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Medicina medieval
En esta época, la medicina está siempre vigilada muy de cerca por los religiosos quienes recelan de aquellos tratamientos que parecen más cosa de magia que de ciencia. Dividiremos, pues, la medicina en dos grandes grupos: cristiana por un lado, judía y árabe por otro.
La Ciencia de Hipócrates y Galeno
La teoría médica en los cristianos sigue los principios de Hipócrates (siglo V a.C) y Galeno (nacido en Pérgamo en el siglo II). Para ambos el cuerpo es un conjunto equilibrado de humores y fluidos. En concreto son cuatro, asociados a los cuatro elementos: flema (agua), bilis amarilla (fuego), bilis negra (tierra) y sangre (aire). La alteración o corrupción de éstos provoca la enfermedad. Ésta puede tratarse hasta que llega a un punto crítico conocido como "crisis", en ese momento lo único que se puede hacer es rezar por el alma del futuro difunto.
Estos paradigmas fueron considerados el cumun maximus de la sanación, por lo que teorías nuevas eran consideradas despreciables y muchas veces heréticas. Por ejemplo, la disección de cuerpos humanos que sí practicaron los árabes, era considerada herética (eso de toquetear cadáveres no puede ser muy cristiano) e innecesaria: ya Galeno dijo que el hombre por dentro es igual al cerdo. Así que con abrir en canal a algún cerdo y mirar dentro, estaba todo hecho. El problema de todo esto es que los cerdos no tienen apéndice, así que muchos pobres desgraciados murieron de apendicitis (con perdón, "mal de costado"). Otro gran error de Hipócrates era considerar el pus como algo bueno: "el cuerpo está expulsando los malos humores", es por ello por lo que lucían tanto las gangrenas.
Diagnóstico
Para averiguar qué humor tiene rebelde el paciente, el médico comienza analizando la lengua ya que ésta proporciona gran información sobre la "cámara interior" (aparato digestivo e hígado). Se realizan palpaciones en el vientre buscando durezas (bilis negra), se observa que no haya exceso de bilis amarilla (fiebre) colocando la palma de la mano sobre el corazón, ya que ésta es la caldera del organismo y el centro del calor vital. Se escucha también el latir del corazón, ya que si late muy rápido es evidente el exceso de sangre en el cuerpo. Y por último se analizan los sentidos y secreciones corporales: esputos, vómitos, heces, sudor y sobretodo la orina. Muchos médicos se vanagloriaban de poder diagnosticar una enfermedad sólo con degustar la orina del paciente.
Tratamiento
Dependiendo del humor en desequilibrio se aplicaban unos tratamientos u otros.
- Exceso de flema (agua): Resfriados, diarreas, exceso de sudor... Se le aplica al paciente un buen vomitivo, para que expulse toda la flema corrompida.
-Exceso de bilis amarilla (fuego): Fiebre, delirios. Se someterá al paciente a baños templados.
-Exceso de bilis negra (tierra): Estreñimiento, dolores de estómago, mal aliento. Una buena lavativa o un purgante.
-Exceso de sangre (aire): Dolores de cabeza, nervios, latidos de corazón muy rápidos. Se utilizarán entonces sanguijuelas o se le pedirá a un cirujano que practique una sangría.
Hipócrates y Galeno dejaron claro que un buen médico no debía nunca "herir" al enfermo. Las sangrías, cirujías y otras trepanaciones corrían de la mano de los barberos-cirujanos.
Convalecencia
El enfermo ha de estar en habitación cerrada, pues a través del aire fresco se transmiten los miasmas infecciosos. La habitación no debe estar nunca a oscuras, pues la Muerte acecha en las sombras. El paciente debe guardar reposo absoluto, se prohíbe cualquier tipo de ejercicio incluido el sexo que podría matarle en su estado y se recomienda una dieta "sana": pollo, huevos, carnero, ciruelas, pasas y vino aguado.
Medicina Cristiana
La Ciencia de Hipócrates y Galeno
La teoría médica en los cristianos sigue los principios de Hipócrates (siglo V a.C) y Galeno (nacido en Pérgamo en el siglo II). Para ambos el cuerpo es un conjunto equilibrado de humores y fluidos. En concreto son cuatro, asociados a los cuatro elementos: flema (agua), bilis amarilla (fuego), bilis negra (tierra) y sangre (aire). La alteración o corrupción de éstos provoca la enfermedad. Ésta puede tratarse hasta que llega a un punto crítico conocido como "crisis", en ese momento lo único que se puede hacer es rezar por el alma del futuro difunto.
Estos paradigmas fueron considerados el cumun maximus de la sanación, por lo que teorías nuevas eran consideradas despreciables y muchas veces heréticas. Por ejemplo, la disección de cuerpos humanos que sí practicaron los árabes, era considerada herética (eso de toquetear cadáveres no puede ser muy cristiano) e innecesaria: ya Galeno dijo que el hombre por dentro es igual al cerdo. Así que con abrir en canal a algún cerdo y mirar dentro, estaba todo hecho. El problema de todo esto es que los cerdos no tienen apéndice, así que muchos pobres desgraciados murieron de apendicitis (con perdón, "mal de costado"). Otro gran error de Hipócrates era considerar el pus como algo bueno: "el cuerpo está expulsando los malos humores", es por ello por lo que lucían tanto las gangrenas.
