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Las mujeres en Venecia

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Las mujeres en Venecia Empty Las mujeres en Venecia

Mensaje por Censura Vie Jun 28, 2013 8:50 pm

Las mujeres en Venecia

Las mujeres y su papel en el entramado de Venecia es complejo para todos los extranjeros que visitan la ciudad; la mezcla entre el progreso y la tradición que tanto la caracterizan, se muestra claramente reflejado en ellas de una manera hipócrita y cruel. Podríamos hablar de las seis mujeres de Venecia, y aunque obviamente cada mujer sería un mundo, pero sus roles sociales están claramente definidos a pesar de que puedan cambiar de uno a otro de manera ocasional.

La dama

Todas mujeres de sangre patricia son consideradas damas, tienen los privilegios de la nobleza veneciana ante la ley y la justicia, pero a diferencia de lo que podría pensarse su existencia es oscura y amarga. Las damas venecianas, producto de su herencia medieval, existen como moneda de cambio. Su función básica en la vida es casarse en un matrimonio provechoso para darle hijos a su marido y establecer estrechos vínculos de sangre entre familias.

Los hombres venecianos desean tener el control absoluto de la ciudad, por eso, ante las maravillas que traía Venecia hasta sus canales, ante el miedo que los extranjeros enseñaran a sus mujeres extrañas costumbres o que con su poder de seducción arrebataran el poder a sus maridos, a la mujer se la ha sumido en la oscuridad. Durante siglos se le ha prohibido salir si no era en compañía de un familiar, aprender a leer y a contar, hablar con otros hombres e incluso con otras mujeres sin el permiso del hombre. Su vida era la de una sombra, de la que solo las mujeres más avispadas podían huir. La vida de una dama consistía básicamente en darle a su marido hijos, cuidar de estos, lucir hermosa de su brazo en los eventos sociales más importante y poblar las iglesias.

Pero esto ha empezado a cambiar desde la llegada del humanismo a Venecia, a la mujer se le ha permitido ver algún rayo de luz y la hazaña de Lucia Rossi abrió un camino de esperanzas para ellas. Las damas venecianas siguieron ocultas en sus jaulas de oro, pero algunas restricciones han ido desapareciendo y las limitaciones que se imponían las mismas mujeres, se han ido superando. Algunas aprendieron a leer, otras aprendieron a salir, pero todas en general aprendieron la clave de su libertad: mientras los hombres siguieran pensando que tenían el control, les daba igual lo que hicieran sus mujeres.

En los diez últimos año estos avances se han acelerado cambiando enormemente el panorama de la ciudad, el Dogo Leonardo Loredan, muchos creen que inspirado por la cortesana conocida como Minerva la Sabia, decretó la creación de una biblioteca donde se acumularan ejemplares de toda las obras impresas o vendidas en grandes cantidades en Venecia y a la que tendrían acceso las mujeres, despenalizando la lectura y el conocimiento para ellas.

A pesar de lo que pueda pensarse, estas medidas no fue bien acogida por las matriarcas venecianas, quienes, a pesar del progreso de sus pensamientos, seguían muy atadas a las viejas costumbres. Sigue siendo pensamiento común entre los venecianos que la lectura y el librepensamiento lleva a las mujeres a cometer pecado y delito, que una mujer no es capaz de coger con la templanza debida el conocimiento, convirtiéndose  en un objeto de tentación del diablo.

Eso ha provocado que en Venecia exista una minoría de damas tan cultas, educadas y ambiciosas como los hombres, mujeres con la capacidad y el deseo de plantarle cara al machismo imperante en la república y que han sido abiertamente apoyadas por los hombres más humanistas y por casi toda una generación de cortesanas.

La monja

En Venecia existe tres docenas congregaciones religiosas femeninas. En ellas, una mujer puede dedicarse a la vida de contemplación, estudio y caridad. Las monjas venecianas debido a una tradición heredara de la ortodoxia tienen derecho a leer, escribir y transcribir libros, habiendo cumplido durante siglos este papel fundamental para la iglesia en Aquilea, desde el traslado del patriarca a Venecia, ellas han seguido con ello. Esto convierte a la religiosa veneciana en una fuente de cultura y. si la monja llega a madre superiora o abadesa. en una fuente de poder. Por eso no es extraño que las distintas familias venecianas dediquen a sus hijas a esta labor, de tal manera que pudieran serles tan útiles a la familia como a dios, sirviendo de consejeras, institutrices e incluso administradoras.  

