Un hombre para todo [S19 N3]

-A ver, vamos a repasarlo por última vez...- Nat estaba bastante nerviosa, no sabía dónde se iban a meter, pero a juzgar por la presión que la chica tenía encima, debía ser algo gordo.

-Tú eres mi guardaespaldas personal, tu vinculación con las Tríadas es nula, y la razón por la que estás conmigo es porque me han intentado asaltar de camino aquí. Si te piden que dejes las armas, lo harás; si te piden que te des la vuelta, lo harás ... y si te piden que me dejes sola, lo harás.- esa última parte no parecía gustarle mucho a la chica. Podía ver lo mucho que estaba sufriendo en aquella situación, cada pocos segundos se llevaba la mano a la garganta para disolver el nudo que parecía evitarle hablar. Al intentar acceder a su garganta, se topó con el presente de la baronesa.

-Santa Amanda... que no pregunten por el collar...- se giró y encaró la oscuridad del lago.


-No tardarán en aparecer... estoy segura...- Amanda iluminaba el centro de lago haciendo parecer que en él se ocultaba un gran secreto... quizás la clave de todos los males que los residentes padecían. En uno de los extremos del gargantuesco charco, podían verse fragmentos de la Colmena que no habían terminado de sumergirse del todo. El ataque a aquel centro de inteligencia de la SCAR había sido de lo más sonado en las últimas semanas.

-Tom... si de verdad eres mi amigo... quédate conmigo.

Tom Smith  seguía caminando observando su alrededor; aquella zona no le era de su agrado pero que podía hacer, simplemente tenía que esperar.

Escuchaba las palabras de Natasha, afirmando con la cabeza y asimilando todo lo que le estaba diciendo. La muchacha tenía razón y él estaba de acuerdo con ella, era un buen papel y el hacer caso era sumamente necesario para mantener la cuartada bien guardada.

Por la mente de Tom seguían pasando varios planes de escape, se quedaba ya sin palabras en el abecedario. Se quedó quieto, junto a Kim, como un buen guardaespaldas que vigila su entorno – Pues esperaremos… ya sabes… limítate hacer tu trabajo señorita Natasha y todo irá bien, es una simple entrega – su voz era tranquila, esa faena era demasiado difícil pero algo le inquietaba por dentro al ver los nervios de la muchacha.

“No te comas el tarro… será porque esta acojonada con lo de la baronesa albina “pensó el guardaespaldas para él mismo.

Sus ojos vislumbraron algunos fragmentos de la Colmena, aquel recuerdo hizo despertar de nuevo un sentimiento en su interior “Los mataré a todos… a cada uno de ellos… maldecirán el día que les dieron la vida… no tendré piedad… “dejó escapar un pequeño suspiro y su mente volvió a la actualidad al escuchar la frase de su nueva “amiga”.

- Tom… si de verdad eres mi amigo… quédate conmigo – la tensión en el cuerpo de Smith se encontraba  en el crujir de los zapatos que llevaba, dicho hombre para no demostrar su cierto nerviosismo o tensión se limitaba a descargarlo presionando con la punta de los dedos, de los pies, el suelo y acomodando la lengua en el paladar. Su rostro igual que antes y su cuerpo igual de relajado se hacían impasibles ante la tensión del ambiente; su mente trabajaba a toda máquina.

- Eso lo decides tú… - murmuró a los oídos de la mujer.

“Como me traicione… estoy en un verdadero apuro. Rodeado de enemigos, sin lograrlos divisar y sin cobertura... por eso no me gusta trabajar con alguien que apenas conozco “ apartó esos pensamientos de su cabeza, relajándose, no merecía la pena; lo que tenga que pasar pasará, de todas formas dentro de lo malo tenía muy claro que hacer.

- ¿Tardaran mucho? – dijo con su mismo tono de voz, serio y a la espera, paciente.

-Me extraña que no estén ya aquí...- comenzó a girar sobre sí misma y, entonces, dio un pequeño respingo cuando descubrió a dos figuras sentadas junto al lago en la oscuridad. Natasha se puso muy nerviosa, miró a Tom y frunció ligeramente el ceño. Comenzó a caminar.

-Llegas tarde, Kim.- la voz de una mujer emergió de una de las figuras. La chica se plantó frente a ella y trató de sonreír. Tom se percató de que los ojos de Nat no se dirigían hacia la mujer, sino hacia la otra figura.

-Sí, bueno, he tenido un problemilla viniendo hacia aquí... menos mal que mi chico estaba conmigo...- se acercó a Tom y le acarició el abdomen con una sonrisa forzada. Como un resorte, la otra figura se alzó y caminó hacia la pareja. Cuando su rostro se bañó en la luz, Tom sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Conocía a ese hombre... pero ¿de qué?


