Epics Isoka

Edith Grant escribió:Su horario de todas las mañanas era el siguiente: a las 5:30 am se levantaba, duchaba y arreglaba. A las 5:55 am empezaba a preparar el desayuno de su marido, que estaba listo para cuando este se levantase a las 6:00 am. 6:10 am tenía listo el de sus hijos, 6:15 iba a despertarlos.

Pero esta mañana había un nuevo añadido: Le tocaba llevarlos y recogerlos del colegio. El conductor del autobús escolar, Roy, era ya lo suficientemente viejo y torpe como para destituirlo, y así lo hicieron. Esto no le pareció del todo mal en principio hasta que descubrió que el nuevo conductor era un replicante, y, eso, lógicamente no le agradó.

Ese pequeño retraso le haría cambiar su mañana, pero en parte lo hacía para quedarse tranquila. ¿Qué clase de persona confía la vida de sus hijos a una de esas máquinas?. Los sistemas de conducción automáticos eran un peligro, y los replicantes aún más.

- Glinda Grant, acábate tu batido dijo Edith nerviosa mirando el reloj de la cocina.

- Sí madre....- pero la pequeña no sorbía la pajita.

- ¡Si no fueras de mi propio ADN quién sabe lo que te haría jovencita!, ¿Albert estás ya vestido?- Edith cogió el batido y lo metió en la nevera.- Lo tendrás para desayunar mañana.- su otro hijo parecía tener problemas con la ropa.- Como no lleguemos os vais a arrepentir, cuando vuelva quiero ver esa tostada acabada y que estés vestida.- Edith se dirigió con paso firme hacia la habitación del chico.- ¿Qué es lo que....? ¡Por todos mis genes!

La habitación estaba llena de ropa por todos lados, y no dejaba de salir disparada del armario.

- ¿Albert? - el chico no estaba.- ¡Albe...!- un calzoncillo salió disparado aterrizando en su cara. Edith se lo quitó con un manotazo y empezó a buscar a su hijo de entre toda la ropa. Bajo un montón de pantalones lo encontró.

Se le iluminó la cara, no por comprobar que su hijo estaba bien, no, por ver que llevaba puesto el uniforme del colegio.

- Se volvió loco después de ponerme el uniforme - dijo medio asustado por la cara que le estaba poniendo su madre.

Edith se llevó la mano a la cabeza, era todo un desastre, un desastre. Vaya mañana le esperaba.

- Vamos - dijo cogiéndole con cierta fuerza y violencia del brazo. Su hermana no estaba lista, pero cuatro gritos bien dados y ya estaban preparados para marchar.

Aunque pareciese más tiempo en la cabeza de Edith, aquello tan solo la demoró cinco minutos, había sido previsora y les levantó casi al mismo tiempo que ella. Habían dormido menos, pero prefería eso que llegaran tarde. Igual no pensó que el rendimiento influye más en la imagen que el hecho de retrasarse.

- ¡Mierda! - dijo pegando violentamente al volante.- Sabía que me olvidaba de algo - Edith se volvió sobre el asiento trasero.- Es todo por vuestra culpa.- En realidad, era culpa del director, por haber sustituido a Roy... pero aquella cuenta ya la ajustaría con la Asociación de Padres y la Liga.- Bajad del coche.- Edith cambió enseguida su expresión a una hermosa y cálida sonrisa.- Pasad un buen día.

- Igualmente madre- dijeron los niños al unísono. Así se despedían en los días normales, cuando Roy conducía el autobús. Al final iba a echar de menos a ese viejo conductor más que a su bolso viejo favorito.

Inanis escribió:Después se levantó y fue a por dos pares de palillos. -He aprendido a usar estas cosas, ¿sabes? Dan un aire místico a la hora de comer y, como se tarda tanto en pillar algo, uno termina comiendo menos.

Urian Sahidi escribió:
"Salchichas con palillos"Pensó. "Desde luego no es lo que yo definiría como misticismo"

-Considérese invitado a la bebida, pero he de serle sincero, no quiero perder ni su tiempo ni el mío. No estoy interesado en contratar compañía sexual así que mejor será que busque a otra persona.

Inanis escribió:

-Considérese invitado a la bebida, pero he de serle sincero, no quiero perder ni su tiempo ni el mío. No estoy interesado en contratar compañía sexual así que mejor será que busque a otra persona.

Urian a Apéllon nada más conocerse en el O2 XDDDD Ahora vas y lo cascas, rubito.

- Una cosa es venir a ayudar y a trabajar, y otra muy distinta es respirar incluso en tus ratos libres este aire infecto y ese agua...y sentir en cada instante que tu vida es tan insignificante que te la pueden quitar en un momento. -Me quedé unos instantes en silencio. La conversación se había puesto algo más seria.- Ya se que quizás no sea más que una niña rica malcriada pero no le encuentro ningún encanto a esto. - Bueno...tecnicamente hacía unos instantes que le había dicho a Urian que quería volver a la jungla. - Quiero decir...- rectifiqué consciente de que caía en mi propia trampa.- nadie debería vivir en un lugar así. Si los humanos buscaron un mundo mejor...¿porqué no lo hicieron mejor para todos? ¿Porque una montaña? ¿porqué un arriba y un abajo? ¿Porqué ... - No, eso último no era adecuado decirlo. De pronto se me apareció la imagen de Malcom Faraday susurrándome un "cuidado, discreción".

