Epics Isoka

Mahnmut/Orphu escribió:
Quizás tienda a ocupar mas espacio en una página, pero eso no le impide ser un idioma rico, poderoso e iluminado por el genio humano. ¡Oh, Mahnmut! Eres todo un fascista disfrazado de mando de Tv caminante. Por favor, si no quieres que te retire el saludo, aprende a ver, leer y comprender las obras humanas en su versión original. Es la única forma de captar matices como el humor, la idiosincrasia, y la ironía en sus actores. Te informo que el Ingles y el Chino, eran construcciones que a la vez cimentaban sus bases en otros diferentes idiomas. Voy a ver mi serie, dejé a Kirk en Romulan…Si quieres hablar conmigo, que sea en francés para comprobar si me has hecho caso. Cambio y corto, Hail, Viva Il Duce o como quieras.

- ¿Asesinato? ¿De qué me estaís hablando? - fruncí el ceño. Definitivamente la noche de ayer había sido completita. - Yo estuve en esa cena ayer, me fui antes del baile pero...pero al menos hasta antes de marcharme no había ocurrido nada. - me detuve...bueno, para mi si había ocurrido, pero desde luego, no parecía ser lo más importante aunque a mi me estuviera atormentando. - Pero...¿Que diablos pasó ayer? ¡Es que todo se confabulo para ser la peor noche del siglo?...

A ver, Dana...por partes. Se suponía que aquí te ibas a relajar y a centrar...deja de divagar de una maldita vez. Piensa.

- ¿A quién mataron? - de repente me invadió el miedo. - ¿Malcolm está bien verdad?

Vale. Genial. Ahora acababas de contarle a tus abuelos que volvías a ver a Malcolm....ahora empearía la charla de si estaba de nuevo con él o no,...Y lo peor es que ni siquiera yo sabia que significaba ese hombre para mi. y a todo esto...si hablaban de ese asesinato es que...¡Iuliana estaba viva! ¿o no? ...A ver Dana...céntrate...[/font]

¿Por qué sería que en esta puta ciudad todo el mundo andaba un par de pasos por delante suya? Incluso los ciegos parecían ver las cosas más claramente que él.
Se giró en su asiento hacia el recién llegado. El leve frufrú del movimiento atrajo la mirada del miembro de la Tribuna hacia su dirección. Aunque ciego, mostraba tener muy buenos sentidos, tanto que durante su primer encuentro en el club O2 Aries no consiguió intuir la discapacidad de Darío. O mejor dicho, Virgo. La única luz que iluminaba ahora la sala de pantallas provenía del comlog frente al asiento de Aries. Aún en la penumbra, la débil claridad que arrojaba el monitor hacía brillar con un azul celeste los ojos del ciego, clavados extrañamente en él. No pudo evitar sentir un escalofrío, que sustituyó por un momento a la sensación de frustración que le causara el haber sido el último en conocer la identidad del monje.

- Luz.

Dijo en tono alto y firme mientras se levantaba de su asiento. Al instante la computadora que gobernaba el edificio encendió gradualmente las luces de la sala, deshaciendo el hechizo de la celeste mirada de Darío.

- Es curioso como los caminos se cruzan, ¿cierto? Aunque en mi caso me siento como un carnero al que su pastor marca la ruta. Pero por favor, toma asiento, creo que el tuyo es este de aquí. Las presentaciones ya fueron hechas y quisiera despachar el asunto cuanto antes, Virgo. ¿O prefieres Darío?

En sus maneras se podía entrever cierta crispación. La epidemia, la doble vida de Acuario y ahora descubrir que, lo que creía que era un nuevo contacto obtenido por sus propios medios, no era más que un juego de Ofiuco para juntar a sus peones. Todo eso no hacía si no incrementar su frustración. Y para colmo de males las cicatrices comenzaban a dolerle.

Edith hubiera cambiado unas cuantas letras de la palabra "familia" en esa oración: añadías una "l" al principio, quitabas la "f", cambiabas la "m" por "d" y para finalizar sustituías la última "i" por una "l". ¿Qué te quedaba? "La Cuore era una gran ladilla" Una ladilla molesta para la sociedad.

Inanis escribió:Los muros estaban enmohecidos y daba la sensación de que cualquier golpe podría hacer que el muro desprendiera fragmentos de sí mismo con la misma facilidad con la que se hunde una hoja de aceleración en un pedazo de carne tierna.