El tipo era muy musculoso, parecía tener la musculatura de un animal más que de un ser humano. Se acercó a la mujer y extendió la mano en total silencio. Nat miró primero a Tom y después se metió la mano en el escote para ofrecerle el anillo. Una vez depositado el anillo sobre la mano, ésta agarró también la muñeca de Natasha. La acercó hacia él y, con total naturalidad aspiró el aroma de su cuello. En ningún momento, sin embargo, dejó de clavar su mirada en el Sr.Smith.

-Os... os he traído la mercancía...

-Silencio.

Cuando la mujer dio un pequeño respingo Tom deslizó su mirada hacia donde la mujer se dirigía. Notó que Kim estaba muy nerviosa, le dedicó una mirada para tranquilizarla y un gesto para que fueran hacia allí. Mientras el señor Smith seguía a Natasha se percataba de su alrededor para intentar encontrar otros individuos ocultos en la oscuridad de la noche.

Su paso era lento, dejando escaso metro de separación con su “invitada”. Con seria mirada, Tom escaneó el rostro, físico y vestimenta de la mujer igual que el otro individuo que se encontraba sentado, su envergadura era prometedora.

Una ligera sensación recorrió la espalda de Tom cuando este logró ver el rostro de aquel hombre o bestia, le sonaba de algo pero ahora mismo no se acordaba ¿Quién era ese tipo?

Lo escaneó de nuevo, aquella musculatura no era muy normal parecía un oso. Se quedó cruzado de brazos escuchando las palabras de Natasha.

<< Quien coño serán estos tipos… >> pensó Tom, se percató como Natasha sacó de su escote el anillo y se lo entregó al hombretón. En el instante en que el desconocido agarró la muñeca de Kim para atraerla hacia él, Tom le agarró el antebrazo de Natasha, del otro brazo; notó la sacudida de aquel individuo y dio unos pasos hacia delante ya que tampoco quería partir por la mitad a la mujer. Su otro objetivo era permanecer cerca de aquel individuo dejando a Natasha como escudo para intentar prevenir algún golpe, por otra parte sentía el peso de su cuchillo táctico en el bolsillo interno de su manga de la americana, eso sería más efectivo que una arma de fuego que le pudiera sacar en aquella distancia; a la vez desde su posición tenía aquellas dos personas entre medio de él y la mujer que se encontraba con el hombretón.

- Ya hemos realizado la entrega, es momento de irnos ¿No, Kim? – la pregunta iba hacia Natasha Kim, sin dejar de mirar al armario empotrado; tenía que seguir haciendo el papel de guardaespaldas y ya habían hecho su trabajo, no hacía falta complicar nada.

Sus ojos seguían mirando a aquel animal. Tom se encontraba tranquilo, pero su sensación era como la de una goma bien estirada a la espera de que la suelten y salir disparada.

En el momento en que Tom abrió la boca, la mujer que se encontraba con aquel tipo emergió también de la oscuridad, justo en ese momento, Amanda emitió un fogonazo de luz que iluminó todo el lugar como si, durante unos instantes, fuera de día.


Aquella iluminación instantánea, le bastó a Tom para ser conscientes de su soledad. Dos hombres y dos mujeres, tenían lo mismo que perder. La mujer observó con gesto de sorpresa a Tom y, después, susurró algo al hombre. Éste pasó de mirar a Nat, a clavar su mirada en Tom y, súbitamente lanzó a Natasha a un lado mientras con la otra mano agarraba el cuello del Sr.Smith y lo tiraba contra el suelo, poniendo todo su peso sobre él.

-¿Intentas jugármela? Cicatrizado...- la forma en la que aquel hombre pronunció esa palabra, le transmitió que estaba en graves problemas. La mujer que lo acompañaba fue hacia Nat y la agarró por el brazo.

-¿Cicatrizado? ¿QUÉ? ¡No digas tonterías! Es mi escolta, sólo eso. ¡Déjalo en paz!

-No eres tú la que habla ahora.- la mujer silenció a Kim de un puñetazo en el estómago que la hizo doblarse. Después se acercó, obligándola a moverse, y miró directamente a Tom.

-Te conozco... trabajabas en el C.C antes del golpe de las Tríadas... ¿Qué cojones haces aquí? Será mejor que no me mientas, o mi chico dará buena cuenta de tus huesos.- mientras la mujer hablaba, la bestia comenzó a aspirar el aroma del cuello de su víctima.

Tom después de aquel fogonazo de luz, logró ver el rostro de la mujer y aquella mirada de sorpresa << Imposible… > pensó para él mismo, se avecinaba lo peor.