Las congregaciones se dedican a diferentes labores, la mayoría viven en conventos, interactuando con el pueblo y dedicándose a la caridad; otras en cambio viven en Monasterios aislados para convivir directamente con dios. El acceso a cualquier tipo de congregación se da independientemente de la condición social de la mujer, pero es cierto que aquellas que aportan cierta dote suelen tener algunos privilegios de los que su hermana carecen. A pesar de ello muchas mujeres de condiciones sociales bajas deciden unirse a dios para poder comer y dormir en caliente, viendo una vida más fácil dentro del convento que fuera. De igual manera, al margen de los intereses de sus familias, muchas patricias deciden unirse a un convento para huir de su futuro. También es habitual enviar a una hija como novicia con la intención de que la iglesia las defienda y se aseguren de que su virginidad permanezca intacta.

La plebeya

Existen dos tipos de mujeres plebeyas, la ciudadana y la no ciudadana, aquellas que son ciudadanas han nacido en Venecia o llevan siete años viviendo en ella pagando un impuestos para conseguir la ciudadanía.

La ciudadana tiene los mismos derechos y deberes que los ciudadanos, son mujeres
libres que tienen derecho a hacer cualquier cosa, privilegiadas ante los extranjeros y con la obligación de pagar sus impuestos. Hace más de un siglo, la mujer veneciana se caracterizaba por imitar a la noble, se encerraba en su casa, la cuidaba, tenía hijos y poco más. Pero Lucia Rossi supuso un cambio para Venecia, ella demostró a sus mujeres que aquellas que llevaban la iniciativa podían cambiar el mundo.

Esto provocó que las mujeres se atrevieran a salir, se convirtió en costumbre que ellas fueran las que fueran al mercado para mantener la casa, y también que salieran a pasear sin sus maridos andando libremente por la ciudad. Con el paso del tiempo, ellas mismas marcaron sus matrimonios, ellas se casaban por amor o por su propio interés, no el de su padre y ya cuando se abrió la biblioteca se lanzó a aprender.

En los últimos años el analfabetismo femenino ha pasado de un noventa y nuevo  por ciento a ser casi un setenta por ciento gracias a la ayuda de monjas y cortesanas. Esto supone que sigue habiendo mucha mujer inculta que no ve la necesidad de aprender, que a pesar de todo sigue pensando que los libros son productos de pecado para las mujeres y que sigue conservando métodos tradicionales. A pesar de ello la ciudadana plebeya de Venecia disfruta de muchas más libertades que sus homologas patricias, atadas únicamente por su firme creencia religiosa.

Ya no es extraño ver una mujer en un gremio, aunque los hombres siguen superándolas cincuenta a una o en algunos gremios ni siquiera les dejan acceder. El machismo sigue latente en toda la sociedad, pero si una plebeya se impone, y demuestra que puede dar a los venecianos más de la molestia que supone su rebeldía, por la mayoría de los venecianos son aceptadas.

La otra cara de la moneda son las extranjeras, provenientes de regiones más atrasadas que Venecia, no están protegidas por las leyes venecianas, quienes permiten fuera de terreno oficial o sagrado que los extranjeros cumplan con sus costumbres. Esto convierte a la mayoría de las mujeres extranjeras en objetos de uso de sus familias cada cual a su manera, sin que nadie pueda ayudarlas.

Muchas de estas mujeres cuando no desean cumplir la voluntad de sus padres van al Puente de las Tetas, donde después de prostituirse durante años bajo el dominio del gremio pueden convertirse en miembros del gremio y conseguir la ciudadanía sin pagar. Otra de las maneras es ponerse al servicio de algún ciudadano convirtiéndose prácticamente en un esclavo de esa familia solamente mantenida con comida y ropa. O si renuncia a su religión y se bautiza, pasar a formar parte del convento que no le da la ciudadanía, pero la mantienen hasta el final de sus días.

La cortesana

Más de once mil mujeres, casi el diez por ciento de la población veneciana, son cortesanas, y eso se dice pronto, pero concebirlo es mucho más complicado 1. La realidad es que este es uno de los atractivos de la propio Venecia y esto se debe a una política llevada a cabo desde hace doscientos años por el gobierno de la república, lo que podría llamarse una política de llamada. El hecho que haya fiestas cada mes y ferias cada dos meses, no es una casualidad, es una manera que tiene el gobierno de atraer a Venecia a cada vez más comerciantes. Aunque la población de la ciudad es de en torno a los ciento veinte mil habitantes, su población flotante, es decir, aquella que solo reside temporalmente, en los primeros meses del año 1500 supera los cuarenta mil. Esto supone una entrada de dinero constante en la República, no solo por lo que comercian sino por el dinero que gastan en la misma ciudad. Son bocas extras que se alimentan, alojan y pasan el tiempo en Venecia, pero con dinero extranjero.

