Algo de luz sobre la verdad [D5 SXVII]

He perdido el contacto con SWAP y la situación en la ciudad no esta como para confiar en nadie. Necesito infiltrarme y por desgracia ahora solo puedo confiar en mi misma para hacerlo. Mis conocimientos sobre seguridad me dan cierta ventaja, pero está claro que necesito un plan avanzado para llegar hasta las profundidades de Lux Corp y acceder a la información que necesito. He pasado las casi dos semana desde que he vuelto a Crowder buscando información sobre los sistemas de seguridad de Lux Corp, buscando los puntos débiles a los que podía acceder. Tienen replicantes de seguridad y eso les hace tener un punto débil. He estudiado en profundidad los modelos, conozco los puntos débiles y posiblemente las modificaciones hechas por el señor Hancock no sean suficientes para defenderse de mi nuevo arma.

Tengo todo planificado, es una misión para una sola persona, no puedo arriesgarme a meter a nadie más en este asunto, Nalmesh y el resto deben encargarse de organizar la resistencia en la zona industrial de los discos residenciales. Nuestro acuerdo es claro, establecer varios puestos francos, organizar milicias de humanos D que desean pelear contra las Triadas y resistir todo lo que puedan, jugar al desgaste, usando tácticas de guerrilla. Todos con máscaras de gas. Los asaltos serán rápidos: se lanzarán cocteles de humo, se les disparará, se les robara las armas y se retiraran. Cambiar de posición cada noche es la clave de la supervivencia, sobre todo usando nuestros contactos con los transportistas para refugiarse en los suburbios en los momentos de mayor peligro, al menos hasta que la Triadas controlen la columna de Lux Corp., entonces todo será más peligroso. Esto no nos hará ganar la batalla pero les debilitará de tal manera que deberán enviar más refuerzos a esta zona de los discos, dejando las zonas residenciales más desprotegidas.

Por mi parte el plan es sencillo, enviar un virus desde Crowder a las mentes positrónicas de Lux Corp. Presentarme un cuarto de hora después como la técnico encargada de su reparación. Reconfigurar al replicante para evitar cualquier comando de autodestrucción, obligándole a destruir todos los sistemas de seguridad, especialmente de la sala donde me encuentre, y posteriormente atacar a todo al personal. Aprovechar el caos para iniciar la infiltración, llegar al archivo y allí encontrar lo que busco. Esta situación me da un rato para fugarme, pero en el caso de no conseguirlo activaré el plan de emergencia.

He desactivado las cámaras de seguridad y los sensores de la sala psy de Industrias Crowder. Este es el lugar desde el que los técnicos hacen los servicios de mantenimiento a distancia, existen una serie de protocolos de seguridad que aseguran la privacidad e independencia del cliente, pero esos protocolos son fáciles de romper con la interfaz apropiada propiedad de los altos directivos de la empresa. Hacer una réplica me ha costado casi dos años de trabajo, pero la mía a diferencia de las demás no deja rastros. He entrado en el departamento encargado de los replicantes de Lux Corp. He tenido que dejar inconsciente a la técnico con un sedante pero ahora tengo total libertad. Tengo el interfaz conectado a la base de datos y activo el programa, de repente todas las señales que indican la actividad de los cerebros positrónicos no muestran picos. Están completamente desactivados. Cuatro minutos después suena el dispositivo de comunicación, descuelgo.

- Crowder Inc., Supervisora Santana al habla, somos consciente del problema. Lamento comunicarles que esta reparación requiere presencia directa del equipo técnico, iré personalmente a arreglar el problema. Lamento las dificultades.

Sin dudarlo salgo de la sala vestida con el uniforme de mantenimiento con la visera con el logo de Crowder cubriéndome la cabeza. Es muy difícil que a estas horas nadie me vigile. Al salir del departamento puenteo el cierre electrónico y desactivo la apertura de seguridad, esto me dará varias horas antes de que nadie acceda a la sala o la supervisora Santana consiga entrar. Salgo del edificio sin que nadie me detenga y cojo el deslizador de mantenimiento dirigiéndome hacia el pilar de Lux Corp.