El movimiento de aquel hombre fue demasiado rápido, salió de sus pensamientos cuando notó la zarpa de aquel animal en su cuello, echo la barbilla hacia abajo intentando disminuir la presión que ejercía aquel hombre a la vez protegía el cogote al caer de espaldas en el suelo. Una de sus piernas, recogida con la planta del zapato en el estómago de aquel individuo con la finalidad de que no le aplastara, pero la presión que le ejercía en el cuello le empezaba a agobiar.

Escuchó la voz de aquel hombre << Mierda… >> de lejos la voz de Natasha también le llegó, miró de reojo como la otra mujer le propinó un puñetazo en el estómago dejándola doblada.

<< La cosa se está complicando… cada vez más… >>

El señor Smith escuchó la voz de la desconocida mientras una de sus manos luchaba por la muñeca de aquel monstruo, buscando uno de los puntos entre las venas y presionar para intentar que la fuerza de aquella mano disminuyera en su garganta y así poder contestar, la otra aguantaba el torso de aquel armario para que no le chafara. Se sentía agobiado y durante un instante lo visualizaba… sacar el cuchillo táctico y degollar aquella mole, sentir su sangre lavarle la cara y continuar acuchillándolo hasta destrozarle totalmente el rostro, sentir la calidez de aquel líquido rojo en sus manos, matarlo, descuartizarlo; pero tenía dos problemas, la mujer que no conocía y Natasha.

- N..no…p…u.d.o…hab.b.blll..ar… y...t..e.. .ae.ui..ovo..cas… - sí que podía pronunciar mejor, pero prefería hacerse pasar por alguien más débil, lo que le podía delatar era la mano, que presionaba el punto de la muñeca con firmeza – F…fuiil….elxfpulsdfado… de…..la… s..f..c.a.r… annftes…dlelflll gol.fpfe de lasf… dtriadas…..y..ogoo… trab..f.dsa.fja… en…l.a…C.I….. – se le caía algo la saliva entre los labios sintiendo como aquella mole… le estaba oliendo el cuello << Puto animal de mierda… >> - Efftoy… h..agf.fcienfdooo d.fe…lguadrdpppafladas….. de….Na.f..s.tha… Kim….sdfuuelfltamem...fifof..pfufta..... –

El examen olfativo pareció culminar tras el discurso ahogado de Smith. La mujer se acercó aún más a él y frunció el ceño. Sacó un dispositivo y lo dirigió hacia la cara del preso. El fogonazo de luz que emergió del aparato fue lo suficiente como para cegarlo durante medio minuto. La mujer miró entonces el aparato y soltó un bufido.

-Cómo odio las putas mentiras...- carraspeó y empezó a leer en voz bien alta. -Agente James Brandon... código ID: 19216 Cuerpo de Inteligencia SCAR- la mujer dejó de leer durante unos instantes y miró a James. -Así que expulsado eh...- su corazón palpitaba con fuerza, desde su posición podía ver el rostro de Natasha desencajándose cada vez más, descubriendo el pastel demasiado pronto.

-Estudió ingeniería armamentística... bla bla bla... oh, mira, esto es interesante, huérfano... quizás podamos utilizar esto L.- la mujer continuó arrastrando el dedo sobre la pantalla, indagando más y más en esa especie de enciclopedia biográfica que contenía. Smith no era estúpido, sabía qué artilugio estaba utilizando... un aparato que sólo podían tener pocas personas en toda la ciudad. Entonces su mente se aclaró, pues claro que sabía quien era esa mujer... Agente Lucy Ishimura, Cuerpo de Contención de la SCAR.

-Ya está bien. Os he traído lo que pedísteis y si no fuera por la escena que estáis montando ya nos habríamos ido de aquí. ¡Dejadle en paz! ¿Qué queréis conseguir con todo esto?- Nat parecía estar perdiendo los estribos. Lucy la miró y sonrió, apagando el aparato.

-Caos... los de tu estirpe han invadido Isoka, nos han violado como si fuéramos un jodido culo robótico, ni sentimos ni padecemos... ¿verdad?- ésta vez fue Ishimura la que se acercó a Natasha y la agarró del cuello. -Sangraréis una gota por cada lágrima que mis hermanos y yo hemos derramado... y créeme, son muchas.

Tom seguía inmovilizado y aquel fogonazo de luz lo dejó algo alelado y atontado << Mierda… ese fogonazo… me han descubierto… todo a la mierda, todo o nada >>.

El señor Smith intentaba zafarse sin éxito, aquella mole lo tenía bien agarrado. Se quedó quieto escuchando la voz de aquella mujer.