Se  pretende que un comerciante que llegue con su barco permanezca como mínimo tres o cuatro días en Venecia y todo comerciante local se encarga de que así sea. Las cortesanas juegan un papel central en este sistema económico, no solo consiguen que los extranjeros estén agradecidos de permanecer en Venecia un par de días, sino que ellas suponen uno de los mayores ingresos de dinero, que a su vez se redistribuyen entre el resto de comerciantes y artesanos pues esas once mil mujeres necesitan también satisfacer todas sus necesidades. Ese es uno de papeles, el de dinamizar constantemente el flujo de riquezas, el dinero extranjero pasa por ellas y se redistribuye entre los venecianos, pero a su vez los venecianos después de pagar sus impuestos, se los gastan en ellas y ellas pagan sus impuestos, esto hace que circule y la misma República se beneficie de ello. Sin las cortesanas, Venecia no sería tan rica como es ahora.

Una cortesana literalmente es un dama de compañía, es decir, cualquier mujer que se dedique como labor a entretener a su cliente. Esto significa que una cortesana no es necesariamente una prostituta, entendamos, una mujer que tiene sexo con un hombre por dinero, sino que tiene una condición diferente. La prostitución en Venecia está prohibida, ninguna mujer puede dedicarse al fornicio por dinero, y cualquier mujer que ofrezca su cuerpo tanto en calles como mancebías sin pertenecer al gremio será llevada ante la magistraduría para ser quemada en san Marcos en el próximo juicio.

Es importante remarcar que en Venecia solo existen mujeres cortesanas, pero a diferencia de lo que pueda creerse también está legalmente permitido que atiendan a otras del mismo sexo. Esto se debe a que lo que vende una cortesana es el deleite de los sentidos, ellas son consideradas artesanas y artistas del entretenimiento, lo más normal es que una cortesana a lo largo de su vida vaya aprendiendo cada vez más artes, de tal manera que cuando su cuerpo y su compañía no sea suficiente deleite para su cliente, pueda cumplir otras funciones incluso adoctrinar a otras más jóvenes. A pesar de la ley, es poco habitual que una mujer pida las atenciones de una cortesana, pues es considerado deshonesto que una mujer se dedique al ocio, pues su labores como madre, como esposa y como hija siempre está en relación al varón que tengan a su cargo. Aún así, el nuevo  cambio en la actitud de la República hacia las mujeres ha abierto nuevas posibilidades para el mundo de las cortesanas.

La no existencia de hombres que se dediquen a esta labor es la otra cara de esta moneda. Hace tiempo se aprobó una ley que permitía a los hombres dedicarse al trabajo de la cortesanía, pero para sorpresa y horror de los venecianos, a pesar de que hubo un aumento de los ingresos en las arcas públicas, el número de hijos descendió en tres años de manera abrumadora, lo que provocó que el Patriarca exigiera la anulación de la ley. Al principio el consejo se negó, pero al cuarto año la tendencia continuó y empezaba a  suponer un problema, la sodomía era evidente y era considerado pecado mortal por la iglesia, eso sumado a las repercusiones que podría tener en la demografía se decidió  vetar el arte de la compañía a los hombres  y para curar lo que pasó a llamarse el "pecado florentino", pues los venecianos aseguraban que los que más visitaban a sus cortesanos eran mercaderes y soldados de su ciudad rival, se convirtió la antigua zona  de cortesanos en un lugar donde las cortesanas podían mostrar su pechos , conociéndose esa zona como el Puente de las Tetas.

Su situación legal está bastante clara en Venecia, toda cortesana que esté dentro del gremio es considerada ciudadana, así que tiene los mismos privilegios y deberes que el resto de Venecia.  En cuanto a su labor tiene ciertas restricciones: la primera y más importante es que tienen prohibido cometer actos impúdicos o que agredan la moral en público, lo cual limita los besos, las caricias y cualquier paso más allá, lo cuales deben darse en privado. Por otra parte cualquier acto considerado impúdico o que pueda agredir la moral al que se incurra en privado es considerado legal si no se pone en peligro la vida de nadie o afecte a un ajeno, esto permite a las cortesanas tener sexo con sus clientes o incluso satisfacer oscuras perversiones sin tener que rendir cuentas a los magistrados o a la ley, de igual manera el sexo con una cortesana no se considera adulterio en Venecia. Una cortesana tiene la obligación de no manchar la imagen de su cliente y tiene prohibido hablar de él por la iglesia. Ninguna cortesana está obligada a hacer nada que no haya pactado previamente. Una cortesana no puede casarse
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Mensaje por Censura Vie Jun 28, 2013 9:50 pm


