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Las tres máscaras [S20- D1]
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Las tres máscaras [S20- D1]
-Mira, me importa una mierda los problemas que tengas, ESE no era el trato.
-No, claro que no, y por eso deberías tener más cuidado por dónde caminas. Ahora está todo infestado de nipones y ¿quién se sienta frente al consejo? Desde luego que no soy yo...- la voz del hombre sonaba cada vez más estresada, fuera quien fuera la persona con la que hablaba, parecía estar sacando de sus casillas al joven político.
-Las pautas eran sencillas y yo he cumplido con mi parte del trato. Me da igual lo que tengas que hacer, como si se la tienes que chupar, pero dile a ese puto Huérfano que me dé lo que prometió.- colgó violentamente el intercom y, tras unos segundos de silencio, se escuchó un rugido de rabia y el aparato desmembrarse contra el suelo.
Lou se encontraba en una habitación contigua, no llevaba mucho tiempo en la suite pero desde luego había sido suficiente para escuchar parte de la conversación, una conversación muy interesante, desde luego.
Namori emergió con cara de pocos amigos del interior de la habitación. Tenía un aspecto lamentable, ésa había sido una constante desde la muerte de su madre y desde luego el paso del tiempo no parecía estar mejorando la situación. Miró a Lou con gesto de sorpresa, como si no recordara que estaba allí y, acto seguido, sus pies descalzos lo llevaron hasta el cristal de su ventana. Se apoyó sobre la misma y observó la ciudad a oscuras, iluminada únicamente por el cuerpo de Amanda.
-No recordaba que estabas ahí... espero no haberte incomodado.- la voz del chico sonaba machacada, agotada... no era para menos, había mucho en juego y todas sus piezas estaban siendo devoradas una tras otra.
-No, claro que no, y por eso deberías tener más cuidado por dónde caminas. Ahora está todo infestado de nipones y ¿quién se sienta frente al consejo? Desde luego que no soy yo...- la voz del hombre sonaba cada vez más estresada, fuera quien fuera la persona con la que hablaba, parecía estar sacando de sus casillas al joven político.
-Las pautas eran sencillas y yo he cumplido con mi parte del trato. Me da igual lo que tengas que hacer, como si se la tienes que chupar, pero dile a ese puto Huérfano que me dé lo que prometió.- colgó violentamente el intercom y, tras unos segundos de silencio, se escuchó un rugido de rabia y el aparato desmembrarse contra el suelo.
Lou se encontraba en una habitación contigua, no llevaba mucho tiempo en la suite pero desde luego había sido suficiente para escuchar parte de la conversación, una conversación muy interesante, desde luego.
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Namori emergió con cara de pocos amigos del interior de la habitación. Tenía un aspecto lamentable, ésa había sido una constante desde la muerte de su madre y desde luego el paso del tiempo no parecía estar mejorando la situación. Miró a Lou con gesto de sorpresa, como si no recordara que estaba allí y, acto seguido, sus pies descalzos lo llevaron hasta el cristal de su ventana. Se apoyó sobre la misma y observó la ciudad a oscuras, iluminada únicamente por el cuerpo de Amanda.
-No recordaba que estabas ahí... espero no haberte incomodado.- la voz del chico sonaba machacada, agotada... no era para menos, había mucho en juego y todas sus piezas estaban siendo devoradas una tras otra.
Artema- Mensajes : 1352
Fecha de inscripción : 03/07/2012
Re: Las tres máscaras [S20- D1]
Las palabras resonaron en sus oidos con fuerza, cargadas de rabia y frustración a su parecer. ¿Con quien estaría hablando? ¿que le había pasado? Había olvidado que habían quedado, pero no importaba al ver como aparecia en la sala donde ella aguardaba a que Albert Namori se diera cuenta de su presencia. Los restos del cansancio en su rostro su cuerpo, su aspecto descuidado la hicieron levantarse como un resorte y acercarse para comprobar que estaba de una pieza. Podia ver en sus ojos azules vivos y calidos, como habia sincera preocupacion.
Señor Namori, ¿esta bien? - dijo con voz algo quebrada al contemplar su dolor- no se preocupe.. no me asusto con facilidad.. es fácil olvidarse de mi presencia..
La chica sonríe preocupada mientras se acercaba, esa voz, esa forma de hablar la había preocupado como no. Para muchos solo seria una inversión, pero para ella era una forma mas de ver el mundo. El dolor que el sentía era palpable. Un joven caído en desgracia tras la desaparición de las ratas que poco a poco abandonaban el barco. Soledad.