Apéllōn escribió:-Os juro que os he visto antes. Era una antigua cinta lo sé, pero estoy seguro. Recuerdo tu nombre, peor no el de la enana- Señaló con el pulgar a Dafne y cerró los ojos para contener la risa-Pero estoy seguro que te llamas C3PO colega. No puedes engañarme.

Inanis escribió:

Apéllōn escribió:-Os juro que os he visto antes. Era una antigua cinta lo sé, pero estoy seguro. Recuerdo tu nombre, peor no el de la enana- Señaló con el pulgar a Dafne y cerró los ojos para contener la risa-Pero estoy seguro que te llamas C3PO colega. No puedes engañarme.

XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD Qué bueno Api !

Derecha... Derecha... siempre a la derecha. El tiempo parecía no pasar y el laberinto de túneles eterno. Las voces quedaban muy atrás ya. Por fín una puerta. La atravesó encontrándose en una calle ya en la superficie. Desierta y no muy iluminada. Tomó aire y lo exhaló despacio. Mark no debería tardar en llegar. Parecía que todo se había terminado al fín, o quizá, no había hecho más que comenzar.

Apéllōn escribió:"Y así Kenzo se vió en mejores y mas verdes praderas, saltando feliz entre una multitud de mujeres semidesnudas que solo atendían a el y sus divinas necesidades. Su cabello rubio ondulaba al viento, mientras las mas largas melenas multicolores de sus seguidoras le seguían a los brincos con ansias de aunque sea, tocarle. Aunque muchas parecían sospechosamente similares a Alice en algún detalle, el solo daba pasos amplios y altos de un lado a otro con su toga al viento. Cuando calculó que ya estaba en el epicentro de la muchedumbre femenína, arrojó al aire su única vestimenta dejando los brazos levantados con una amplia sonrisa al sol. Habia llegado el momento sublime de..."

Dana Grishenka escribió:Me quedé completamente paralizada. ¿pero, porqué? ¿Qué había sido esto? Mi hermosa criatura...¿estas despierta? ¿Estoy despierta? no lo sé...no sé ni donde estoy ni de que te conozco, ni tampoco sé si te conozco. ¿Porqué me estas hablando as? ¿Quién eres? Yo no soy tu criatura...soy...soy...

Todo el mundo aplaudía. ¿A quién? Miré a Malcolm sin saber muy bien porqué le tenía a mi lado. Volví a mirar al hombre.

- Porqué... - No sabía ni lo que quería decir. Tenía que marcharme, si...eso era lo más sensato...o teníendo en cuenta como se estaba desarrollando todo....lo menos estúpido.

- Yo... - apreté inconscientemente el brazo de Malcolm. - Me voy. No...es tarde. Me...- Urian...tenía que irme con él. - Me están esperando. Te llamaré. Gracias, adios. - Sin mirar a nadie.- Buenas noches.

Salí rápido. Todos escuchaban o miraban algo. Escuchaba exclamaciones, pero nadie me vió. Bueno...nadie. Solo él...solo sentía esa mirada que me taladraba la espalda. No debía girarme...no, salir...huir y poco más. Seguro que seguía con esa sonrisa...seguro. No debía girarme y eso, eso fue lo único acertado que conseguí hacer esa noche.

Su cerebro ordenó y reconfiguró la información que había captado pasivamente mientras el viajaba a mundos mejores. Gatos, Aliens y Médicos asesinos. Todo un puto título para una obra de desastres.

Creo que a muerto alguien - apuntó su marido, el cual era notablemente más alto y estaba levantado observando la pintoresca y nada apropiada escena. Si para aquellas personas eso era una fiesta, para Edith era de todo menos una fiesta. Para empezar, sin comida (por no hablar de los Replicantes), y luego con todo aquel Deismo barato y asqueroso. Mejor que no hubiera comido nada porque se le hubiera atragantado. En esos momentos envidaba mucho a Alberta.

- ¿Era V? - Preguntó Edith aún postrada en su silla.

- No - Esta vez fue su hermano quien le contestó. Él también se había levantado y había reconocido a la artista que había muerto en el escenario.

- Pues le está bien empleado - Y con un gesto de suma indiferencia cogió su bolso y se deshizo del apretón de su cuñado .- ¿Nos vamos ya? - les preguntó a todos.

Apéllōn escribió:-¡ESTA BIEN! ¡ESTA BIEEEEEEEEEEEEEEEEEN!