 Tipos de cortesanas

 
Cortesanas de compañía o acompañantes
 
Estas cortesanas son las que llena las  historias de Venecia, mujeres de gran belleza que se dedican a hacer compañía a grandes hombres y a satisfacerles en todo aqu ello que desean. Es extraño no ver a un aristócrata veneciano como mínimo una vez por semana en compañía de alguna. En Venecia, estar con una acompañante se considera como una señal de prestigio debido al alto coste que supone y al hecho de que las más grandes cortesanas únicamente aceptan a los hombres de gran reputación en la ciudad. Ellas están versada en diversos conocimientos de tal manera que no solo entretienen sino que escuchan, aconsejan y dan información a sus clientes. Se le supone a una acompañante como mínimo la misma educación y modales que un patricio medio, pero las mejores poseen una cultura muy superior a la mayoría de los hombres de Venecia. No es extraño que una cortesana pase meses en un convento para redimir su pecados y aprender sobre todo lo posible, ni tampoco el hecho de que el Hospital de la Magdalena posea una de las bibliotecas más grandes de Venecia.
 
Una acompañante cobra por tiempo no por servicio, una acompañante se compromete a estar junto a un hombre un tiempo determinado, durante ese tiempo actúa como una gran amiga y hace al hombre sentir bien, ella está obligada a permanecer a su lado el tiempo establecido pero no a realizar ningún acto que no desee. Desde luego si una cortesana no satisface a su cliente es más que probable que el cliente no vuelva a contratarle y le de mala fama. Es costumbre, sobre todo entre los patricios jóvenes, pagar la exclusividad de una acompañante, ellos pagan semana a semana por las veinticuatro horas del día, lo cual significa tener a la acompañante solo para ellos y pendiente de su llamadas.
 
Hay muchas historias de concubinas y meretrices que habitan en la casa de su cliente y no solo reciben el pago sino que son mantenidas por ellos, se dan casos incluso de cortesanas que viven en la casa de clientes casados, suponiendo un insulto a la misma mujer, y aún más habitual es la de concubinas de religiosos, ya que aunque sea pecado, la ley defiende a los sacerdotes.
 
A pesar de lo que pueda pensarse, para una mujer veneciana no es deshonroso el convertirse en acompañante, muchas doncellas se unen al gremio de cortesanas y se convierten en maestras prefiriendo este destino a ser vendidas al mejor marido que su familia pueda conseguirles. Al igual que con el resto de gremios, tener hijas en el de cortesanas da poder a una familia si saben mantener los lazos con sus mujeres.
 
A pesar de ello incluso las mejores acompañantes, si no saben administrarse o no crean sus negocios, cuando se hacen muy mayores o si alguna desgracia ocurre, acaban convirtiéndose en busconas.
 
 
Cortesanas de casas de placer o meretrices
 
Aunque casi todas las acompañantes tienen un lugar donde recibir a sus clientes, existen casas específicas para ejercer el oficio dirigidas por maestras del gremio, normalmente mayores, donde sus oficiales y aprendices aprenden en base a la práctica. Normalmente las maestras llegan a acuerdos con otras maestras acompañantes para compartir el negocio y para ayudarla a instruir a las muchachas a la vez que ellas tienen un espacio para ejercer. Estas casas son lugares muy visitados por aquellos hombres que en vez de desear estar con una única mujer en una día prefería estar con muchas, disfrutar del entretenimiento proporcionados por todas ellas o sencillamente socializar con otros hombres de clase alta a la vez que pasan un buen rato. Una casa de placer tiene espectáculo y compañía para todo el día, la maestra es la encargada de que todo fluya y todos sus clientes se sientan a gusto.
 