¿Puedo preguntar cuanto hace que no descansas? -Dijo con una leve sonrisa tratando de confortare colocándose a su lado mirando la hermosa ciudad desde la suite, ni siquiera tocándole no se atrevería en estos momentos para no importunarle - ven conmigo, la oscuridad solo engendra oscuridad
Con un tímido gesto, le tendió una mano con la intención de llevarle hacia el sofá, pues la visión de una ciudad ahora perdida solo cubriría mas de sombras su animo cada vez mas desolado. Nunca la había visto asi, y casi le compadecía.
Señor Namori, ¿esta bien? - dijo con voz algo quebrada al contemplar su dolor- no se preocupe.. no me asusto con facilidad.. es fácil olvidarse de mi presencia..
La chica sonríe preocupada mientras se acercaba, esa voz, esa forma de hablar la había preocupado como no. Para muchos solo seria una inversión, pero para ella era una forma mas de ver el mundo. El dolor que el sentía era palpable. Un joven caído en desgracia tras la desaparición de las ratas que poco a poco abandonaban el barco. Soledad.
¿Puedo preguntar cuanto hace que no descansas? -Dijo con una leve sonrisa tratando de confortare colocándose a su lado mirando la hermosa ciudad desde la suite, ni siquiera tocándole no se atrevería en estos momentos para no importunarle - ven conmigo, la oscuridad solo engendra oscuridad
Con un tímido gesto, le tendió una mano con la intención de llevarle hacia el sofá, pues la visión de una ciudad ahora perdida solo cubriría mas de sombras su animo cada vez mas desolado. Nunca la había visto asi, y casi le compadecía.
Lousntack- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Las tres máscaras [S20- D1]
Albert miró la mano que le ofrecían con el ceño fruncido, como si la viera por primera vez en toda su vida. Finalmente, con cierto recelo, extendió su brazo hasta que ambas manos se unieron. Justo después aquella dulce voz lo guió hasta el sofá de la suite...
-... es cierto... esta no es mi casa...- Albert parecía bastante desorientado, aturdido quizás por la conversación que acababa de tener. O, por el contrario, dicha conversación era el resultado de su anterior aturdimiento.
-Lounstack... olvidé nuestra cita por completo...- como si de un chiquillo se tratara, el chico se tumbó en el sofá, apoyando la cabeza en el regazo de ella y dirigiendo su mirada hacia el exterior. Allá, en la distancia, se erguía Amanda con el mismo semblante hipócrita de siempre. Cómo odiaba esa puta estatua...
-Todo me está yendo mal... mi madre muerta, un sicario gobernando Isoka, mis accionistas traicionándome, la Cuore sacando mierda de mí, Delko con otro tío y yo... yo más solo que nunca...- Lou sintió las lágrimas caer sobre sus rodillas. -Cuéntame alguna de tus historias... lo necesito de veras... por favor...
-... es cierto... esta no es mi casa...- Albert parecía bastante desorientado, aturdido quizás por la conversación que acababa de tener. O, por el contrario, dicha conversación era el resultado de su anterior aturdimiento.
-Lounstack... olvidé nuestra cita por completo...- como si de un chiquillo se tratara, el chico se tumbó en el sofá, apoyando la cabeza en el regazo de ella y dirigiendo su mirada hacia el exterior. Allá, en la distancia, se erguía Amanda con el mismo semblante hipócrita de siempre. Cómo odiaba esa puta estatua...
-Todo me está yendo mal... mi madre muerta, un sicario gobernando Isoka, mis accionistas traicionándome, la Cuore sacando mierda de mí, Delko con otro tío y yo... yo más solo que nunca...- Lou sintió las lágrimas caer sobre sus rodillas. -Cuéntame alguna de tus historias... lo necesito de veras... por favor...
Artema- Mensajes : 1352
Fecha de inscripción : 03/07/2012
Re: Las tres máscaras [S20- D1]
Le cogio la mano con suavidad, sus manos cálidas y pequeñas, finas y cuidadas le rozaron con suavidad tirando de el poco a poco, tras dedicarle una sonrisa reconfortante calmándose a si misma con ella. Sabia realmente sabia que ahora estaba en una situación complicada, y no solo el. Lentamente se sentó a su lado y negó con la cabeza.