<< ¿Voy a morir aquí? Si me han descubierto los hombres de Kun… qué más da Natasha… ya no me servirá ni a mi, ni a Myshella. Me cagon en su puta madre… como aprieta el cabrón este… >> giró el rostro lo mínimo que pudo para observarla, fue en ese instante en que la recordó, era la Agente Lucy Ishimura.  

<< Pero qué coño… esa hija de puta ha traicionado a la S.C.A.R. Oriental traidora de mierda… >> seguía forcejeando de nuevo, sin mucho éxito pero cuando las palabras de Lucy llegaron a los oídos de Tom, este ceso por completo, relajando su cuerpo.

<< ¿Eh? Si ha dicho eso… no es una traidora… y si es una trampa para que caiga… Ohhh… no es momento de barajar hipótesis Tom >>

Por el rabillo del ojo observó a la oriental agarrar a Natasha del cuello, la reacción de Tom Smith fue inmediata, la reacción no fue impulsada por aquella mujer que apenas conocía que estaba en peligro, si no porque si aquel collar explotaba todos iban a morir. Agarró el cuchillo oculto en un bolsillo interno de la americana con un leve movimiento de la muñeca, para colocarlo en el cuello de aquel hombre que tenía encima. Aquel individuo podía sentir el filo de aquel acero rozar la zona de la arteria carótida; por la cercanía no le hubiera costado nada clavarlo pero cualquier movimiento haría que el filo de aquella arma acabara clavada.

- ¡Luc…y! – el nombre lo logró pronunciar bien – De…fjajle… el …cuefllloo…o…acaf.f.abaremo..sfo… muufefgtstasooo….Efllafa efta…confffmigoofooo… Eggdsftamoffs… ..en el..misf..omo ..babann..dooo…  dilflfle… al…lfgrofiflal…. Es.f..te….m.ef.e.fe. fustuelte…. Y…aclflafarearemos…ftodosoo….comofofoperffoofnas… coviivliza.das… y nof efeftendferemos.. meffjogrooo sifnfin gninfung … tipof.f..defdcofdnfsion…. – Tom mantenía el cuchillo en el cuello de aquel hombre, cualquier gesto sospechoso le incitaría a clavárselo. No tenía ganas de alargar esa situación, ya que era muy estúpida, estaba peleando contra los suyos por fin había encontrado a otros posibles S.C.A.R que buscaran venganza o eso imaginaba...

El hombre observó de reojo el cuchillo justo después de que Tom lo pusiera sobre su cuello. Ishimura pareció reaccionar con más preocupación que el propio hombre ante eso, tanto, que se alejó con las manos en alto de la chica. Natasha, por su parte, cayó rendida al suelo y miró con ojos húmedos a Tom, diciéndole con los labios: "Gracias".

-Brandon guarda el arma...- la mujer hablaba con nerviosismo mientras aquella bestia comenzó a acercar su cabeza hacia la de Tom. Éste mantenía la fuerza en su brazo, tratando de amenazar y hacer retroceder al hombre; nada más lejos de la realidad. -¡He dicho que guardes el cuchillo! ¡GUÁRDALO DE UNA PUTA VEZ!- Ishimura comenzó a perder los nervios y caminó en círculos unos instantes, pegándose pequeños tirones del pelo. El hombre continuó acercándose y la sangre comenzó a manar de su cuello, derramándose sobre la cara de Smith.

-¡LAZARUS, BASTA!

Entonces el hombre reaccionó y se levantó violentamente. Comenzó a gritar y a rugir, a caminar en torno a Ishimura como una bestia enrabietada, como uno de aquellos lobos de los que hablan las leyendas que observan a su presa justo antes de abalanzarse sobre ella.

-¡Cálmate, no estamos aquí para ésto!- el hombre sólo respondió con un rugido. Continuó caminando a su alrededor, el círculo se hacía cada vez más pequeño. -L... contrólate...- Ishimura empezó a desenfundar dos pistolas y entonces el hombre comenzó a correr hacia el lago, sumergiéndose y gritando cosas incongruentes. Echándose agua por encima. Ishimura terminó de desenfundar y apuntó con un arma a Tom y con otra a Natasha.

-Venga... hablemos...

Tom Smith mantenía el cuchillo en el cuello de aquella mole de músculo mientras miraba de reojo como Lucy se apartaba de Natasha con las manos en alto, algo que le hizo llamar la atención al señor Tom, pero esa atención duro poco.

<< Pero qué coño… >>

El S.C.A.R mantenía la mano firme notando como el filo se iba adentrando en el cuello del hombre, mientras este acercaba su cabeza a la de él, del cuchillo varios hilos de sangre emanaban goteando en el rostro de Tom.

<< Este tío está loco… va acabar degollándose >> de lejos escuchaba las palabras de Ishimura, que esta vez las ignoraba si cedía aquel hombre lo aplastaría.

