Ibai- Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 11/06/2012
Edad : 45
Re: Escena C ¿Después de la tormenta llega la calma?
-Bi...bien, creo...- mira le solté esa gilipollez porque coño, abrir los ojos y encontrarte semejante maromo pues como que le endulza el día a cualquiera. El problema es que lo que yo quería que me endulzara es más negro que cualquier día que conozcas, JAJAJA. -¿Qué cojones ha pasado?- me empecé a levantar y me di cuenta de que tenía sangre por las piernas. Pegué un brinco que te cagas, del susto claro. Entonces m'acordé de todo, ¿sabes? De la tormenta, de los pedazo pedrolos esos reventándome la pierna y sobretodo del dolor... ¡JODER! Ese puto dolor que parecía que iba a arrancarme la jodida pierna. Me rebusqué entre los trocitos de tela que quedaban del pantalón del mono, pero aparte de la sangre... nada, ni una puta herida.
-¿Qué cojones me habéis hecho, desgraciaos?- ya estaba de pie, y furiosa. -Colegas, yo sólo venía para saludaros, empieza el pifostio este y os vais corriendo como putas mariconas. Claro, dejad a la puta negra que se muera tranquila. ¡ME TOCÁIS EL COÑO!- empecé a andar de un lado para otro. ¿Por qué coño me picaba tanto la cara? Rebufé varias veces, era una costumbre que he cogido con los años porque mi puta madre la odia.
La cara me seguía picando cada vez más y, al final, no pude evitarlo y me rasqué.
-¡AHG! ¡JODER, QUÉ DAÑO!- entonces me quedé acojonadísima. Esa misma mañana me estuve maqueando con el espejo, ¿sabes? Y joder no tenía ni un puto grano. Cuando me rasqué la frente, me reventé como tres o cuatro llenitos de pus los hijos de puta. ¡Qué puto asco y qué puto dolor! Sentí que tenía unas ganas tremendas de llorar y de reventar a hostias a todos los gilipollas que estaban ahí, especialmente al cuatro-ojos... y no sé por qué.
-Mirad chavales, yo paso de esta puta mierda. Mañana seguro que me quedo y empiezan a lloverme cuchillos, ¿pa qué? ¿Pa que volváis a meteros debajo el chino y me den por culo?- comencé a rascarme como una loca la cara y, por la cara de éstos, me reventaba granos como una posesa. Sentía el olor de la sangre y el tacto del pus en los dedos. ¡JODER QUÉ PUTO ASCO! Podía aguantar que las putongas bailongas me miraran con cara de horror, ¿pero mi Ibai? Hace nah de tiempo estábamos juntitos, a punto de rebotarme las pelotas en el culo y ahora me miraba como un bicho raro.
-¡Que os follen, yo me piro a mi casa!- y comencé a andar, no sin antes agarrar al puto Leo y lanzarlo con todas mis fuerzas hacia el otro lado, concretamente el agua llena de hielitos. Cómo voló el hijo de puta... Me fui pegando patadas a lo que me encontraba... me sentía fuerte, nada me dolía... pero DIOS qué puto asco de cara.
De camino a casa le reventé un par de dientes a algún graciosillo que se rió de mi cara y, cuando llegué a mi kelly mi madre se me plantó delante.
-¿Pero qué te ha pasado, cariño?- siempre me llama "cariño" porque sabe que me jode.
-¿Qué me va a pasar, zorra? Que me abandonaste cuando tenía dos años.- ¿no te jode la muy perra? Me fui para mi cuarto y me puse música mientras me miraba al espejo. ¡QUÉ PUTO DESTROZO!
-Wendy, cariño, tienes la cara destrozada. ¿Por qué no me has dicho que tenías tantos granitos? Te puedo ir ac comprar rosa mosqueta.
-¡Que te pires ya, hostias!¡Qué pesada la puta vieja...!- me reventé otro grano y el pus salió disparado contra el cristal. Ése sí que dolió. Sin embargo, sentía que la pesada de los cojones seguía ahí, intentando espiarme.
-Pero si no me cuesta nada, anda ábreme la puerta que te ayudo a limpiarte...- ahí ya se la ganó. Abrí la puerta, le cogí del pescuezo y la empotré contra la pared.
-¡QUE TE HE DICHO QUE NO!- y fue entonces cuando flipé, Lombarte, tronca... Le empotré la cabeza contra la pared a la vieja... pero es que atravesé la pared y le dejé el coco incrustado. Veinticuatro puntos que le han dado, más el collarín y la orden de alejamiento... Joder, lo que molestan las putas esposas...
Oye, ¿seguro que no tienes Clean & Clear? Mira que te lo he pedido, eh...
-Lady Wendolyn Martínez, se ha acabado tu tiempo.
-No colega, déjame hablar más con la psicóloga.
-Ya te dije antes que no podías estar más de media hora.