Tu casa es aquella que desees que sea, mi señor.. nada mas.. ni nada menos.. -Su voz suave sono mientras le miraba con esa mirada llena de viveza. Aun sosteniendole la mano con mucha suavidad.
No te preocupes, es solo una cita nada mas. sabes que solo has de llamarme para que venga, sea el momento que sea.. la hora da lo mismo. Lou esta aqui para ti. - Dijo la joven con suavidad mientras dejaba que apoyara la cabeza en su regazo, suave rozo sus cabellos al escucharle, la perdida de su madre, los enemigos de ella ahora caerian sobre sus antiguos fuertes. - sabes? las ratas siempre abandonan el barco antes de que se hunda.. sin luchar por que flote.. pero no estas solo, estoy aqui, no me ido. ¿No me sientes?
Le dejo un poco de tiempo mientras peinaba sus cabellos, su mente parecía divagar, sabia que el estaba sufriendo y eso la hacia daño, no le gustaba ver a alguien cercano sufriendo de esa forma, lentamente tomo aliento y empezo a contar una de sus muchas historias.
Había una vez un reino donde la verdad reinaba sobre todo, rozaba cada dia a cada uno de sus súbditos bendiciéndoles con la presencia de su luz y su fuerza. Envidiosas sus hermanas de cada dia ese ritual, observaron como día a día su fuerza en el reino disminuía. cansadas de estar siempre a la sombra de la verdad, urgieron un plan. La atrajeron con el miedo a una nueva amenaza que estaba empezando a devorar a los habitantes del reino. Confiada La verdad fue sin miramientos y Traición y Miedo, sus hermanas, la encerraron en una caja de negro metal. Abandonandola a su suerte en medio de la nada, donde nadie que se precie, donde nadie que quiera buscar la encontraría.
Sola y perdida La verdad paso largos meses sintiendo como su pueblo en verdad se apagaba, consumido por Miedo y Traición, perdio cualquier ilusion por regresar. Pues con sus dos hermanas en el poder ¿quien se acordaría de ella? todo parecia ir de mal en peor.. Hasta que un pequeño susurro llego hasta ella, ¡atraves del metal!
Tras decir eso dejo un espacio de tiempo para observarle mientras le peinaba.
¿Sabes quien es? ¿sabes quien encontró a la verdad?
Tu casa es aquella que desees que sea, mi señor.. nada mas.. ni nada menos.. -Su voz suave sono mientras le miraba con esa mirada llena de viveza. Aun sosteniendole la mano con mucha suavidad.
No te preocupes, es solo una cita nada mas. sabes que solo has de llamarme para que venga, sea el momento que sea.. la hora da lo mismo. Lou esta aqui para ti. - Dijo la joven con suavidad mientras dejaba que apoyara la cabeza en su regazo, suave rozo sus cabellos al escucharle, la perdida de su madre, los enemigos de ella ahora caerian sobre sus antiguos fuertes. - sabes? las ratas siempre abandonan el barco antes de que se hunda.. sin luchar por que flote.. pero no estas solo, estoy aqui, no me ido. ¿No me sientes?
Le dejo un poco de tiempo mientras peinaba sus cabellos, su mente parecía divagar, sabia que el estaba sufriendo y eso la hacia daño, no le gustaba ver a alguien cercano sufriendo de esa forma, lentamente tomo aliento y empezo a contar una de sus muchas historias.
Había una vez un reino donde la verdad reinaba sobre todo, rozaba cada dia a cada uno de sus súbditos bendiciéndoles con la presencia de su luz y su fuerza. Envidiosas sus hermanas de cada dia ese ritual, observaron como día a día su fuerza en el reino disminuía. cansadas de estar siempre a la sombra de la verdad, urgieron un plan. La atrajeron con el miedo a una nueva amenaza que estaba empezando a devorar a los habitantes del reino. Confiada La verdad fue sin miramientos y Traición y Miedo, sus hermanas, la encerraron en una caja de negro metal. Abandonandola a su suerte en medio de la nada, donde nadie que se precie, donde nadie que quiera buscar la encontraría.
Sola y perdida La verdad paso largos meses sintiendo como su pueblo en verdad se apagaba, consumido por Miedo y Traición, perdio cualquier ilusion por regresar. Pues con sus dos hermanas en el poder ¿quien se acordaría de ella? todo parecia ir de mal en peor.. Hasta que un pequeño susurro llego hasta ella, ¡atraves del metal!