Al llegar a la puerta, vienen a recibirme un par de hombres, me insinuan que lo que ha sucedido a las maquinas ha sido un ataque intencionado. Siguiendo la política de empresa ni desmiento ni corroboro. Lo que sucede con los replicantes es algo que queda en Crowder, el hecho de tener esta información asegura el secreto profesional. Llego hasta la sala donde se ha quedado varada una de las maquinas con aspecto caucasico y muy musculoso, vestido con el uniforme de la Lux Corp y con bastante armamento encima.

Saco el comlog técnico y enchufo al cerebro positrónico la interfaz de pirateo . Tecleo durante un rato asegurándome de que todo está en su sitio. Una vez hecho eso, cargo el programa. 55%, 66%, 88%, 100%. Programa instalado. Memoria reparada. Transmitiendo señal positrónica al resto del sistema Lux Corp Security. Envío completado. Activando sistemas. Sistemas activados.

El replicante alza la cabeza y mira alrededor con atención. Los guardias de seguridad de Lux Corp le apuntan con sus armas, pero él antes de darles tiempo a reaccionar dispara contra mi pecho. Varias balas llueven sobre él, pero la maquina casi no sufre desperfectos, con una precisión milimétrica dispara contra los guardias dejándolos malheridos en el suelo. Los siguientes tres disparos van a las cámaras de seguridad, al control de puerta y a los dispositivos de sensores. Acto seguido agarra una de las armas de repetición de los guardias para salir por la puerta .

Me incorporo aliviada, el CGA ha frenado el impacto de la bala aunque lo ha destrozado. Bloqueo la puerta con un código y camino hacia los túneles de ventilación, ya frente a ellos desmonto la reja con un destornillador. Una vez hecho esto, introduzco la reja en el túnel, me aupo y empiezo a arrastrarme siguiendo el mapa que he memorizado. Tardo diez minutos en llegar a mi destino, puedo ver debajo de mi la sala de archivos, hay varias personas, pero ninguna es personal de seguridad solo el equipo de mantenimiento obligatorio para los días festivos.

Todo va sobre ruedas, me pongo la máscara de gas, me echo el pañuelo por la cabeza y saco una de las pistolas de la caja de herramientas . Reviento las cuatro cerraduras con disparos y la reja cae sobre el piso. Justo detrás impulsada por mi mano izquierda cae una bomba casera que expulsa un humo violeta. Engancho entonces el mosquetón de mi cinturón a un saliente del conducto de ventilación y me dejo caer mientras la bobina de hilo me hace bajar lentamente al suelo. Desengancho de mi cinturón la bobina y miro alrededor, está todo violeta, así que decido quedarme agachada, agazapada bajo un escritorio con la pistola desenfunda. Ahora juguemos a los terroristas. Tu turno.

Miras alrededor, el humo violeta se dispersa y decides sacar otra pistola de la caja de herramientas. Sales de tu cobertura alzando ambas pistolas al aire.