Kenzo se incorporó alejandose del sofá y levantando las manos en un gesto de inocencia. El gesto de sorpresa de Alice nunca apareció ante la subida de tono, ni nunca aparecería por lo que extrañamente eso le tranquilizó.


Bueno...Esta bien. Esto merece una explicación. Cuarenta segundos antes, el cerebro de Apolo había contenido un duelo épico entre dos partes de su cerébro antagonistas:

Una de ellas, amante de la mecánica, las peleas y los partidos de Rollerball; había entrado en frenesí al inclinarse Alice para darle un plátano. Este ente energúmeno no cesaba de gritar en su cerebro "A la carga!!", "Que te la tires", "Partela al medio como si fuera un quesito!", "Banzaiiiiii!". Todo esto al ritmo que saltaba de un rincón a otro de su mente golpeando y haciendo un escándalo formidable. Quizás sea este el motivo por el que el torrente sanguíneo prefería evitar la zona y se dirigiese en grandes cantidades al...sur.

Su rival, experto recitando los Cantos de la Ilíada, Amigo desinteresado de cualquier persona del sexo femenino atractiva, fiel y buen cocinero; contemplaba en su pequeña torre de la zona frontal del cerebro, como su vecino procedente del cerebelo invadia y destrozaba todo haciendo que, en contraste, Polonia de 1939 de la Era Perdida pareciese un feliz vecindario Pini Pon. Clamaba a bajar las armas con voz tonante incansablemente: "No por favor!, solo nos queda admirar la perfección con la que está construida nuestra amiga Alice..", "Esto es vandalismo, lleguemos a un acuerdo y dejemos que la dama vaya a higienizarse", "Ah! Lo tengo! Estimado Señor Mondragón! Levante las manos y ríndase. Si la conoce carnalmente, echará a perder algo bueno que hizo desinteresadamente. Sabe usted que de eso ya nos queda poco!"



Finalmente se giró y caminó incomodamente ,debido a cuestiones anatómicas masculinas, hacia el panel que contenía su pequeño arsenal.

- Necesito que no me llames "Mi amor" un condenado día...- Abrió el panel y buscó con la mirada hacia todas las direcciones posibles.- Mars también ha adoptado los celos. Pero si, lo admito, le canté todo a Sam. Es que no me parecía que debía de empezar una relación con ella con humo. No creo que se maten entre ellos, pero si que sigan desconfiando el uno del otro...Piensalo, si se uniesen podrían montar troya ellos solos.

Finalmente se rindió ante la infructuosa búsqueda dejando que los hombros cayesen vencidos.

-Oye, busco una ganzúa. ¿Sabes que es eso? Una especie de pieza de metal que me sirve para violentar cerraduras de diferentes clases...O bueno, si tienes algo mejor lo acepto.- Mientras esperaba a que Alice respondiese, continuó con el lio, como si hablase solo- Sabemos donde vive el calvo, buscaremos si este tipo de incidentes se ha vuelto frecuente en su zona. Luego rastrearemos por posibles grupos de sospechosos. No pierdas tiempo investigando a dos o tres mendigos, estamos hablando de algo mas organizado. Rastréa pedidos de comida rápida o alcohol, busca sitios en las cercanías que puedan albergar a bandas, rastréa concentraciones de vehículos...Ya sabes. Me voy, te dejo terminar con tu cometido...higiénico, ejem

Edith Grant escribió:- Bueno tampoco es tan grande como para perderme - repuso imitando su sonrisa.- Muchas gracias.- Rápidamente Edith buscó con la mirada algo que no alcanzaba a encontrar.- ¿Ese jarrón de cristal es nuevo no?.- todo parecía en orden, cosa que a Edith irritaba de sobremanera.- ¿Programado o real? - Era usual que algunos muebles y algunos aparatos eléctricos domésticos fueran virtuales, lo que convertía esa pregunta en algo tópico.

- Yo soy lo que estás buscando. - Dijo finalmente, con voz ronca y quebrada por el esfuerzo físico y mental, mientras no dejaba de aprentar los dientes y de observar con ojos enrojecidos y furiosos a Lust. - Si estás buscando a los ajenos que destrozaron el local de Sabra, has dado con el mutante adecuado... Puedes mirar los medicamentos de mi chaqueta, ¡O pasarme una puta maquinita que capte el nivel de radiación! ¡Me importa una mierda, puta! Yo hice que explotase la bomba que derrumbó medio local, el que aplastó las cabezas que se me pusieron por delante y el que hizo temblar por una noche a medio disco residencial. - Escupió las palabras con todo el desprecio que le permitieron sus fuerzas, mientras seguía retorciéndose en el suelo. - ¡¿TE PARECE ESO "ALGO QUE TE INTERESE", CACHO DE PUTA?!