Tras decir eso dejo un espacio de tiempo para observarle mientras le peinaba.
¿Sabes quien es? ¿sabes quien encontró a la verdad?
Lousntack- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Las tres máscaras [S20- D1]
La suave voz de Lounstack acunaba los pensamientos de Namori mientras éste se perdía en el mar de sus pensamientos. Amanda iluminaba el horizonte, ya oscuro a aquellas horas de la noche, y poco a poco giraba sobre sí misma en ese eterno baile de máscaras. ¿Pero quién en Isoka se había despojado de su máscara?
-No... ¿Quién?- Albert salió de su ensimismamiento para responder a la pregunta que la muchacha le hacía. Aún podía recordar la primera vez que la vio; su forma de sonreír, su tierna mirada que ocultaba un pasado oscuro. La conoció poco a poco y fue volviéndose adicto a su voz, a su piel, a sus recuerdos. Quizás aquella no era la relación más sana que había tenido, al fin y al cabo, él era sólo un cliente, pero desde luego parecía ser lo que necesitaba en ese momento.
-No... ¿Quién?- Albert salió de su ensimismamiento para responder a la pregunta que la muchacha le hacía. Aún podía recordar la primera vez que la vio; su forma de sonreír, su tierna mirada que ocultaba un pasado oscuro. La conoció poco a poco y fue volviéndose adicto a su voz, a su piel, a sus recuerdos. Quizás aquella no era la relación más sana que había tenido, al fin y al cabo, él era sólo un cliente, pero desde luego parecía ser lo que necesitaba en ese momento.
Artema- Mensajes : 1352
Fecha de inscripción : 03/07/2012
Re: Las tres máscaras [S20- D1]
Sus manos pequeñas y suaves siguieron acariciándole, su voz sonaba calida y tierna mientras le recorria con sus dedos, donde las palabras que en verdad no salían de sus labios resonaban en sus manos. Dulcemente se agacho un poco y poso un sincero y cálido beso en su frente.
La esperanza, olvidada ya por la verdad, había escuchado su déspero, y fue asta ella. Esperanza en un futuro, esperanza en remontar en volver a soñar, en volver a florecer. Con perseverancia y paciencia, La Verdad y La esperanza abrieron la caja, Juntas volvieron y desterraron del reino a la Traición y a el Miedo, pero como hicieron esto.. ya es otra historia. La soledad puede ser opcional, pero aveces no estamos mas solos que lo que nosotros queremos ver. No estas solo..
Lentamente giro el rostro del hombre para mirarle a los ojos dejandole ver los de ella azules y llenos de vida, mientras le rozaba la mejilla tratando de calmarle con su tacto.
Aunque no me creas, no estas solo..
La esperanza, olvidada ya por la verdad, había escuchado su déspero, y fue asta ella. Esperanza en un futuro, esperanza en remontar en volver a soñar, en volver a florecer. Con perseverancia y paciencia, La Verdad y La esperanza abrieron la caja, Juntas volvieron y desterraron del reino a la Traición y a el Miedo, pero como hicieron esto.. ya es otra historia. La soledad puede ser opcional, pero aveces no estamos mas solos que lo que nosotros queremos ver. No estas solo..
Lentamente giro el rostro del hombre para mirarle a los ojos dejandole ver los de ella azules y llenos de vida, mientras le rozaba la mejilla tratando de calmarle con su tacto.
Aunque no me creas, no estas solo..
Lousntack- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Las tres máscaras [S20- D1]
Repentinamente las luces se apagaron y una figura surgió de la oscuridad, iluminada únicamente por el resplandor tenue de Amanda.
- No, no estás solo...- una voz distorsionada, tanto que no sabrían si achacarla a una mujer o a un hombre, emergió de la figura. Acto seguido, la tela que caía sobre su "rostro" se agitó al surgir de la misma oscuridad otras tres figuras que rodearon a la pareja. Una de ellas, con formas femeninas, apartó a Lou mientras los otros dos agarraron a Albert y lo tiraron contra el suelo.
-¿¡Qué coño es ésto?! ¿Quiénes sois?- la voz de Albert sonó chillona y algo más infantil de lo que le habría gustado. La figura se acercó a él y con aquellos ojos vacíos escudriñó a Lounstack.
-Somos aquellos que viven en vuestra vigilia...- la figura clavó su mirada sobre Lou. -Nos hacen llamar Durmientes... y estamos aquí para hacerte confesar, Albert Namori.- la figura se inclinó súbitamente y se acercó poco a poco al rostro del chico.