- Buenas tardes a todos. Mi nombre es Entalpia. Soy aquella que mide el justo intercambio en esta sociedad en la que vivimos y sí, como bien podréis ver, pertenezco a H.E.R.O.. Eso significa que no tengo nada contra aquellos que no posean un cerebro positrónico o que no pongan en peligro a Isoka. La HTV os dice que somos terroristas. Yo os digo que somos Heroes. Luchamos por vosotros y para vosotros, por vuestro futuro, para evitar que de aquí a unos años los in nipones os sustituyan por máquinas en pos de la eficiencia o cualquier otra amenaza que a ellos les de igual, como las Triadas, os hagan daño. - tomas algo de aire para dejar que lo asimilen, debes aprovechar para localizarles a todos - Ahora que han quedado claras mis intenciones necesito un voluntario. - agarras el portador de datos con dos dedos sin soltar la pistola dejándolo sobre la mesa y dando varios pasos hacia atrás - Necesito las grabaciones de seguridad de los vehículos del convoy atacado. Podéis decirme que no existen, pero sé que el señor Hancock no se arriesgaría a perder una mercancía tan valiosa sin ni siquiera saber quien se la ha robado. Deben haber cajas negras y registros de radar. Lo quiero todo. Como os he dicho no tengo nada contra vosotros a no ser que pongáis en riesgo Isoka, pero, cada minuto que pasa, uno de los atacantes del convoy está dañando a alguien en los suburbios, por lo tanto cada minuto que pase lo tomaré como que estáis colaborando con esos violadores y asesinos y cumpliréis con la pena que Isoka reserva para los cómplices de esos crímenes. - quito el seguro a una de las pistolas - La muerte.

Disparas contra la cerradura electrónica. Algunos gritan, otros se refugian como pueden mientras que unos pocos mantienen la compostura.

- ¿Algún voluntario?

Hancock apareció por una puerta situada a varios metros de Entalpía. Estaba vestido con un traje negro, su parche negro y su piel negra. Y sin embargo, parecía la criatura más luminosa de la habitación.

-Soy y tengo absolutamente todo lo que necesitas, no tienes por qué complicar las cosas y hacer de esto un secuestro.- Hancock caminó unos pasos hasta la barandilla de la pasarela que ocupaba. Abrió los brazos mostrando las palmas hacia el techo y, entonces, una pequeña rata saltó desde una viga hasta su hombro. El hombre, lejos de asustarse, acarició al animal.

-Mis trabajadores son todos civiles de origen humilde, déjalos ir.

Los operarios estaban totalmente aterrados, se miraban los unos a los otros e incluso alguno que otro rompió a llorar por la tensión de la situación. El humo violeta daba un ambiente onírico a la escena... ojalá fuera todo un mal sueño.

El mismo Hancock, eso sí que no te lo imaginabas. Esto complica la situación. Ahora hay que elegir entre quedarse con el jefe de la compañía del que no nos fiamos o con un grupo de asustadizos trabajadores. Esto no debería gustarte nada, Hancock ha llegado excesivamente rápido, eso significa que cualquier otro puede hacerlo. El pez gordo puede darnos seguridad más que unos pobres D, pero sin lugar a dudas va a intentar jugárnosla. Es tu decisión, pero por nuestro bien más te vale decidir bien.

- Bienvenido, señor Hancock. Llega usted en el momento oportuno. - haces un gesto con la pistola indicando que se acerque - Venga usted frente a mí y dejaré al resto marcharse. No tenga miedo, aunque usted sea tan responsable de lo que está ocurriendo como el que más, me interesa la información, no su vida. Ya pagará por sus crímenes cuando llegue el momento.

Te adelantas hacia la caja de herramientas y sin bajar la pistola derecha dejas la otra en el interior de la caja de herramientas, sacas del interior dos guantes de seguridad que lanzas a los pies de un técnico.

- Cuando el señor Hancock llegue frente a mí, junte el cable verde y el azul de la cajetilla, luego en el empalme genere una chispa con el cable rojo, eso les abrirá la puerta treinta segundos, entonces podrán salir todos. - miras a todos alrededor y alzas la voz - Si me entero de que alguien intenta llegar hasta nosotros, Hancock morirá; si alguien lo consigue, se activarán las bombas que tengo repartidas por el edificio y puedo asegurarles a todos, - dirijo mi mirada ahora al empresario - especialmente a usted, señor Hancock, que la destrucción que provocaré puede costarle algo más que la vida a usted mismo. Tal vez podría ser prudente avisar a sus equipos de seguridad de que nos dejen en paz.

