[la enfermería]Conversación junto al sátiro (S4 Mayo)

PROMETEO

Prometeo se dirigió a la chica.

]Disculpa, ¿como se encuentra?, ¿está mejor?, no debí de haber saltado del avión y dejarlo solo con la gorgona.

Prometeo trató de levantarse y se encaminó hacía la cama del sátiro. La chica parecía humana aunque ya no se atrevía a decirlo.

Yo soy Prometeo ¿y tú? ¿Sabes que sitio es este?

ALIDA

Alida se sobresaltó al escuchar que le hablaban.

- ¿Eras tú con quien iba? -preguntó por inercia, sin soltar la mano del sátiro.- Bueno... no sabría que decirte. Le han curado las heridas y tal, pero no puede hablar... por lo de tenerla petrificada, ya sabes...

Alida se preguntó por qué estaba hablando tanto con ese chico, si era nuevo y además había conseguido que petrificaran a Herbert. Aunque por otro lado... ése era el trabajo de Herbert. Ningún nuevo se lo ponía fácil a los sátiros, y los nuevos menos aún. La chica miró al sátiro, como preguntándole si el chico era de fiar o no, y el sátiro parpadeó mostrando. Alida interpretó eso como un sí.

- Soy Alida. Cabaña 21 -dijo para presentarse, aunque estaba segura de que el chico no lo entendería, como tampoco lo había hecho ella.- Y estás en el Campamento Mestizo... El sitio más raro y seguro que puedes encontrar ahora mismo.

PROMETEO

Prometeo asintió

Si, era yo, me ha salvado la vida, espero que se recupere, se sacrificó por mí agarrando a ese monstruo mientras y saltaba a miles de pies de altura, tenía pocas posibilidades de sobrevivir, pero las pocas que tenía se las debo a él. ¿En todos los casos es así para llegar

Prometeo esbozó una sonrisa

La verdad es que no te he entendido demasiado ni lo de la cabaña ni lo del campamento, Herbert no me pudo contar demasiado

ALIDA

- Ya. Suele pasar... -Alida miró a Herbert y se esforzó por parecer simpática ante el nuevo.- Quiero decir... no es que siempre sea así para llegar. Hay quien llega sin apenas problemas... -al decir eso, Alida se acordó de Cora.- Pero, por lo general, todos llegamos escapando de alguien... normalmente de algún monstruo-Alida sonrió ante su propio chiste personal: ella había estado escapando del sátiro que pretendía ayudarla.

Alida se quedó callada un momento, pensando cuál sería la mejor manera de explicarle las cosas al chico.

- ¿Quién te ha atendido? ¿Sammus, Angus? ¿O ha sido Monik? En realidad yo venía a buscarla a ella... -dijo murmurando lo último.- Si estás mejor podríamos dar un paseo, y te enseño todo esto. Más te vale acostumbrarte a ello... -Alida miró de reojo a Herbert como diciéndole "me debes una", no entraba en su agenda diaria ayudar a los nuevos.- En cualquier caso... bueno, no sé si te lo ha contado Herbert o qué, pero si estás aquí es porque uno de tus padres es un dios. Por eso lo de Campamento Mestizo: ya sabes, un progenitor divino, otro humano... en fin. Es un campamento porque la mayoría de la gente viene solo en verano... como los campamentos de verano, claro -Alida se sentía tonta explicándolo de ese modo.- Y lo de las cabañas... cada uno pertenecemos a una, según quién sea nuestro padre, o nuestra madre. Como soy hija de Hécate, pertenezco a la cabaña 21. Si sabes ya de quién eres hijo puedo decirte cuál es tu cabaña. Si no, tendrás que alojarte en la de Hermes hasta que alguien te reconozca.

Soltó la retahíla de golpe, y se dio cuenta de que era una de las parrafadas más largas que había soltado en varios días. Esperó que Prometeo lo entendiera, todavía recordaba lo extraño que le había parecido todo a ella al llegar.

PROMETEO

Debe de ser muy duro y por el tamaño de esto parece que las llegadas accidentadas suelen ser bastante común

Una escalofrío recorrió la columna vertebral de Prometeo, si se lo hubieran contado hacía una semana no lo hubiera creído, pero ahora....