-Dime... ¿por qué ordenarías asesinar a tu propia madre?
-¿Qué? No sé de que me estás AHHHHHHHHH- el crujido indicó que el brazo se había partido. Lou contemplaba todo desde el otro lado, vio cómo el brazo de Albert alcanzaba un ángulo imposible justo antes de ceder a la fuerza de sus captores. La mujer la sujetaba con fuerza.
-Respuesta incorrecta... te sugiero que te des prisa, no te quedan muchas articulaciones y cuando terminemos con las tuyas...- la máscara se dirigió hacia Lou. -Comenzaremos con las de ella.
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- No, no estás solo...- una voz distorsionada, tanto que no sabrían si achacarla a una mujer o a un hombre, emergió de la figura. Acto seguido, la tela que caía sobre su "rostro" se agitó al surgir de la misma oscuridad otras tres figuras que rodearon a la pareja. Una de ellas, con formas femeninas, apartó a Lou mientras los otros dos agarraron a Albert y lo tiraron contra el suelo.
-¿¡Qué coño es ésto?! ¿Quiénes sois?- la voz de Albert sonó chillona y algo más infantil de lo que le habría gustado. La figura se acercó a él y con aquellos ojos vacíos escudriñó a Lounstack.
-Somos aquellos que viven en vuestra vigilia...- la figura clavó su mirada sobre Lou. -Nos hacen llamar Durmientes... y estamos aquí para hacerte confesar, Albert Namori.- la figura se inclinó súbitamente y se acercó poco a poco al rostro del chico.
-Dime... ¿por qué ordenarías asesinar a tu propia madre?
-¿Qué? No sé de que me estás AHHHHHHHHH- el crujido indicó que el brazo se había partido. Lou contemplaba todo desde el otro lado, vio cómo el brazo de Albert alcanzaba un ángulo imposible justo antes de ceder a la fuerza de sus captores. La mujer la sujetaba con fuerza.
-Respuesta incorrecta... te sugiero que te des prisa, no te quedan muchas articulaciones y cuando terminemos con las tuyas...- la máscara se dirigió hacia Lou. -Comenzaremos con las de ella.
Artema- Mensajes : 1352
Fecha de inscripción : 03/07/2012
Re: Las tres máscaras [S20- D1]
Con su mano rozando el rostro de Albert y al sonrisa en sus labios sintió como dependiente la oscuridad pareció engullirlos, cual bestia negra devorando a ambos en su ponzoña. El cristal que era la paz que ahora tenian se rompio en mil pedazos cuando las palabras metálicas, ambiguas de esos enmascarados pareció llegarles a sus oídos.
El Miedo, esa hermana traicionera rozo a la joven de cabellos rubios. Buscando en la oscuridad la mano de su compañero pero en vez de encontrarla solo encontró el vació. No había ya nadie solo esas figuras fantasmales que parecían cercarles.
¡Albert!
Grito al notarle lejos, sintiendo como esa criatura que parecía haber salido de una pesadilla se acercaba mientras las palabras, parecían golpearla causándole mas miedo, ya sabia que estaba jugando a un juego mortal, estar cerca de Albert Nimori, actualmente era una sentencia de muerte, y ahora salidos del averno la parca había venido, tres moiras sacadas de sus pesadillas portando las tijeras que podrían poner fin a el hilo de sus vidas.
La que tenia delante, Atropos, por su mirada vacía hueca tenia cuerpo de mujer, pero también la crueldad de alguien que esta cerca de la muerte, las otras dos que no podía identificar, las otras dos moiras de las cuales ahora los nervios dejaban recordar su nombre. Al escuchar el grito de dolor la joven se estremeció, sus ojos se cargaron de miedo al ver ese brazo quebrado. Como habían conseguido llegar asta ahí, estaba claro, ya estarían ahí.
- No vivís en la vigilia si no en la pesadilla que creais al rededor de todos quien os mira, sois mas que las portadoras de la muerte, queréis arrancar palabras con dolor y daño en vez de verdad, dejarle.. os lo ruego.. no le hagais daño. Por favor
Sabiendo que recibiria un golpe con suerte, trato de acercarse hacia Albert, tratando de socorrerle, casi desesperada sabiendo perfectamente la consecuencia de sus actos, con los ojos cargados de lagrimas, preparándose ya para lo peor. Su muerte y la de Albert posiblemente estaba cerca.