El hombre obedeció las indicaciones de Entalpía y se fue acercando a medida que hacía gestos a los empleados para que se marcharan de allí. Una vez llegó junto a ella, Hancock escudriñó la máscara con cierto desprecio. Sólo un minuto más tarde ya se encontraban solos. Podría decirse que los empleados no tenían mucho interés en la salud de su jefe, pero como bien había dicho Entalpía, todos los peces gordos de Isoka tenían algún crimen por el que pagar.

-¿Por qué estás aquí? Venir hasta aquí para matarme es casi un halago... no es vuestro estilo. ¿Qué quieres de mí?- Hancock habló con franqueza y seriedad. Daba la sensación de que no sentía temor alguno por su vida, más bien parecía cabreado... como si alguien le estuviera haciendo perder el tiempo.

La rata de su hombro se escondió ligeramente ante la presencia de Entalpía.

-Tranquila, Lucy...- susurró.

- Esta es una oportunidad única. La rata del señor Hancock en persona - acomodas el arma en tu mano - y al otro lado del cañón. No puedo decir que no lo esté disfrutando, - céntrate, no hemos venido a esto. - pero a decir verdad su presencia aquí ha sido pura casualidad. Sinceramente esperaba que se quedara usted en su despacho, con sus escoltas, seguro y lejos de todo conflicto. Cualquier nipón inteligente lo hubiera hecho, pero se ve que usted tiene más cojones que la mayoría. - Estás sonando como un psicótica, no es lo que hemos venido a buscar aquí, este tipo es solo un medio, no un fin. - Lo mataría encantada, pero tanto usted como yo sabemos que eso no serviría de nada, esos hombres y mujeres asustadizos son los que deben ocuparse de usted, de todas sus maquinas apestosas y quedarse con el control de todo este complejo. Si yo le matara ahora, señor Hancock, cualquier otro hijo de puta compraría su empresa y se haría con ella. Sería cambiar una rata por otra, sin ningún beneficio.

No puedes darle tantas vueltas, no sabes si este hombre se esconde algún as tras la manga, si sigues mareando la perdiz se cansara. ¿Te han dicho alguna vez que eres una bocazas? Entiendo que disfrutes esto, entiendo tus deseos de apretar ese gatillo, pero necesitamos la información, él no es la mayor amenaza, están los mutantes y luego las triadas, debemos acabar con cada uno de ellos. Estás ansiosa, pero eso no es propio de ti, piensa con frialdad. Más adelante les llegará el turno, a lo mejor Hancock a esas alturas no sigue vivo y es a otro al que hay que meterle el tiro entre ceja y ceja, será una lástima haber perdido esta ocasión pero creo que habrá merecido la pena. Recuerda, tenemos una causa, no luchamos por odio, luchamos por salvar Isoka.

- Quiero las grabaciones de las salidas de los convoy en el último año, quiero que me cuente que pasó con el último, por qué cojones hay mutantes en la ciudad y que me diga quién es el Huérfano. Si me da toda la información, solucionaré el problema de sus replicantes, usted saldrá con vida y nadie sabrá nada de lo que descubra. Si no empezará a haber fuegos artificiales.

Hancock pareció paladear las palabras de la mujer, considerando cuál sería la realidad que se escondía tras sus preguntas. Tras unos instantes de tensión Hancock se encogió de hombros.

-No tengo ni idea de qué puede interesarle a HERO de todo eso, pero me es indiferente contártelo. Aunque la próxima vez te sugiero que envíes un fax, esto es una ciudad no la puta selva.- acto seguido se dio media vuelta y avanzó hacia su despacho. Echó a caminar y después giró la cabeza.

-Como comprenderá no tengo encima esos archivos, si me acompaña...- algo en su registro de voz había cambiado. -El último convoy, como Ted Wisdom se preocupó en divulgar, fue violentamente atacado durante su regreso del Pico Primigenio. El cargamento de Adamio desapareció junto con las vidas del 80 % de mis empleados, humanos todos ellos por cierto.- a Hancock le ponía enfermo la hipocresía de HERO. Comenzaron con un buen pie, luchando realmente por los derechos del ser humano original y combatiendo la intrincada red de trampas que los ciudadanos habían construido en torno a su gobierno y a sus juguetitos. No obstante, en este mundo había dos tipos de luchadores: quienes destruían sin ton ni son, Entalpía y el resto de gentuza, y quienes se aprovechaban de esa red para luchar contra ella misma, él.