Finalmente escuchó el grito de la S.C.A.R y aquel monstruo se levantó apartándose de Tom. El señor Smith se acariciaba el cuello sintiendo la sangre de aquel individuo por el rostro, tosió un par de veces dando varias bocanadas de aire para tomarse un pequeño respiro, corto pero necesario.

Miró hacia Lucy, a lo lejos miraba aquel hombre sumergirse en el agua y comportarse como un verdadero animal.

- Menudo compañero Ishimura... fuerza bruta sin limites… casi me parte el cuello como si fuera una nuez… ¿Es luchador de lucha libre? - con un pañuelo del bolsillo se limitaba a limpiar la sangre en el filo de su cuchillo táctico, estaba en el suelo, sentado, recuperando la respiración. Ahora se sentía más tranquilo, por el rabillo del ojo logró ver a la S.C.A.R sacar dos pistolas, apuntándolo a él y a Kim.

Respiró lentamente llenando sus pulmones, luego sacó el oxigeno de forma pausada. Se pasó el pañuelo por la cara, después se fue levantando poco a poco, con las manos en alto enseñando el pañuelo y el cuchillo. Con lentitud y dejando ver todos sus movimientos guardo el cuchillo en el interior de la manga. El pañuelo lo dobló y se lo colocó en el bolsillo, volvió a subir sus manos.
- Mira… no sé para quien trabajas, pero que hagas trapicheos con Kun… me deja mal pensar – su tono de voz fue serio, no se encontraba cómodo que le estuviera apuntando con una pistola – Ahora mi nombre es Tom Smith… y todo lo que puedas saber te lo ha dicho la máquina, aguanté hasta el último momento y al final tuve que ocultarme en los suburbios. No sé porque coño le has ordenado que me agarrara de aquella manera si sabías quien era. No tengo nada contra ti Lucy Ishimura y me alegra de saber que estas bien y estas en contra del golpe de hace unos meses. Acompañaba a la señorita Natasha a realizar una entrega y ahora estoy perdiendo el tiempo hablando contigo, en vez de hacer mi trabajo – hablaba con voz pausada, expresándose bien – Si te preocupa que trabajara para Kun, te equivocas no trabajo para él –

Inspiró aire poco a poco – Vamos… deja de apuntarnos con la pistola, ya he dicho que no tengo nada en contra tuya, encuentro absurda esta discusión – seguía con las manos en alto, no podía hacer nada pero si la conversación se alargaba mucho y ella no bajaba las armas no dudaría en sacar las pistolas al mínimo despiste de Lucy y la bestia, por lo menos para sentirse algo más seguro.

-He oído que Kun es el cabrón más inestable de los tres líderes de las Tríadas, sólo quería tantear el terreno y comprobar cuál es su proceder... pero veo que está muy jodido de la cabeza. Envíar a una cara bonita y su gorila con algo tan preciado como lo que cargáis...- de fondo se podía ver a aquella bestia sumergirse en el agua.

-Vale... bien... los dos sois unos putos policías. ¿Sabéis lo que os harán aquí abajo si alguien se entera? No sois muy bien recibidos por aquí...- Nat fue acariciándose el cuello mientras avanzaba dibujando un arco entre Ishimura y ella. El final de aquel arco era Tom, junto al que Natasha se arrodilló y cuyo brazo la chica agarró, aferrándose. Ishimura guardó silencio mientras trataba de comprender la relación que mantenían esos dos y, como si algo hubiera surcado su mente durante unos instantes, recuperó expresividad en su rostro.

-Queremos devolver el golpe a las Tríadas y hacernos con el control del sector de Kun. Robar esa perla es todo lo que necesitamos para realizar unos cuantos pagos y hacernos con más mercenarios y armas... Así que, tenéis dos opciones...- amartilló ambas pistolas. -Me dáis la perla y os piráis de aquí o morís aquí mismo.

Tom Smith escuchaba de forma atenta las palabras de aquella mujer, cada vez de forma más atenta como si le gustara el plan que estuviera ideando Lucy Ishimura, prestaba tanta atención que ni se percató que Natasha le había agarrado del brazo ni de sus palabras pero cuando la muchacha se arrodilló Tom se la quedó mirando.

- Natasha... no soy tu salvador, ni tampoco tu guardaespaldas, tampoco te he pagado para que me chupes la polla. ¿No estás viendo la situación? – movió el brazo para alzarla, vigilando siempre que no colara las manos por su americana, no se fiaba todos conocían su secreto y si le habían mentido estaba en clara desventaja.