Se despidió de Ted con dos besos y dejó que se marchara primero mientras ella hacía tiempo poniéndose sus guantes y colocándose la pamela. Una vez él hubo desaparecido de su vista salió del restaurante, encontrándose con un hermoso y luminoso día. "Ni eso le concedían". Amber deseaba que lloviera. Adoraba la lluvia y además cuando uno se siente desgraciado lo mínimo que espera es que al menos el tiempo se ponga de su parte, ¿no?

Amber se mantenía encogida en el sillón de su casa con un mullido cojín entre ella y la pantalla que observaba con los ojos abiertos como platos. Una expresión horrorizada se había quedado dibujada en su rostro. Su mano agarraba con firmeza el control de la pantalla con uno de los dedos fielmente colocado sobre el botón de apagar pero sin llegar a pulsarlo. Una música tenebrosa salía del sistema de sonido, envolviendo la habitación con las vibrantes notas de un antiguo carrusel. El sonido de los pasos se acompasaba al corazón de Amber.

No pudo más. Tuvo que cerrar los ojos. No podía soportarlo

El útlimo desfile del diseñador Meadowgate estaba resultando tan extravagante como era su costumbre, aunque esta vez había alcanzado cotas insospechadas de mal gusto.

Umbra escribió:Cuando notó el "clac" en su mano anunciándole que el proyectil estaba listo, pudo ver por el rabillo del ojo como una recién llegada se apostaba en el mismo escenario móvil que él de un grácil salto. Aún con una rodilla en el suelo y dejándose llevar por el movimiento de este, tuvo que actuar con rapidez. Rodó sobre su hombro en dirección a la mujer de seguridad, y tan solo estabilizarse disparó prácticamente a bocajarro: el proyectil cruzó los escasos metros que les separaban y atravesó de lado a lado el brazo de la mujer, desestabilizándola por unos instantes. Instantes que no desaprovechó para dar dos zancadas y patear su punto de apoyo, para hacerla caer.

Pero no tan rápido. La mujer de la coleta alta, a pesar de la recién recibida herida, actuó con extrema velocidad y de un salto se apoyó en la pared cercana, esquivando el ataque del jugador de Rollerball; prácticamente en el aire, la porra que usaba como arma se cruzó ante ellos y golpeó de lleno el peto, que paró sin demasiados problemas el golpe. El hombre se preguntó qué habría pasado de no llevarlo. Cruzando ambos brazos delante de su rostro, empujó con toda la fuerza de sus hombros a la mujer y volvió a poner distancia entre ambos, aunque ya habían trabado prácticamente combate.

Tan solo necesitaba volver a sentir el "clac" en su mano para dar por finalizada aquella bonita exhibición.

Pero no todos los planes salen siempre como uno espera. Apenas llevaban recorridos unos pocos pasos, Aries abriéndose hueco a empujones punzón en mano y tirando de la de Darío, cuando desde los pisos superiores un arco eléctrico recorrió la sala y fue a morir sobre uno de los empapados espectadores de la pista de baile. El repentino fogonazo cogió a Aries de improviso, cegándole momentáneamente y obligándole a soltar la mano de Darío en un tardío reflejo para proteger sus retinas. Soltó un improperio a la vez que alguien le empujaba haciéndole caer de culo. Quejándose aún, volvió a poner las gafas en su sitio, encontró a tientas el punzón que había dejado caer por el dolor, no sin llevarse antes un par de pisotones, y se puso de pie. Pasado el dolor abrió los ojos, pero apenas veía algo más que el fantasma del arco de luz que había quemado sus retinas y la borrosa sala tras la capa de agua que por culpa de los aspersores cubría sus lentes.
- ¡Darío! - gritó esperando que el hombre respondiese a su llamada. - ¡Joder, Darío!
Pero él no era el único que gritaba, y su voz se perdió entre la de la asustada multitud. Miró en derredor en vano buscando a su acompañante, sólo pudo ver una fantasmagórica luz que se movía por encima de las cabezas. Decidió seguirla, pues era su plan original, y si el otro hombre era listo también lo haría.

Al darse cuenta del origen del sonido Amber se dirigió hacia la entrada de su apartamento. Por suerte o por desgracia, antes de llegar a abrir la puerta se topó de frente con el reflejo del espejo del recibidor y la imagen casi la hizo gritar del susto. Despeinada y con la bata arrugada de haber estado sentada en el sofá viendo aquel horroroso desfile, con las primeras zapatillas que había encontrado en su zapatero y con la pequeña lámpara de mesa aún en su mano izquierda.

Zoe escribió:Sofisticación.

