Un buen jardín puede tener alguna mala hierba [S20-D2]

Había llegado temprano al lugar acordado para el encuentro con Ayashi. Durante un rato, caminó por los senderos del parque, dejándose guiar por las lineas que el agua de riego había dejado sobre la tierra. Meditaba sobre las tareas que le aguardaban a corto plazo.

Dentro de dos días partiría de la ciudadela al encuentro de Xue-san. Los cicatrizados que se había movilizado en busca de la sobrina de Hancock pronto quedarían fuera de su alcance. Cuando salieran del cuadrante blanco, la disponibilidad de la señal de sus comlog activaría una alerta. Si es que lograban salir. El resto de cicatrizados que lograran llegar a los discos residenciales encontrarían una nueva identidad que les ayudaría a ocultarse más eficazmente y protegerse de los cazadores, pero necesitarían más que eso. Tenía que procurarles un buen objetivo. O varios.

Había acudido solo, le había pedido a Akemi que se quedara investigando. Tenía dos objetivos que estudiar. Su tío y la prima de su padre. Ambos le conocían bien y no estaba de más conocer cuales eran sus debilidades y sus puntos fuertes. Quizás le fueran necesarios en un futuro cercano. Sus pensamientos fueron hacia otro miembro de su familia. Cuando descendiera a los discos debía encontrar un momento para dar un salto de fe.

A su alrededor las plantas creaban un entorno privilegiado, un lugar de paz y relajación. Era consciente de que un sitio así formaba parte del lujo reservado a los habitantes de la ciudadela. Se preguntó como habría sido en tiempos anteriores al cataclismo, cuando el hombre se internaba en la naturaleza a su antojo, cuando la humanidad se extendía por toda la extensión del planeta y no necesitaba de un útero artificial que la protegiera.

Por que eso era Isoka, era el huevo del que algún día los supervivientes de la humanidad eclosionarían para dar lugar al nacimiento de una nueva era. Detuvo su deambular y sus ojos buscaron la visión de Amanda, la gigantesca estatua que los protegía día a día como una madre amorosa. Mientras aguardaba la llegada de Ayashi, contempló el gigantesco rostro de piedra y sus labios se curvaron en una imitación de su beatifica sonrisa.

- Ohayô gozaimasu, Tadeo-san.
Shin hizo una ligera inclinación de cabeza, saludando al Ayashi. Sin dar una respuesta inmediata extendió un brazo, invitandole a caminar con él. Sin esperar a ver si le seguía, se giró y comenzó a deambular como antes, obligando a su interlocutor a seguir el camino que marcaba si quería continuar la conversación.

- Me alegra saber que realmente es importante para vosotros recuperar esa pieza, Tadeo-san. Como sin duda comprenderás, no me he hecho con ella en el tiempo transcurrido desde que te envié el mensaje ayer por la noche y nos hemos reunido hoy por la mañana. Aunque no ha sido por falta de tiempo. Quien sea que me ofrece esto para haceros daño, quiere dinero, mucho dinero. - Hizo una pausa en su caminar y buscó la mirada del Ayashi para evaluar su reacción al decirle la cantidad exacta. Era una cifra importante, escandalosa, aunque lejos de llegar a arruinaría al poderoso holding Shu Harajuku. Lo que Tadeo vacilara en aceptar pagarla, le daría una idea de lo valiosa que podría ser la información contenida en el módulo. Y si se negaba a pagar tal cantidad por excesiva, Shin sería un amable amigo que se ofrecería a compartir el coste del "rescate".

- No he perdido el tiempo desde que recibí esta oferta - continuó hablando mientras aguardaba la respuesta. - Aun no se quien está detrás de esto, pero sin duda es alguien que quiere dañarnos, agrandar cualquier grieta que pueda aparecer en el Cao Wei. Mis sospechas se centran en un grupo que se hace llamar los "durmientes", ¿has oído hablar de ellos? - Una pista falsa y una forma de obtener algo de información extra era algo que siempre convenía.

Shin mantuvo su expresión impasible a pesar de que la actitud del Ayashi no hacía sino confirmar sus sospechas.
- Tu mismo te respondes, Tadeo-san. Si son un grupo de resistencia Scar, ¿quien mejor puede tener motivos para dividirnos y vengarse por las caza de los cicatrizados? Para ellos todos somos el mismo grupo. Nipones. Atacaran a cualquiera a quien encuentren un punto débil. - dejó que su rostro reflejara preocupación y añadió - Pero dime, ¿que puede haber en esa pieza que sirva para amenazaros?

No creía que Tadeo cayera en una pregunta tan sencilla y le revelara lo que podría haber quedado grabado en la memoria del replicante. Sin embargo, lo que no dijera podía ser igualmente útil. Sus ojos no se apartaron ni un momento de su interlocutor, estudiaba tanto sus palabras como sus reacciones.
- Piden 5 millones... y si me lo han ofrecido a mi, es posible que también, hayan hecho la oferta a otros posibles compradores que quieran causaros daño, Tadeo-san. Debemos actuar con rapidez. - hizo una pausa dejando que el otro asimilara la idea de que Shu Harajuku podía verse acosada desde distintos frentes. - Sabes que dentro de dos dias partiré de la Ciudadela. Será la ocasión para que podamos recuperar esa pieza con discrección. Si puedes reunir el dinero para entonces, envía a alguien de tu confianza para que me acompañe. - Tras esas palabras, un nuevo intento para evaluar la importancia de la información obtenida en el módulo - Quizás incluso sea posible atrapar a quien envien para el intercambio, pero eso conlleva un riesgo elevado. Dime, Tadeo-san, en este caso, que considerarías más importante ¿recuperar el dinero y atrapar a quien esté detrás de esto o conseguir la pieza a toda costa?