El Miedo, esa hermana traicionera rozo a la joven de cabellos rubios. Buscando en la oscuridad la mano de su compañero pero en vez de encontrarla solo encontró el vació. No había ya nadie solo esas figuras fantasmales que parecían cercarles.
¡Albert!
Grito al notarle lejos, sintiendo como esa criatura que parecía haber salido de una pesadilla se acercaba mientras las palabras, parecían golpearla causándole mas miedo, ya sabia que estaba jugando a un juego mortal, estar cerca de Albert Nimori, actualmente era una sentencia de muerte, y ahora salidos del averno la parca había venido, tres moiras sacadas de sus pesadillas portando las tijeras que podrían poner fin a el hilo de sus vidas.
La que tenia delante, Atropos, por su mirada vacía hueca tenia cuerpo de mujer, pero también la crueldad de alguien que esta cerca de la muerte, las otras dos que no podía identificar, las otras dos moiras de las cuales ahora los nervios dejaban recordar su nombre. Al escuchar el grito de dolor la joven se estremeció, sus ojos se cargaron de miedo al ver ese brazo quebrado. Como habían conseguido llegar asta ahí, estaba claro, ya estarían ahí.
- No vivís en la vigilia si no en la pesadilla que creais al rededor de todos quien os mira, sois mas que las portadoras de la muerte, queréis arrancar palabras con dolor y daño en vez de verdad, dejarle.. os lo ruego.. no le hagais daño. Por favor
Sabiendo que recibiria un golpe con suerte, trato de acercarse hacia Albert, tratando de socorrerle, casi desesperada sabiendo perfectamente la consecuencia de sus actos, con los ojos cargados de lagrimas, preparándose ya para lo peor. Su muerte y la de Albert posiblemente estaba cerca.
Lousntack- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Las tres máscaras [S20- D1]
Cuando Lou dejó de hablar, la figura que parecía comandar a aquella bandada de cuervos se irguió súbitamente, observándola. Todo parecía bastante lejano entonces. Las otras tres figuras se separaron y observaron lo que ocurría desde cierta distancia. Incluso Albert dejó de gimotear por el dolor de su brazo, presa de la misma tensión que aquella figura ejercía.
-¿Lloras?- la mano enguantada del Durmiente se deslizó sobre el rostro de la chica, enjugándole las lágrimas. -No eres consciente de lo que ocurre... ¿verdad, niña?Este hombre va a morir por sus crímenes, crímenes graves contra su propia sangre y contra Isoka. ¿Y lo único que sale de ti son esas lágrimas?- se mantuvo en silencio, desafiándola con aquella mirada vacía. Albert dejó caer la cabeza contra el suelo, estaba lleno de sudor.
-En esa Academia vuestra os enseñan muy bien; agasajáis a vuestros clientes, les regaláis el oído y fingís que os importan. Pero ¿esto? ¿De dónde viene todo este melodrama? ¿De qué novela épica te crees que has salido?- la mano salió disparada como un látigo, girando el rostro de Lou violentamente. Justo en ese momento, las tres figuras golpearon fuertemente el suelo con la bota. -Hablas con figuras retóricas... hablas de rogar... de heraldos de la muerte...- de nuevo una bofetada; de nuevo un unísono golpe contra el suelo.
-Yo te quitaré la venda, para que tus ojos puedan ver la realidad... "la verdad" de la que tanto hablas...- la figura agarró del cabello a Lou y comenzó a arrastrarla con mucha fuerza hacia la ventana. Las tres figuras que la rodeaban golpeaban el suelo rítmicamente con sus botas, generando un ambiente de terror que se hacía casi insoportable. El Durmiente alzó a la chiquilla y presionó su cara contra el cristal.
-Dime, bella flor, ¿qué ves?
-¿Lloras?- la mano enguantada del Durmiente se deslizó sobre el rostro de la chica, enjugándole las lágrimas. -No eres consciente de lo que ocurre... ¿verdad, niña?Este hombre va a morir por sus crímenes, crímenes graves contra su propia sangre y contra Isoka. ¿Y lo único que sale de ti son esas lágrimas?- se mantuvo en silencio, desafiándola con aquella mirada vacía. Albert dejó caer la cabeza contra el suelo, estaba lleno de sudor.