Diagnóstico
Para averiguar qué humor tiene rebelde el paciente, el médico comienza analizando la lengua ya que ésta proporciona gran información sobre la "cámara interior" (aparato digestivo e hígado). Se realizan palpaciones en el vientre buscando durezas (bilis negra), se observa que no haya exceso de bilis amarilla (fiebre) colocando la palma de la mano sobre el corazón, ya que ésta es la caldera del organismo y el centro del calor vital. Se escucha también el latir del corazón, ya que si late muy rápido es evidente el exceso de sangre en el cuerpo. Y por último se analizan los sentidos y secreciones corporales: esputos, vómitos, heces, sudor y sobretodo la orina. Muchos médicos se vanagloriaban de poder diagnosticar una enfermedad sólo con degustar la orina del paciente.
Tratamiento
Dependiendo del humor en desequilibrio se aplicaban unos tratamientos u otros.
- Exceso de flema (agua): Resfriados, diarreas, exceso de sudor... Se le aplica al paciente un buen vomitivo, para que expulse toda la flema corrompida.
-Exceso de bilis amarilla (fuego): Fiebre, delirios. Se someterá al paciente a baños templados.
-Exceso de bilis negra (tierra): Estreñimiento, dolores de estómago, mal aliento. Una buena lavativa o un purgante.
-Exceso de sangre (aire): Dolores de cabeza, nervios, latidos de corazón muy rápidos. Se utilizarán entonces sanguijuelas o se le pedirá a un cirujano que practique una sangría.
Hipócrates y Galeno dejaron claro que un buen médico no debía nunca "herir" al enfermo. Las sangrías, cirujías y otras trepanaciones corrían de la mano de los barberos-cirujanos.
Convalecencia
El enfermo ha de estar en habitación cerrada, pues a través del aire fresco se transmiten los miasmas infecciosos. La habitación no debe estar nunca a oscuras, pues la Muerte acecha en las sombras. El paciente debe guardar reposo absoluto, se prohíbe cualquier tipo de ejercicio incluido el sexo que podría matarle en su estado y se recomienda una dieta "sana": pollo, huevos, carnero, ciruelas, pasas y vino aguado.
Última edición por Maschera el Vie Jun 07, 2013 1:16 am, editado 1 vez
Maladie- Mensajes : 143
Fecha de inscripción : 26/12/2012
Re: Medicina medieval
Medicina Árabe y Judía
A diferencia de los cristianos, creen en técnicas de carácter higiénico (lavarse, quemar la ropa de los enfermos y lavarlos a su vez, limpiar el instrumental médico) para evitar la propagación de enfermedades. También creen en la utilización de brebajes anestésicos, muy consoladores para un enfermo que, en caso de ser tratado por un cristiano, sólo puede esperar ser atado a una mesa y emborrachado con vino. El principal adelante de estas dos etnias es que siguen los principios de Avicena, en lugar de limitarse a los dos primeros.
Avicena o Ibn Siná (como lo conocen los árabes) nació en el 980. De madre judía, fue un sabio musulmán educado en las Ciencias de la Física, Matemáticas, Filosofía y Lógica. No obstante, su gran pasión fue la Medicina, con sólo 17 años ya era un médico famoso. Médico de reyes fue famoso por escribir su Canon médico, en cinco volúmenes. En él se describen más de 760 dolencias con sus respectivos tratamientos y remedios. Es el primero en hablar de meningitis, pediatría, ginecología y describió detalladamente el aparato circulatorio y las partes del ojo.
Los sanadores árabes y judíos se dividían en varios grupos:
- Físico o alfaquí: era el médico como tal, quien seguía las enseñanzas de los tres sabios citados y que, adicionalmente, solía tener grandes conocimientos sobre lingüística para poder introducirse en todas las cortes a las que podía ser llamado. Debido a estas características muchos de ellos desempeñaban también labores diplomáticas. Vestían largas túnicas y calzas.
-Cirúrgico o cirujano: practicaban labores empíricas, generalmente siguiendo las indicaciones de un físico. Los árabes no creían en la cirugía debido a su excaso índice de éxito y su brusquedad. Los cirujanos sólo podían vestir túnicas cortas y ocasionalmente de color rojo.
-Boticario o apotecario: preparaban y conservaban los diferentes remedios y bálsamos que los físicos prescribían. Algunos de ellos improvisaban en sus recetas pero generalmente eran casos aislados. Los judíos tenían prohibido el uso de drogas en sus remedios.
-Menescal o albéitar: aquel que velaba por la buena salud de los animales, especialmente del caballo.
Diagnóstico
Generalmente, los médicos árabes y judíos pasaban consulta en su propia casa. El paciente llegaba con un frasco que contenía su orina como primer elemento previo al diagnóstico. Después el médico reconocía al paciente para comprobar cuáles eran sus dolores o dolencias y, normalmente, le tomaba el pulso en presencia de una mujer (ya fuera su esposa o su madre). Acto seguido comunicaba sus conclusiones a la familia, que esperaba en otra habitación, y de allí les enviaba al especialista que necesitaran según el tratamiento. De esta forma, los judíos construían verdaderas redes de médicos que rivalizaban los unos con los otros por mantener el poder sobre un número de pacientes determinado.
La medicina era considerada un arte y, por lo tanto, una ciencia. Según Aristóteles, toda ciencia tenía relación con cualquier otra, por lo que los médicos árabes y judíos creían que había días más propicios que otros para llevar a cabo una intervención.
Maladie- Mensajes : 143
Fecha de inscripción : 26/12/2012
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