Cuando Lucy acabó de hablar Tom le pidió a Nat que le diera a él la perla, este comprobó que fuera la verdadera, en caso contrario obligaría a Natasha a darle la verdadera – Nat, ni te muevas – los ojos de Tom miraban serios a Kim, luego se giró enseñando las manos donde en una estaba el anillo, se acercó un paso tendiendo la mano ofreciéndole el anillo a la mujer – Desearía que dejaras de apuntarme Lucy… no me siento cómodo que alguien me apunte y encima una antigua compañera. Hay otra opción, yo te entrego esto que buscas con tanto aprecio… y me dejas ayudarte con el golpe a las Tríadas. Tengo unos contactos que te pueden ayudar mucho y estarán muy interesados. No sé cuántas armas, ni cuantos mercenarios tienes… pero… toda ayuda que puedas recibir será buena. Kun es fuerte para ganarlo en forma abierta… estoy seguro que lo sabes y necesitas apoyo. Tenemos el mismo objetivo. Haciendo un pequeño paréntesis… necesito saber si te acuerdas de nuestra compañera Reira y si es así donde la pueda encontrar –

Se quedó quieto dejando que la mujer se acercara para recoger el objeto, la conversación aun duraba eso sí atento a saltar a un lado si esta se dignaba a disparar.

Natasha se apartó visiblemente ofendida tras el trato recibido, mucho más cuando le arrebató la perla que tanto protegía. Vio desde un lado el devenir de los acontecimientos y sintió la furia crecer en su corazón y trasladarse al resto de su cuerpo a través de su sangre. Ishimura contemplaba a Smith con las cejas arqueadas como si esperara que, en cualquier momento, alguien sacara una cámara oculta y terminara con aquella broma casposa y de mal gusto. Cuando Kim escuchó de nuevo el dichoso nombrecito no pudo aguantar más la tensión.

-¿¡En serio?! ¿Ni en una situación así puedes apartar un puto instante a la dichosa tipeja esa de tu cabeza? Eres penoso, Smith... PENOSO.

Ishimura miró sorprendida hacia Kim y ésta se giró de mala manera murmurando entre dientes. La ex-agente carraspeó y, cuando iba a hablar, Natasha volvió a interrumpir.

-No eres más que un perrito faldero... ¿y sabéis qué? Esto no va conmigo. Os he traído lo que pedisteis, dadme el dinero y me largaré de aquí o, por el contrario, lidiad vosotros con las consecuencias.- sus manos sobre la cintura parecieron poner punto y final a la conversación, al menos por su parte. Ishimura sonrió de medio lado y negó con la cabeza. El sonido de cientos de gotas indicó que aquel hombre regresaba de su particular baño.

-Sé dónde están muchos de los nuestros, pero si hablas de la Scheider creo que no está aquí abajo.- Lucy miró de soslayo al hombre que se acercaba, daba la sensación de que con él allí ya no tenía necesidad de estar en guardia. Guardó las armas y se acercó para tomar la prenda.

-¿De qué está hablando esa zorra? ¿Con quién estás Brandon?

El hombre gruñó a su espalda y, desde su posición, Tom pudo ver cómo Natasha y él se observaban mutuamente.

Al escuchar la voz de Kim, Tom se dio la vuelta para mirarla. La mirada era seria, su rostro decía que se callara, cuando ella dejó de hablar volvió la vista a Lucy y otra vez la voz de Natasha llegó a los oídos del antiguo S.C.A.R.

Tom se giró para mirar de nuevo a la invitada de Myshella – Penoso… un perrito faldero… - su mirada era seria – Era perrito faldero hace un tiempo, cuando estaba en la S.C.A.R era un perro faldero de las leyes que tenía que hacer cumplir para el bien de todos. Para ser S.C.A.R estuve tiempo preparándome, muchos años… y para que… para que unos hijos de puta asaltaran el coche patrulla donde me encontraba yo y mi unidad, para acabar en medio de un fuego continuo y sin pausa, para ver como morían mis compañeros, para ver como caían los edificios donde trabajaba, para ver como caían las estructuras ¡QUE REPRESENTABAN UN PUTO ORDEN PARA QUE RICACHONES VIVIERAN EN PAZ! – Señaló el cacho de la Colmena que se podía ver en el lago – En esa época era un perro faldero… intentaba hacer mi trabajo como me habían enseñado, todo lo que había aprendido… - dejó escapar un gruñido.

- Ahora… todo se ha ido a la mierda, parte de esos ricachones nos la han jugado. Todo lo que me han enseñado lo voy a utilizar para seguir vivo y para vengarme – su mirada era seria, hablaba solo hacia Natasha – Un perro faldero… - se reía solo – Que poco me conoces Natasha… que poco me conoces. Ahora cállate y si quieres seguir viva quédate a mi lado – el tono era de “ Ni respires… no sea que la cagues aún más " luego se giró para mirar a Lucy que había guardado las armas, Tom se encontraba más tranquilo.