No lo se, lo último que recuerdo eran a las náyades empujándome hacía la playa tras que la criatura alada se resistía a llamarlo ángel me rescatara de la caida, llegue a la playa y me imagino que me desmaye, me desperté aquí y fui a ver a Herbert pero me dijeron que no molestara y que me volviera a la cama y hasta ahora...

Prometeo esbozó su mejor sonrisa y le tendió el brazo para caminar.

Será un placer que me enseñes esto, te debo una

Guiñó el ojo mientras escuchaba atentamente las indicaciones de la muchacha

Mi padre era humano, falleció hace seis años, mi madre nos abandonó al poco de nacer, durante mucho tiempo la odié por eso, pero parece que ahora me ha estado ayudando. La verdad es que no tengo la menor idea de quién puede ser mi madre, aunque mi padre siempre decía que soy su viva imagen. ¿Tienes alguna idea de quién puede ser?, bueno supongo que al final lo acabaré averiguando

Había decidido contar la verdad, allí la mentira tenía las patas cortas.

Si todas las de la cabaña son como tú, no me importaría que mi madre fuese Hécate. Por cierto ¿de qué era diosa?

Recordaba a alguno de los dioses pero no a todos.

Bueno, me imagino que tendré que ir a la cabaña de Hermes durante un tiempo. ¿Cómo es?

ALIDA

- Bueno, al final nos acostumbramos... -dijo Alida, mirando a su alrededor. La enfermería, como siempre, tenía la mayoría de las camas ocupadas.- De todas formas, los accidentes aquí son bastante habituales. Todos conocemos la enfermería en algún momento.

Alida se despidió de Herbert apretando su mano y dijo a uno de los chicos que estaba en la enfermería que avisara a Monik de que había preguntado por ella y se había ido con el nuevo, así también se aseguraba de que la chica no se asustara al ver que había desaparecido.

Ante la sonrisa y el guiño de Prometeo, Alida se sintió extrañamente incómoda. No solo no estaba acostumbrada a que un desconocido mostrara tanta familiaridad, sino que además sintió deseos de poner una pared entre los dos: tanta proximidad le hacía sentir que invadían su espacio personal. Aún así, fue amable y se limitó a rechazar el brazo mientras tomaba la iniciativa y adelantaba al chico.

- No... no tengo la menor idea de quién puede ser, la verdad. Pero no te preocupes, cuando venimos aquí ninguno solemos saber quién es nuestro padre o madre pero siempre nos acaban reconociendo. Ahora sí -de nuevo el piropo hizo que se sintiera incómoda, pero trató de ocultarlo y reaccionar con normalidad.- Hécate es la diosa de la magia. Si nunca lo has visto puedes venir los viernes por la tarde, solemos hacer alguna demostración...

Mientras hablaba, Alida fue guiando a Prometeo a la zona de las cabañas.

- Bueno, en realidad yo nunca he estado en la cabaña de Hermes, mi madre me reconoció antes, pero suelen decir que está abarrotada y desastrada. Y que lo mejor es mantener siempre tus cosas vigiladas, por si acaso. Lo de la propiedad no es algo que tengan muy claro allí... Mira, las cabañas -dijo Alida al llegar al lugar.- Puedes ver a quién están dedicadas en la entrada, todas suelen tener un signo distintivo, pero no puedes entrar en ellas a menos que sean la tuya. Las únicas que permiten la entrada a forasteros, por así decirlo, son la de Hermes y la de Hestia... pero la de Hestia no tiene mucho dentro -dijo, siguiendo la línea de lo que solían decir todos. Al final, la presentación del campamento era un discurso aprendido.- Tyger, de la cabaña 11, es quien suele hacer toda la explicación a los nuevos... se sabe mejor que yo cómo funciona el campamento. Quizá deberías preguntarle después, cuando te instales. Luego tenemos... La Casa Grande, los establos, la armería, la arena, el anfiteatro... El campamento es muy grande, ¿hay algo que te llame la atención y te apetezca ver?