Los piececítos colgaban del asiento del coche, ladeándose de un lado al otro rítmicamente. Esperaba ansioa el momento de bajar del coche y caminar con su vestidíto, mientras ordenaba con las manitas las ondas en forma de pétalos que se plegaban sobre sus piernas. Mientras esto acontecía, el leve sonido mecánico que ejercía el mecanismo de Amy, no dejaba acompañar el incesante parloteo.

..fue cuando decidí acceder a los archivos de personalidades, y menuda sorpresa colega: Esta es Amber Sandman, algo asi como la directora de una publicación de cotilleos. Supongo que tendrá contactos en toda la ciudad que nos ayude a volver a casa. Hemos tenido suerte de no haber caido en casa de una profesora, por ejemplo..

Zoe volvió la mirada hacía Amber y la observó minuciosamente mientras esta daba sus últimos retoques a su producción personal para la ocasión. Sonrió ampliamente satisfecha de los resultados

Estás muy guapa y me gusta mi vestidíto de princesa.

¿Pero que diiiiiices? ¿Tu eres tonta? Mirala, si es el ejemplo viviente de por qué el PEH lleva la razón. Además no sabrá de que le hablas. Estos humanos modernos son tan iletrados e incultos como un niño de 3 añ...

Zoe miró sin borrar la sonrisa de su rostro a Amy, y le dió un buen golpe con el asiento del coche cogiendole por los pies y haciendo que la pequéña cabeza impactase con la parte mas sólida. Nuevamente prestó atención a Amber y confirmó.

Estoy lista. Vale, diré lo que quieras.

Luego de abrir la puerta, dejó que su cara se iluminase por alegría y flashes. Dió un saltito ayudada por Amber y se dedicó a recorrer el trayecto de su mano, mientras que Amy colgaba de la otra igual de feliz.

Maldita mini-zorra amarilla, has arruinado uno de mis girostátos de equilibrio. ¡Te vas a enterar, gilipollas! Ala, saldrás en unos cuantos hologramas y fotografías de sociedad. Como para que cualquiera te reconozca, idiota.

Los pequeños pasos se aceleraban para emparejar el ritmo de los de Amber, poco acostumbrada a caminar con niños. Su vestidito sería la sensación de la fiesta, los zapatitos eran perfectos, la pequeña diadéma que llevaba en la frente e iba proyectando haces de luz multicolor en forma de arcoiris alrededor de su cabeza, ayudaban bastante a que se sintiera una pequeña diva, la verdad.

Zoe escribió:Gracias, pero no soy misteriosa. Soy Zoe.

PD: ¿Soy la única que piensa que la primera imagen de ese panel se parece al señor que lleva a Hank?

Dana Grishenka escribió:¿Qué por donde empezaría? ¡Que gran pregunta! Quizás empezaría por de ahora en adelante mantenerme calladita. ¿ Pero quien me había impulsado a decir semejante estupidez? ¿Porque no me había dedicado a quedarme tranquilita en mi laboratorio a jugar con mis ratas? Mierda Dana... Mierda.

Sonreí mientras tomaba mi copa tratando de mostrarme impasible.

El rostro fruncido de mi madre se me apareció entonces. Se suavizó y me miró "Dana, cariño, recuerda. Si hay algo que quiero enseñarte, es esto: Sé siempre una buena V y muestra a todos lo muy buena que eres. Mantente apartada de cualquier otra opinión, eso te mantendrá a salvo y tranquila."
Si, mamá, como ves, es exactamente lo que estoy haciendo. Lo estoy clavando. Mierda Dana....Mierda.

Bebí un sorbo y me aclaré la voz. Tenía a mis dos interlocutores expectantes, y mi silencio estaba sin duda siendo ya demasiado largo.

- Pues, verá...Para ser sincera no es algo que haya meditado...mucho tiempo. -Vamos, que se me acababa de ocurrir, y no estaba acostumbrada a la improvisación. En ese momento, vi entrar a Amber Sandman. Sonreí de nuevo, ya sabía como. - Pero a la vez, se me ocurre que lo mejor podría ser... introducir D y replicantes como..."V" y quizás conseguir que algunos de ellos se vuelvan tan queridos y carismáticos que genere cierta duda en lo que es correcto y no. Fuera de la política, la gente se refugia en los cotilleos. Aunque todos los nieguen... La Cuore Deluxe es conocida por todos, incluso los más escépticos acaban cayendo. No nos engañemos, a la gente le importa más eso que la cura contra la mayor enfermedad que nos queramos proponer. Y ya que decir de la cámara de desionización...

Ya no sabía ni lo que estaba diciendo, ni si tenía sentido, y sin embargo cada vez estaba más convencida yo misma. En mi cabeza, volvió a dibujarse el rostro fruncido de mi madre, que se iba enrojeciendo poco a poco. Detrás, mi padre sonreía. Me encogí de hombros. Jamás había logrado satisfacerlos a los dos a la vez. ¿Que importaba ahora?

- En definitiva... - Proseguí.- Hay que atacar de manera que no se note, sutilmente, sin que parezca demasiado invasivo. Hay que persuadir, no convencer.