- Si te interesa, para quien trabajo puede ayudarte… te llevaré hacia su sector y pediré que hable contigo. Seguro que aceptará escucharte de buen grado. Todo esto si te interesa claro, de todas formas antes de movernos Natasha tiene razón en algo, tienes que darle la parte del dinero que le corresponde, un trato es un trato y han de cumplir las dos partes. -

Su intención era que todo fuera como si no hubiera pasado nada, si Natasha no llevaba el dinero Kun podría sospechar y eso no le iba a beneficiar a ella y a él menos aun.

- Por cierto Lucy… Necesito saber información de Reira… ¿Esta viva? – esperaba la respuesta de la S.C.A.R cruzándose de brazos, para tener de esta manera las pistolas a mano. Antes de volver a mirar a la mujer hecho un vistazo al animal que había salido del agua, clavó de nuevo los ojos en los de Lucy.

Natasha observó desafiante a Tom y se cruzó de brazos indignada. Agachó la cabeza después murmurando cosas entre dientes y apartándose ligeramente del particular grupo. El hombre, empapado, llegó hasta ellos al parecer más relajado que antes. No obstante, quizás fuera sólo una ilusión óptica provocada por la humedad de la tela, pero daba la sensación de que su musculatura había crecido de un momento a otro. Ishimura miró de reojo hacia su compañero y sonrió, cruzándose también de brazos.

-No pretendíamos pagar en ningún momento, ¿para qué? Es más fácil partirle el cuello a la mosquita muerta y seguir jugando nuestras cartas.- miró directamente a Natasha y ésta dio un par de pasos hacia atrás. -Si es cierto todo eso que dices, Brandon, no me importará tener una entrevista con tu jefa pero, por favor, no me tomes por estúpida...- el hombre entonces se acercó a Kim y la agarró del brazo.

-Oye... ¡déjame en paz, gorila! Despojo trisómico...- el brazo del tipo se alzó y cayó sobre su nuca en un golpe seco. Lo último que vieron los ojos de Kim fue el suelo acercándose a gran velocidad hacia su rostro. La bestia rescató a la chica justo antes de estamparse contra el suelo, inconsciente, y se la echó al hombro.

-Hablaré con tu jefa, pero no en su sector. - miró a su compañero y éste asintió. Aún mirándolo a los ojos, Ishi continuó hablando a Tom. -Supongo que conoces Candytown... Es un lugar bastante divertido y las Tríadas no están tocando mucho los cojones por ahí, así que podremos vernos sin problemas. Parece que la chica te importa, así que será nuestra garantía de que no vas a hacer el estúpido antes de dejar claras las pautas. ¿Entendido?- su gesto se volvió serio y tajante.

-Mañana, justo cuando Amanda marque el ocaso en este local...- lanzó hacia el hombre una tarjeta holográfica con una dirección y un logotipo sugerente. -Si quieres ver a la chica viva, vendréis solos.

Tom se fijó en el corpulento cuerpo de aquel individuo, parecía que se había hinchado << Este tío se debe de haber inyectado esteroides anabólicos para aumentar la masa muscular… es una mole >>
Los ojos de Smith miraban los de Lucy seriamente, sobre todo cuando se negaban a pagar, algo normal y previsible si su objetivo era conseguir dinero con esa droga.

El antiguo S.C.A.R miraba lo que sucedía con el objetivo de analizar la situación, aquel gorila había noqueado a Natasha sin ni siquiera una orden de Lucy. << Estos... están muy bien coordinados o ya lo tenían todo preparado >> En el momento en que el grandullón se acomodaba a Kim encima, Tom reculó un par de pasos hacia atrás manteniendo una ligera distancia, tal vez por miedo pero su verdadero objetivo era otro.

Se limitaba a escuchar la voz de la S.C.A.R con seriedad, llevaba la mano a su mentón y en mitad de su frase se limitó a mirar el Intercom, como quien mira la hora pero toqueteándolo. Sus oídos seguían prestando atención a Ishimura mientras escribía en el mensaje.

“
”

En el mismo mensaje puso la localización donde se encontraba, por si desaparecía que tuvieran algún lugar donde buscar, guardo la herramienta pero con la grabadora de voz activada. Agarró la tarjeta holográfica y miró la dirección y el logotipo, memorizo dicha dirección y se la volvió a pasar a Lucy, lanzándosela.

-Bien… bien… Lucy Ishimura me sorprende vuestro royo psíquico que parece que os leáis la mente… estáis bien compenetrados seguro que hacéis buen equipo ¿Eh? O tal vez lo tengáis todo planeado – miraba a la pareja  pasando sus ojos de los de la mole humana a la mujer.