Prometeo sonrió con tristeza

Es una pena, aunque bien mirado, no me extraña. ¿aquí también atacan monstruos?, si es así tendré que buscarme algo para protegerme.

Cualquier cosa, aunque fuera una rama, aunque se pregunto si eso serviría de algo.

Prometeo se encogió de hombros

Bueno tendré que esperar, ¡que remedio!, si he esperado dicisiete años creo que podré esperar unos dias. ¿Demostraciones?, seguro que el próximo días asistiré. ¿heceis juegos de cartas?, tal vez me podais prestar una baraja. Se hacer algunos trucos muy buenos...

Aquello sonaba totalmente agotador, y la verdad es que se sentía cansado.

Creo que será mejor que volvamos , me encuntro un poco cansado, parece que no estaba tan recuperado de la caida del avión como pensaba. LA verdad es que me puedes enseñar donde está la cabaña once, para trasladarme cuando pueda, al menos hasta que conozca a mama.

La verdad es que le vendria bien un lazarillo, y aunque algo tímida era la primera persona amable que había conocido, y que fuera amiga de Herbert...eso mejoraba las cosas.

Tal vez podamos quedar otro día y me enseñas las cosas

- Creo que todavía nos queda alguna baraja de la última vez que hicimos magia con cartas... pero de todas formas, puedes hacerte con una en la cabaña de Hermes. Allí tienen de todo. Serás bienvenido en la próxima demostración, de todas formas.

Cuando escuchó que Prometeo estaba cansado Alida se encaminó directamente a la cabaña once sin decir nada. Paró cuando estaban ya en la puerta.

- Esta es la cabaña once. No sé si te habrán traído ya las cosas aquí o no, eso depende de si Sammus y Angus consideraban ya que estabas curado o si no... En cualquier caso, si quieres puedo pasar por la enfermería y pedir que te las traigan... pensaba ir a ver a Herbert ahora. No puedo acompañarte dentro de la cabaña. Hay mucha gente y la mayoría me incomodan... pero puedes preguntar por Tyger una vez dentro, se portará bien contigo. Es uno de los pocos de la cabaña once con quien se puede hablar sin sentirte en peligro de que te roben en cualquier momento. Me parece genial lo de que quedemos otro día. Búscame en la cabaña 21 cuando te encuentres mejor. Y si no estoy deja el recado, allí me conocen todos. Espero que tengas una acogedora bienvenida en el Campamento.

Después de hablar, Alida hizo un gesto con la mano a modo de despedida y se dispuso a irse, pero el gesto quedó a medias. No tenía claro si el chico querría algo más de ella o si no, así que se quedó parada a la espera de que él entrara en la cabaña once. Podría irse luego a ver a Herbert.

Te acompañaré a la enfermería, también quiero ver a Herbert, le debo la vida. Tengo que ir a verle. Sobre mis cosas....la verdad es que lo que tengo es lo que llevo puesto, y es prestado. LAs pocas cosas que tenía las facturé en el avión con destino a NY y como me bajé en pleno vuelo....todo lo he perdido Este sería un nuevo comienzo, literalmente, conocería a su madre y podría por fin establecerse, o al menos eso esperaba Cuando ya esté libre iré a buscarte y tal vez podamos jugar alguna partida de cartas. ¿sabes algún juego?. Por cierto si eres amiga de Herbert tienes que ser buena gente

- Ehm... sí, supongo -contestó Alida, que se sentía un poco incómoda ante alguien que le dijera ese tipo de cosas.- Y juegos... alguno sabemos. Aunque no solemos jugar a las cartas, las usamos para hacer magia, ya sabes...

Mientras hablaban, llegaron a la enfermería. Y allí, Alida dejó que fuera Prometeo quien pasara primero. Al fin y al cabo, ella no tenía prisa ni nada mejor que hacer.

Spoiler:

Muchas gracias Alida, ha sido un placer conocerte, aunque sea en estas circunstancias

Prometeo se inrtodujo en la enfermería, descansaría un poco y si le daban el alta iría a la cabaña de Hermes.

Pronto comenzaría su nueva vida