Abrí los ojos. ¿Seguía viva? Si, eso parecía y aunque resultara extraño, no estaba muy segura de alegrarme por ello. Ahora, mi resignación se había convertido en un miedo que apenas me dejaba moverme.
Me senté lo más rápido posible, sin rechistar y sin apartar los ojos del arma. ¿Pero porque me apuntaban con un arma? ¿Grigorov se había decidido a matarme y tendría que haber escuchado con más atención a mi abuela? Si era eso, podría haberlo hecho antes…y no era necesario mandarme a este orangutan.

El rubio, al que no conocía de nada, no paraba de hablar. “S.C.A.R., libros, decoración, Namori…mi novio…¿Mi novio? ¿Su amante?" ¿Pero que está diciendo?
Miraba atónita, con los ojos como platos sin ser capaz de balbucear ni una palabra. Aquello no parecía agradarle y sin embargo… no entendía ni una palabra de lo que estaba diciéndome. Y quizás, quizás eso fue lo único que me devolvió cierta esperanza.

Si hubiese podido, me habría acercado solo para tocarle y asegurarme que no estaba alucinando, pero el arma apuntada hacia mi me recordó que mejor me quedaba quietecita. Ya me aseguraría más tarde. De pronto se me apareció el titular: “Muere joven científica en un atraco por querer comprobar si su atracador no era un holograma.”

Quería llorar. Probablemente le habría irritado más. Y…por favor, Dana, al menos si vas a morir…intenta tener un mínimo de dignidad. Ahora quería reir…si, de la pena que sentía de mi misma.
Enfin…para variar, céntrate, que sospecho que es la mejor forma de seguir viva.

- Os…me… creo…- Balbuceaba. Gran comienzo. Un bebé se entiende mejor, bonita. Respira, que aun puedes. – Soy Dana Grishenka y desde luego no creo que sea la persona que andais buscando. Si lo necesitais puedo facilitaros algún nombre de algún vecino porque no cabe duda que os habeis equivocado de casa…

Fantástico. Además de estúpida, cobarde y delatora.

- Bueno, quiero decir …- Si, arréglalo a ver que tal…- no se que buscaís de mi… - “tu eres el nombre luego del símbolo igual”. ¡Aaaaaaah! De repente entendí las palabras. Mierda. Mierda mierda mierda. ¡Pero si no era mas que una casualidad! Me sentí casi ofendida. – Oye… ¿pero quien te has creído que eres? Esta claro que si eres de la S.C.A.R. eso no son formas de iniciar un interrogatorio. – Por eso Dana, piensa, no es de la S.C.A.R, lleva un arma, y estas subiéndo tu el tono. ¿Puedes ser coherente o te quieres convertir en un friambre tan pronto? – Estas mal informado. ¿Con que derecho te crees para irrumpir en MI casa con un arma y acusarme de no se que cosa y amenazarme con cortarme los dedos. – No, no puedes ser coherente. Idiota. – Si no te salen las cuentas es porque claramente, no eres muy listo que digamos. Así, empieza de nuevo, lárgate y déjame en paz.

Claro, y ahora se va a levantar, te va a pedir disculpas, te besará la mano y se marchará por donde había llegado.

Le miré. Miré el arma. Y no, definitivamente no me sentía nada fuerte. Rompí a llorar.

Necesitó de unos instantes para, después de tomar aire de forma entrecortada, volver a incorporarse, esta vez quedando de pie a un lado de la cama. Lust, la cuál seguía retorciéndose y ronroneando como un gato sobre las sábanas, se vio momentos despues con el cañón de la pistola apuntando a su sien.