-Lombarte, no me dejes aquí... esto es mucho peor que el centro de menores... Además cada vez que me reboto me salen granos por toda la cara, me ha pasado algo... Me pasó algo en la tormenta, ¡LOMBARTE!
-¡Joder con la niña! ¡VAMOS, COÑO!
-¡Que me dejes!- y volvió a pasar. El forcejeo terminó con otro par de esposas destrozadas y una policía con la cabeza ensangrentada contra el cristal blindado. Lady se agachó sobre la mujer, tratando de hacerla recuperar el sentido pero no parecía lograrlo... quizás ésta sí que estuviera muerta... Cuando la chica alzó el rostro, las pústulas ya habían aparecido.
-Shhh... Será mejor para las dos... que no digas nada...- la mirada de la chica hablaba del terror que padecía, del rechazo y la soledad que sentía en su enmarañado y gris corazón. Poco tiempo después el monstruo abandonó la sala de visitas número 3, sola, como siempre estaría.
-¿Qué cojones me habéis hecho, desgraciaos?- ya estaba de pie, y furiosa. -Colegas, yo sólo venía para saludaros, empieza el pifostio este y os vais corriendo como putas mariconas. Claro, dejad a la puta negra que se muera tranquila. ¡ME TOCÁIS EL COÑO!- empecé a andar de un lado para otro. ¿Por qué coño me picaba tanto la cara? Rebufé varias veces, era una costumbre que he cogido con los años porque mi puta madre la odia.
La cara me seguía picando cada vez más y, al final, no pude evitarlo y me rasqué.
-¡AHG! ¡JODER, QUÉ DAÑO!- entonces me quedé acojonadísima. Esa misma mañana me estuve maqueando con el espejo, ¿sabes? Y joder no tenía ni un puto grano. Cuando me rasqué la frente, me reventé como tres o cuatro llenitos de pus los hijos de puta. ¡Qué puto asco y qué puto dolor! Sentí que tenía unas ganas tremendas de llorar y de reventar a hostias a todos los gilipollas que estaban ahí, especialmente al cuatro-ojos... y no sé por qué.
-Mirad chavales, yo paso de esta puta mierda. Mañana seguro que me quedo y empiezan a lloverme cuchillos, ¿pa qué? ¿Pa que volváis a meteros debajo el chino y me den por culo?- comencé a rascarme como una loca la cara y, por la cara de éstos, me reventaba granos como una posesa. Sentía el olor de la sangre y el tacto del pus en los dedos. ¡JODER QUÉ PUTO ASCO! Podía aguantar que las putongas bailongas me miraran con cara de horror, ¿pero mi Ibai? Hace nah de tiempo estábamos juntitos, a punto de rebotarme las pelotas en el culo y ahora me miraba como un bicho raro.
-¡Que os follen, yo me piro a mi casa!- y comencé a andar, no sin antes agarrar al puto Leo y lanzarlo con todas mis fuerzas hacia el otro lado, concretamente el agua llena de hielitos. Cómo voló el hijo de puta... Me fui pegando patadas a lo que me encontraba... me sentía fuerte, nada me dolía... pero DIOS qué puto asco de cara.
De camino a casa le reventé un par de dientes a algún graciosillo que se rió de mi cara y, cuando llegué a mi kelly mi madre se me plantó delante.
-¿Pero qué te ha pasado, cariño?- siempre me llama "cariño" porque sabe que me jode.
-¿Qué me va a pasar, zorra? Que me abandonaste cuando tenía dos años.- ¿no te jode la muy perra? Me fui para mi cuarto y me puse música mientras me miraba al espejo. ¡QUÉ PUTO DESTROZO!
-Wendy, cariño, tienes la cara destrozada. ¿Por qué no me has dicho que tenías tantos granitos? Te puedo ir ac comprar rosa mosqueta.
-¡Que te pires ya, hostias!¡Qué pesada la puta vieja...!- me reventé otro grano y el pus salió disparado contra el cristal. Ése sí que dolió. Sin embargo, sentía que la pesada de los cojones seguía ahí, intentando espiarme.
-Pero si no me cuesta nada, anda ábreme la puerta que te ayudo a limpiarte...- ahí ya se la ganó. Abrí la puerta, le cogí del pescuezo y la empotré contra la pared.
-¡QUE TE HE DICHO QUE NO!- y fue entonces cuando flipé, Lombarte, tronca... Le empotré la cabeza contra la pared a la vieja... pero es que atravesé la pared y le dejé el coco incrustado. Veinticuatro puntos que le han dado, más el collarín y la orden de alejamiento... Joder, lo que molestan las putas esposas...
Oye, ¿seguro que no tienes Clean & Clear? Mira que te lo he pedido, eh...
-Lady Wendolyn Martínez, se ha acabado tu tiempo.
-No colega, déjame hablar más con la psicóloga.
-Ya te dije antes que no podías estar más de media hora.