-En esa Academia vuestra os enseñan muy bien; agasajáis a vuestros clientes, les regaláis el oído y fingís que os importan. Pero ¿esto? ¿De dónde viene todo este melodrama? ¿De qué novela épica te crees que has salido?- la mano salió disparada como un látigo, girando el rostro de Lou violentamente. Justo en ese momento, las tres figuras golpearon fuertemente el suelo con la bota. -Hablas con figuras retóricas... hablas de rogar... de heraldos de la muerte...- de nuevo una bofetada; de nuevo un unísono golpe contra el suelo.
-Yo te quitaré la venda, para que tus ojos puedan ver la realidad... "la verdad" de la que tanto hablas...- la figura agarró del cabello a Lou y comenzó a arrastrarla con mucha fuerza hacia la ventana. Las tres figuras que la rodeaban golpeaban el suelo rítmicamente con sus botas, generando un ambiente de terror que se hacía casi insoportable. El Durmiente alzó a la chiquilla y presionó su cara contra el cristal.
-Dime, bella flor, ¿qué ves?
Artema- Mensajes : 1352
Fecha de inscripción : 03/07/2012
Re: Las tres máscaras [S20- D1]
Soy consciente de lo que ocurre, soy completamente consciente de lo que quereis hacer, esto no es justicia esto es una venganza. Habláis con palabras vacías, acusaciones y nada mas. La sangre solo engendra mas sangre. Que es lo que quieres de mi, que ruege por el, lo hago libremente, por que creeo en mis palabras.
La voz de la joven parecia temblar un poco pero aun asi el uso de su palabra volvia a ser la de siempre el miedo la paralizaba mas aun al notar esa caricia rozar su mejilla enjugándole las lagrimas que no cesaban de caer. Pues sabia que ella y Albert moririan, no hay lugar para testigos en este baile de mascaras. Trago saliba el sonido de la bofetada que la habia dado había dejado algo mas que el sonido en su recuerdo, su mejilla rojiza ahora por la marca de esa mano en su palida piel parecia realzar mas su palidez ahora. Cuando iva a replicarle la joven recibio otro golpe.
Hasta las Moiras eran clementes!
Casi en rebeldía mientras la arrastraba hacia la ventana, golpeándola contra el cistal aguantando el llanto que no devia salir ahora de sus labios, su vida pendia de un hilo, queria gritar quería escapar pero no podía, solo la muerte, si era benévola llegaria antes del alba, a mano de Atropos y las moiras. No sabia como estaba Albert solo sentia el dolor de su cuerpo ahora mismo y como la obligaban a mirar esa ciudad que tanto había amado.
Hablas de realidad, hablas de verdad, pero solo son palabras vanas.. que veo? una pesadilla, la ponzoña de la sed de poder nada mas. Gente como tu, sin corazón, un teatro de mascaras que solo genera muerte y sangre.
La voz de la joven parecia temblar un poco pero aun asi el uso de su palabra volvia a ser la de siempre el miedo la paralizaba mas aun al notar esa caricia rozar su mejilla enjugándole las lagrimas que no cesaban de caer. Pues sabia que ella y Albert moririan, no hay lugar para testigos en este baile de mascaras. Trago saliba el sonido de la bofetada que la habia dado había dejado algo mas que el sonido en su recuerdo, su mejilla rojiza ahora por la marca de esa mano en su palida piel parecia realzar mas su palidez ahora. Cuando iva a replicarle la joven recibio otro golpe.
Hasta las Moiras eran clementes!
Casi en rebeldía mientras la arrastraba hacia la ventana, golpeándola contra el cistal aguantando el llanto que no devia salir ahora de sus labios, su vida pendia de un hilo, queria gritar quería escapar pero no podía, solo la muerte, si era benévola llegaria antes del alba, a mano de Atropos y las moiras. No sabia como estaba Albert solo sentia el dolor de su cuerpo ahora mismo y como la obligaban a mirar esa ciudad que tanto había amado.
Hablas de realidad, hablas de verdad, pero solo son palabras vanas.. que veo? una pesadilla, la ponzoña de la sed de poder nada mas. Gente como tu, sin corazón, un teatro de mascaras que solo genera muerte y sangre.
Lousntack- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Las tres máscaras [S20- D1]
-Respuesta incorrecta...
-¡NOOOOOOOO!- el alarido de Albert emergió de su garganta justo antes de que la figura presionara el gatillo de la pistola. El cristal de la ventana se rompió en mil pedazos mientras la bala se perdió en el infinito, quizás incluso llegara a atravesar a la propia Amanda; tal era su vileza.