- Estás como una puta cabra. - Hank se encontraba completamente desnudo, bañando en sudor y con finos hilos de sangre cayendo por diferentes partes de su cuerpo, aquellos que habían sido víctimas de las afiladas uñas de la ajena. Con un semblante terriblemente serio, y arriesgando con desfallecer y caer a un lado, continuó apuntandola con el arma. Se hizo un silencio que se extendió durante lo que podría haber sido cerca de un minuto, pero finalmente, Hank lo rompió. No tenía absolutamente nada más que hacer, salvo esto. No le quedaba otra opción... y lo sabía. - Somos un grupo pequeño, pero desorganizado. Tú llevas aquí más tiempo, conoces mejor que nadie todo esto. Sabes donde podemos y donde no podemos entrar. Y por mucho que me joda... te necesitamos. - Por su mente le pasó lo acontecido el último día con Kash, la desconfianza, el descontrol. La inestabilidad. - Necesitamos que estés con nosotros. Y algo me dice que tú, necesitas que estemos contigo.

Si había alguna posible solución a las preocupaciones que habían rondado por la mente de Hank cuando estuvo recuperándose de sus heridas, con relación al funcionamiento del grupo y el futuro que les aguardaba, se encontraba ahí mismo, tumbada en la cama. Y él acababa de follarsela. Lust verdaderamente podía ayudarle a evitar un completo y terrible desastre.

Sam escribió:Las vistas desde aquel balcón eran realmente impresionantes. La ciudad vista desde arriba,construcciones arquitectónicas de formas imposibles, de tonos blancos y grises que bien inspiraban la pureza y elegancia de la zona alta. Alexandra apoyó sus manos en la barandilla de cristal, una ligera brisa acariciaba su cara, levantando levemente la camisa de hombre mal abotonada con la que únicamente iba ataviada. Deslizó uno de sus pies descalzos sobre el suelo, su pose era sugerente y su rostro mostraba la satisfacción y el cansancio que provocaba una noche de diversión en compañía.

Frente a ella, Amanda. Presidiendo solemne la ciudad desde lo más alto desde tiempos inmemoriales. Radiaba luz, toda la luz que Isoka necesitaba, 12 horas de suave calor que muchos de sus habitantes nunca llegarían a apreciar. Protección y sabiduría, diosa de todos, humanos, replicantes, ajenos.... Mirando por igual a cada uno de ellos, sin excepción. Alexandra la miraba, miles de preguntas le asaltaban a su mente. Su expresión siempre le resultó enigmática, como la de quien quiere proteger a sus seres más queridos con un manto de seguridad, o quien se compadece de la destrucción inminente que les espera de forma inevitable por sus propios errores.

Quizá Amanda, creada por otros, era lo suficientemente poderosa como para controlar desde lo más alto cada detalle que en aquella caótica ciudad ocurría. Diosa artificial venerada por muchos y olvidada por otros.

Alexandra salió de sus propios pensamientos al oír pasos tras ella. Giró la cabeza sin la intención de mirar, sabía de sobra que era él, giró su cabeza lo justo para que su voz se proyectase a sus espaldas.

- Ven conmigo, aprovecha los últimos minutos de luz que Amanda nos ofrece... - Su voz cálida y sensual sonó arrastrando cada palabra mientras el hombre se aferraba a su cintura, mirando sobre su hombro la figura de la diosa. - ¿Alguna vez te has preguntado qué ocurriría sin ella? ¿Qué sería de todos nosotros sin su luz?... - Acarició en su vientre los brazos que la rodeaban. Aspiró aire elevando su pecho, coincidiendo con el fin de las doce horas de luz. Amanda dejó de pronto su destello cálido, para dejar paso a su resplandor blanco. La eterna luna llena de Isoka aparecía una noche más sobre la ciudad. Unespectáculoo de color digno de presenciar.

Spoiler:

La lágrima que amenazaba con manchar su cara cayó con premura, deslizándose otra a continuación, y otra. Su rostro no había cambiado de gesto ante lo que aparentemente sentía, manteniendo una mirada fija en dirección a un suelo que no veía. Su cuerpo parecía pesar varias toneladas, y era incapaz de moverlo ni un milímetro. Su espalda curvada hacia abajo y sus piernas alargadas le daba un aspecto patético, como si estuviera en shock, como si no hubiera nadie más en la calle. Como si no hubiera nadie más en toda la ciudad.

Iuliana Sahidi escribió:
Isoka es un organismo fuerte, al que puedes inyectarle pequeñas dosis de virus para hacerlo más fuerte, pero si le clavas un puñal en el corazón finalmente solo conseguirás matar a todos los microbios que vivimos en su interior. Isoka necesita un cambio, pero ese cambio no debe conllevar su destrucción.