-Lombarte, no me dejes aquí... esto es mucho peor que el centro de menores... Además cada vez que me reboto me salen granos por toda la cara, me ha pasado algo... Me pasó algo en la tormenta, ¡LOMBARTE!
-¡Joder con la niña! ¡VAMOS, COÑO!
-¡Que me dejes!- y volvió a pasar. El forcejeo terminó con otro par de esposas destrozadas y una policía con la cabeza ensangrentada contra el cristal blindado. Lady se agachó sobre la mujer, tratando de hacerla recuperar el sentido pero no parecía lograrlo... quizás ésta sí que estuviera muerta... Cuando la chica alzó el rostro, las pústulas ya habían aparecido.
-Shhh... Será mejor para las dos... que no digas nada...- la mirada de la chica hablaba del terror que padecía, del rechazo y la soledad que sentía en su enmarañado y gris corazón. Poco tiempo después el monstruo abandonó la sala de visitas número 3, sola, como siempre estaría.
Lady Wendolyn Martínez- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 10/06/2012
Edad : 30
Localización : Useras
Re: Escena C ¿Después de la tormenta llega la calma?
Por desgracia, Lady sí parecía ser de algún modo consciente de lo que el gafapasta había hecho, ya que lo primero que hizo tras recuperar el conocimiento y gritar una enorme retahíla de improperios fue levantar en el aire a Leo como si no pesase nada (realmente no era nada corpulento) y lanzarlo hacia el mismo lugar donde minutos antes habían salido chapoteando los que estaban en la barca. A pesar de aquella especie de desahogo, la tía se largó con un mosqueo monumental, el mismo que parecía acompañarla a todas partes.
El agua estaba muy fría, los trozos de hielo habían contribuido a ello. Si antes tenía toda la pinta de un “pringao”, en el momento en el que salió del agua, con todo el buzo chorreando y el flequillo húmedo tapándole gran parte de la cara, Leo parecía el perdedor de una competición por la dignidad. Escupiendo agua y tratando de retirarse el pelo pegado a la cara, todavía tuvo tiempo de ver como la Lady se largaba, dando unos pisotones al suelo que en nada envidiaban a la estampida de un elefante.
- Vaya… Desde luego no estaba muerta… Pero parecía el increíble Hulk... Bueno, Hulka para ser más exactos – dijo un Leo empapado y perplejo.
El agua estaba muy fría, los trozos de hielo habían contribuido a ello. Si antes tenía toda la pinta de un “pringao”, en el momento en el que salió del agua, con todo el buzo chorreando y el flequillo húmedo tapándole gran parte de la cara, Leo parecía el perdedor de una competición por la dignidad. Escupiendo agua y tratando de retirarse el pelo pegado a la cara, todavía tuvo tiempo de ver como la Lady se largaba, dando unos pisotones al suelo que en nada envidiaban a la estampida de un elefante.
- Vaya… Desde luego no estaba muerta… Pero parecía el increíble Hulk... Bueno, Hulka para ser más exactos – dijo un Leo empapado y perplejo.
Leo- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 12/06/2012
Re: Escena C ¿Después de la tormenta llega la calma?
- Spoiler:
- Falta Lolencia por postear, pero de momento repito turno yo también, y cuando pueda que entre ella en la escena.
Aquello fue...espectacular, incluso para la Lady. Nada más abrir los ojos soltó una de aquellas salvas de maldiciones con las que se expresaba habitualmente. Pero algo se mezclaba con el enfado, una mezcla de miedo y malestar. Empezó a rascarse frenéticamente, y la cara, que se le había llenado de granos y pústulas empezó a supurar una mezcla sanguinolenta y asquerosa. Ibai pudo imaginar su propia cara al ver la del resto de compañeros, horrorizados y asqueados.
Pero lo mejor estaba por llegar. Sin previo aviso (tal vez los insultos y maldiciones habían sido premonitorios, pero viniendo de Lady no llamaron la atención de nadie, no lo vieron venir) agarró a Leo como si fuera un guiñapo y lo lanzó al estanque. Luego se marchó dando voces y soltando patadas a cuanto se le ponía en el camino.
Ibai miró a Yolanda, a Lola, a Rob y a todo el grupo, con cara de asombro.
- Joder...eso no se lo esperaba nadie eh? Por lo menos parece que ya no le duele, no? - vaya parida. De dónde cojones has sacado esta manía de tener que decir siempre algo, por muy absurdo que sea? Callado estás más guapo, y lo sabes.
Leo ya asomaba fuera del agua, confuso y chorreando. Si alguno de sus aparatos había sobrevivido a su caída, ahora debía haberlos jodido definitivamente. Casi le dio lástima. Casi. Pero pudo más el aspecto cómico del muchacho, así que empezó a reír a carcajadas. ¿Qué otra cosa se podía hacer? Había pasado algo raro allí, pero Ibai no tenía ni puta idea de qué había sido. Hulk decía Leo...sí, eso parecía razonable, tratándose de Lady.
Ibai- Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 11/06/2012
Edad : 45
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