El cuerpo de Lou cayó sobre la moqueta. La figura dio media vuelta y las gasas que envolvían su cuerpo acariciaron a la muchacha que yacía en el suelo. La sangre manaba de las diminutas heridas que los cristales habían provocado al salir disparados desde la ventana. Los esbirros del Durmiente se acercaron a Albert y lo agarraron mientras éste se debatía y gritaba.
-¡La habéis matado! ¡Hijos de puta!¡Despojos genéticos! Ojalá acabéis en la puta Umbra, pudriéndoos...- el golpe silenció la voz del chico y casi lo hace vomitar. Como si de un mago se tratara, el Durmiente indicó que alzaran el cuerpo inconsciente de Albert y éste, en el acto, se alzó ayudado por los brazos de las figuras.
En pocos instantes la habitación quedó en silencio. El Durmiente se acercó de nuevo al cuerpo de la chica y dejó caer junto a su rostro una máscara.
-En esta habitación han habido tres máscaras, chiquilla; la que yo llevo, visible a ojos de todos los demás; la que Namori lleva, visible sólo a ojos de los que conocen sus actos; y la que tú llevas, invisible incluso para ti... Aprende a ver el mundo, Lounstack; y el mundo se acordará de cómo verte.- la figura se alzó de nuevo y abandonó allí a la muchacha.
Lou estaba consciente todo aquel tiempo.
El disparo rompió el cristal directamente, sin tocar si quiera su cuerpo, la sangre mana únicamente de los cortes en su rostro. No obstante, el shock fue tal que la chiquilla no fue capaz de recuperar el control sobre su cuerpo; ni tan siquiera sobre su corazón hasta pasados largos minutos.
Cuando despertó en sí misma, descubrió la máscara junto a ella, y la ausencia de Albert y los hombres. Los cristales se habían anclado en su rostro; desfigurándola parcialmente... ¿qué haría ahora para sobrevivir?
Quizás simplemente necesitaba unos nuevos ojos... con los que ver el mundo.
-¡NOOOOOOOO!- el alarido de Albert emergió de su garganta justo antes de que la figura presionara el gatillo de la pistola. El cristal de la ventana se rompió en mil pedazos mientras la bala se perdió en el infinito, quizás incluso llegara a atravesar a la propia Amanda; tal era su vileza.
El cuerpo de Lou cayó sobre la moqueta. La figura dio media vuelta y las gasas que envolvían su cuerpo acariciaron a la muchacha que yacía en el suelo. La sangre manaba de las diminutas heridas que los cristales habían provocado al salir disparados desde la ventana. Los esbirros del Durmiente se acercaron a Albert y lo agarraron mientras éste se debatía y gritaba.
-¡La habéis matado! ¡Hijos de puta!¡Despojos genéticos! Ojalá acabéis en la puta Umbra, pudriéndoos...- el golpe silenció la voz del chico y casi lo hace vomitar. Como si de un mago se tratara, el Durmiente indicó que alzaran el cuerpo inconsciente de Albert y éste, en el acto, se alzó ayudado por los brazos de las figuras.
En pocos instantes la habitación quedó en silencio. El Durmiente se acercó de nuevo al cuerpo de la chica y dejó caer junto a su rostro una máscara.
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-En esta habitación han habido tres máscaras, chiquilla; la que yo llevo, visible a ojos de todos los demás; la que Namori lleva, visible sólo a ojos de los que conocen sus actos; y la que tú llevas, invisible incluso para ti... Aprende a ver el mundo, Lounstack; y el mundo se acordará de cómo verte.- la figura se alzó de nuevo y abandonó allí a la muchacha.
Lou estaba consciente todo aquel tiempo.
El disparo rompió el cristal directamente, sin tocar si quiera su cuerpo, la sangre mana únicamente de los cortes en su rostro. No obstante, el shock fue tal que la chiquilla no fue capaz de recuperar el control sobre su cuerpo; ni tan siquiera sobre su corazón hasta pasados largos minutos.
Cuando despertó en sí misma, descubrió la máscara junto a ella, y la ausencia de Albert y los hombres. Los cristales se habían anclado en su rostro; desfigurándola parcialmente... ¿qué haría ahora para sobrevivir?
Quizás simplemente necesitaba unos nuevos ojos... con los que ver el mundo.
Artema- Mensajes : 1352
Fecha de inscripción : 03/07/2012
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