Una meretriz pasa por varias fases. Únicamente las chicas hermosas, inteligente y con potencial pasan a convertirse en aprendiz, periodo en el cual se le exige conservar su virgo. Casi ninguna maestra deja entrar a una chica bajo su servicio si ha perdido ese bien tan preciado, a no ser que pague una dote que compense el dinero que iba a ganar la maestra por su primera sangre. Una aprendiz actúa como sirvienta dentro de la casa de placer mientras sus compañeras más mayores le enseñan los rudimentos más básicos. Una vez aprendidos, ponen su virginidad a la venta y se la entregan al hombre que esté dispuesto a pagar lo que cuesta. Después de eso, la chica pasa a convertirse en oficial y se le exige aprender cultura y arte por lo cual a lo largo de su aprendizaje deben superar una serie de pruebas. Durante este periodo trabajan combinando servicios de compañía o directamente servicios específico, según la directrices de su ama. En su última fase de oficial se le exige seducir a un hombre de tal manera que consiga ser su acompañante durante dos meses en total, no tiene porque ser de corrido. Una vez conseguido esto, se le da el grado de maestra y puede o montar su propio negocio o convertirse en acompañante o continuar al servicio de la casa como meretriz llevándose un beneficio mayor de cada trabajo, si su ama la acepta.
 
 
Cortesana de mancebía o manceba
 
Las mancebías son lugares colocados a pie de calle (las casas de placer estan en sitios altos) obligatoriamente situados en Santa Croce (el resto de negocios pueden estar en cualquier parte de Venecia). Se caracterizan por poder estar abiertos toda la noche, poder servir todo tipo de brebajes, hacer ruido además de permitirse el juego. A diferencia de las casas de placer, la entrada es gratuita y eso supone que los precios son más asequibles. La mancebía es el lugar donde acuden los hombres menos adinerados y donde pasan la noche en vela. De normal son lugares sórdidos muy frecuentados, las mujeres van desnudas en su interior y los alcoholes están a la orden del día. También es el único lugar de Venecia (previo pago de impuestos) donde se permiten los juegos de azar, lo que es un gran atractivo para muchos.
 
Estas mancebías son llevadas por maestras cortesanas y son lugares de vicio y perversión, pero los requisitos para entrar en ellas son menores y los beneficios para aprendiz y oficiales son mayores. La aprendiz de un mancebía es un chica que todavía no ha tenido su primera menstruación o que no se encuentra preparada para acostarse con un hombre, se dedica al servicio doméstico y al servicio de la taberna además de exhibirse parcialmente para aprender a perder la vergüenza, reciben un salario y la protección de la mancebía. Una vez pueden dedicarse a tratar con hombres pasan a ser oficiales y el dinero íntegro que reciben pasa a sus manos incluso el de su virginidad, luego deben pagar únicamente el alquiler de las habitaciones y una pequeña cuota al gremio. De normal estas cortesanas cobran por tipo de servicio y por tiempo. Cobran considerablemente menos que una cortesana, pero poco a poco algunas consiguen lo necesario para pagar el precio para convertirse en maestras mancebas, es decir pagarse el titulo de maestras y así poder  vivir por cuenta libre atendiendo a sus clientes en lugares privados; retirarse de la profesión para vivir el resto de su vida del rédito; montar su propia mancebía; montar otro negocio moralmente menos dañino como una venta o botica; o pagarse una dote que le permitiese casarse como un hombre de bien. Las que no tarde o temprano acaban convirtiéndose en busconas.
 
 
Cortesana de calle o buscona
 
Las busconas son las mujeres de Santa Croce, son cortesanas que se saltan la estructura más habitual del gremio, normalmente no tienen  la cultura, la elegancia o la belleza necesarias para ser acompañantes,  han estado mucho tiempo como oficiales y no la desean en ninguna mancebía por su edad o directamente no desean obedecer las órdenes de nadie. Normalmente se trata de las más desafortunadas de las cortesanas, buscan clientes en los alrededores del Puente de las Tetas y cobran una miseria. Su futuro es oscuro y su suerte parece echada, la muerte y la inmundicia suele caer sobre ellas, hombres con armas y pocos escrúpulos suelen aprovecharse asegurándoles protección a cambio de un dineral.
 
Estas mujeres a pesar de estar en el censo del gremio, lo que les permite ejercer sin problemas con las autoridades, no son mujeres bajo la protección de ninguna maestra y por lo tanto carecen de los privilegios de protección y seguridad que el gremio otorga al resto. Cualquier mujer puede llegar a convertirse en una buscona a cambio  de un pequeño aporte al gremio, es normal que cuando una mujer empieza a ejercer la prostitución en la calle lo haga al margen de las cortesanas, pero tarde o temprano estas se acaban enterando y le suelen dar tres opciones, unirse a una mancebía (si tiene cualidades),  pagar su cuota para ser inscrita como oficial del gremio o ser entregada a los magistrados por fornicio.
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