-Me toca mucho las pelotas que no le deis el dinero del “intercambio”,  me perjudica en mi trabajo; pero eres SCAR y entiendo tu propósito por lo que ya me las apañaré – Inspiró profundamente y dejó escapar el aire poco a poco – Me ofrezco voluntario a buscarte algo de ayuda que pueda interesarte para resolver intereses comunes y pides como billete a Natasha… ¿Te piensas que soy gilipollas? –

Se encontraba de brazos cruzados, notando las pistolas debajo de la americana, seguía sin fiarse – Me parece bien encontrarnos en otro lugar… pero es más, te daré mi número para que puedas llamarme y me vendría bien saber el tuyo así se podrían poner en contacto contigo, ya sabes simple precaución, no son pandilleros para quien trabajo son gente muy seria –

Sus ojos se fijaron de nuevo en los de Lucy – No me has respondido sobre Reira, necesito saber si está viva y donde – Tom dejó un tiempo para que la SCAR respondiera, una vez acabada la respuesta o si no digiera nada miraría de nuevo a la pareja pasando de la mujer al hombre – Por cierto… lamento lo del cuello, no era mi intención hacerte daño; pensaba que erais aliados de Kun – las palabras iban referidas hacia el grandullón y la verdad que eran sinceras.

-Bueno… ahora devolverme a Natasha y decidir si queréis contactar para quien trabajo, os adelanto que no serán tan inocentes de ir a un lugar sin hablar previamente con quien quieren negociar – miró al hombretón – Llevas una buena carga encima… - hizo gesto de señalarse el cuello – La cuenta atrás ya ha sido activada, vosotros mismos –

Se mantenía a la espera atento, a la minima que sacaran alguna arma él haría lo mismo y si hiciera falta dispararía. Ganas... ninguna, simplemente quería recuperar a Natasha e informar a Orenstei y que ellos se ocupara del asunto, él ya tiene trabajo.

Ishimura observó al chico tan fijamente como le permitía la oscuridad. De nuevo toda una retahíla aprendida en el colegio sobre policías y ladrones; Brandon empezaba a enfermarla.

-¿Otra vez con el temita?- al mencionar a Reira el hombre rebufó exasperado. La mano de Ishi sobre su hombro bastó para calmarlo.

-Brandon, Brandon, Brandon... tus tácticas para ocultar micrófonos son de libro de texto...- negó ligeramente con la cabeza. Desde el momento en que dijo "Lucy Ishimura", toqueteó su intercom y después mencionó su pertenencia a la SCAR, el anzuelo estaba echado. - Por alguna extraña razón, me creo que sirvas a alguien importante aquí abajo por lo que no vamos a matarte, chaval.- la mujer clavó su mirada sobre los ojos de Smith y sus labios se fruncieron en un gesto de desagrado. -Pero no pienso abrir la boca con un triste subalterno cuando podría estar hablando con quien dirige el cotarro.- chasqueó entonces los dedos y, de repente, las aguas del lago que Ishimura y su compañero tenían a la espalda empezaron a agitarse.

Del interior del lago empezaron a emerger una decena de hombres ataviados con máscaras de gas y rifles con mira de punto rojo. Todos ellos apuntaron directamente a Tom; unos en la frente, otros en el pecho. Ishimura sonrió y comenzó a caminar hacia él.

-Nos vamos a llevar a la chica...- continuó caminando hacia él. -... no te vamos a decir nada más...- llegó hasta él y comenzó a caminar a su  alrededor. -... ni números, ni nombres, ni datos sobre Reira...- el resto de hombres comenzó a salir del agua y acercarse hacia ellos.

-¿Y qué vas a hacer tú? Ser un niño bueno y llamar a mamá...- volvió a chasquear los dedos y los hombres se acercaron más rápidamente. La mole se acercó entonces, con Natasha al hombro, y se puso junto a Lucy y Smith.

-Quitadle todo lo que tenga, calzoncillos incluídos...- sonrió con malicia. -Que aprenda quién pone las reglas del juego...- un golpe seco le hizo doblarse de dolor. Para cuando sus rodillas tocaron el suelo, al menos cinco hombres se echaron sobre él y entre golpes e improperios fueron, poco a poco, despojándole de todo lo que tenía.

-Mañana... cuando Amanda se apague... no lo olvides James.

La luz era cada vez más difusa y la sensación de frío fue invadiendo más y más el interior de su cuerpo.
Cuando Smith recuperó el conocimiento, lo único con lo que contaba era su desnudez y un collar de cuero rudo atado a su cuello.