Shin se detuvo en su deambular, para responder a la última puya de Tadeo con tono suave.
- Saberlo todo me convertiría en dios.

De las palabras del joven Ayashi, Shin extrajo un dato curioso. El padre de Tadeo no le confiaba a su hijo información que podía afectar a su poderoso imperio. Podía pensarse como una medida razonable dado el carácter imprudente de Tadeo, pero era un punto débil que bien explotado podría resultar bastante dañino. Shin reservó ese detalle en su memoria para un posible uso futuro y compuso una expresión apenada.

- Tadeo-san, entiendo que no quieras fiarte de mi, hemos tenido nuestras diferencias en el pasado. Pero, ¿no crees que si quisiera causaros daño habría guardado esta información para mi? No, como te dije en el mensaje que te envié la noche pasada, creo que alguien intenta dividirnos para hacernos más débiles. Te considero una persona inteligente. - Su mirada buscó la del Ayashi y su tono no podía parecer más sincero. - Y creo, realmente creo, que juntos podemos conseguir grandes cosas para nuestra gente.

- Me pedirás una prueba de que mis palabras son ciertas, te la estoy dando ahora. Te ofrezco mi ayuda para recuperar ese objeto. No se quien anda detrás, solo tengo sospechas, pero comparto esas sospechas contigo. Piden cinco millones para entregarlo, si puedes reunir ese dinero nos aseguraremos de que lo recuperes. Estoy seguro... -  hizo una pausa para dejar que sus ideas fueran asimiladas por Tadeo - estoy seguro de que tu padre se enorgullecerá de como has manejado este asunto.

Las palabras de Tadeo supusieron un momento de duda para Shin, ¿realmente era tan torpe como para pretender sonsacarle información sobre su hermano de una forma tan burda? ¿Le habría juzgado mal? ¿y en lugar de ser un chico impulsivo y mimado de pocas luces que parecía resultaba ser todo una máscara? De ser así la situación sería mucho más interesante. Mentalmente, dio un repaso a su planificación, teniendo en cuenta ahora la posibilidad de que el joven Ayashi resultara ser más inteligente de lo que pretendía. Al cabo de un par de minutos, empleados para fingir que estudiaba la petición de Tadeo, Shin llegó a la conclusión de que se trataba de una variable irrelevante. Sus planes eran lo bastante flexibles como para adaptarse a que su interlocutor resultara poseer una segunda naturaleza diferente a la que mostraba al mundo.

- Quizás Jirou-san pudiera ayudarnos - una vez más, evitaba resaltar el parentesco con su hermano. - Pero, para ello necesitaríamos dos cosas; en primer lugar localizarle, yo no se donde se encuentra y por lo que escuchaste en la reunión del Cao Wei, las arañas tampoco lo tienen claro. - Hizo una pausa, conteniéndose para no apartar las manos de Tadeo de sus hombros. El contacto físico siempre le incomodaba, en especial cuando provenía de gestos tan efusivos como los que solía hacer el Ayashi. - En segundo lugar, si consiguiéramos dar con él, aun tendríamos la tarea apartarle de su colección de cómics sobre chicas ligeras de ropas.

Shin negó con la cabeza, componiendo una expresión preocupada, como la del amigo que ofrece consuelo. - En esto, tendremos que bastarnos nosotros solos. - no dejó de tomar nota de otro detalle, ¿por qué no quería Tadeo pedir el dinero a su gente? ¿quizás se tratara de una metedura de pata suya o quizás quería comprobar hasta que punto estaría dispuesto a apoyarle? - Pero no voy a rendirme fácilmente ante quien pretende crear discordia entre nosotros. Consigue la mitad de los 5 millones y yo me encargaré de reunir la otra mitad. Te doy mi palabra de que juntos recuperaremos esa pieza.

Si Tadeo entregaba el dinero, una de las fases de su plan quedaría completada. Con ese dinero y las nuevas identidades que había preparado ayudaría a iniciar una nueva vida a los cicatrizados que sobrevivieran y llegaran al punto de reunión en los discos residenciales. Tenía un objetivo para ellos. ¿Quien mejor para capturar a los fugados de la prisión que la propia Scar? La paz y la estabilidad debían volver a Isoka, una paz que le permitiera dedicarse a su verdadero objetivo.

- Tendrás que elegir a uno de tus hombres en quien confíes para que traiga el dinero y me acompañe a recoger la pieza. No podemos demorarnos mucho. Partiré pronto, ya lo sabes.

Por si toda aquella intriga no tuviera suficientes ventajas; el dinero entregado por uno de los secuaces de Tadeo sería una posible prueba de su colaboración en ayudar a la Scar de espaldas al primer ciudadano. Ese sería un as en la manga que esperaba no tener que llegar a usar, pero siempre era bueno contar con algunos comodines para asegurar la victoria.