Le habría gustado dar un discurso a Entalpía acerca de la verdadera lucha que él estaba llevando a cabo, iluminarla sobre el verdadero significado de la palabra "rebelión" y sobretodo descojonarse ante la hipocresía de la panda de tragafideos de poca monta que embestían contra cualquier empresario que destacara un mínimo. Él iluminaba Isoka, no Amanda. Él calentaba Isoka, no Amanda. Él alimentaba Isoka, no Amanda. "A cagar con vuestras gilipolleces de perezosos arrastrados."

-El jefe de expedición fue David Ross, conocido como "Dave el Guapo". Según sus informes y los vídeos que he podido ver, un grupo de mutantes asaltó al convoy y masacró a mis hombres. El problema de todo esto es que nos dimos cuenta demasiado tarde. Los mutantes suplantaron la identidad de algunos de mis hombres y se vistieron con el uniforme de Lux. El hecho de que sortearan la seguridad del Hades no es cosa mía, debería buscar en la Jefatura Central a ese respecto.- llegaron ante la puerta del despacho y el hombre abrió la puerta. Antes de entrar pasaron unos segundos y Hancock se giró, cerrando de golpe la puerta. -Creo que algunos de ellos sobrevivieron... no confío en Dave y mucho menos en el aparato administrativo de los exploradores... tengo indicios para pensar que el Guapo recibió algún tipo de incentivo en blanco a cambio de su silencio. Creo que él podría conocer mucho más de lo que dice pero desde hace días no ha pasado por la sucursal. Está cazando supervivientes, y yo tengo que encontrarlos.- endureció su mirada.

-Suena a quid pro quo. Yo le daré toda la información de la que disponga, y espero que la utilice para cazar a nuestro enemigo común.

- No hay quid pro quo que valga, señor Hancock, que usted salga beneficiado con esto es un daño colateral. Pienso cargarme a esos mutantes y si Dave el Guapo es culpable de que estén aquí acabaré con él también. H.E.R.O. no solo saca chatarra del mercado, buscamos la seguridad de los humanos, somos su ofensiva, su primera línea de batalla contra aquellos peligros que sus gobernantes fomentan o no son capaces de combatir y eso incluye a esa escoria mutante. Lo del ataque del 02 fue una provocación, muchos inocentes fueron dañados, hubo algún muerto y además aseguraron que querían destruir Isoka. Como comprenderá, no se les puede dejar existir.

No deberíamos estar siguiéndole hasta su despacho, no es una buena opción. Sé que nos hace falta el video pero debemos ser precavidas, estate atenta y ante cualquier sospecha dispara.

- Necesitaré un listado de los trabajadores del convoy y del aparato administrativo de los exploradores, nombre y apellidos con foto más toda la información que tenga respecto a ellos. El Huérfano es quien los está patrocinando, si sabe algo sobre él, quiero que me lo cuente. Y así con todo, creo que todavía tiene información útil que darme, y desde luego, si se le ocurre algo más puede enviarme a fax a la casa del Dave el Guapo.

Hancock abrió la puerta y, a pesar de que Entalpía esperaba algún tipo de sistema de seguridad o emboscada, nada ocurrió. El hombre caminó hasta una gran mesa empresarial copada de carpetas y diferentes soportes de información. Se sentó pesadamente sobre el sillón reclinable y Lucy descendió por su brazo hasta situarse entre la mujer y él.

-La lista de los trabajadores sería algo interesante, pero mucho me temo que no le servirá demasiado. He confirmado la muerte de todos salvo de 11. Le pasaré sus archivos. Creo que el Huérfano es un tipo influyente en el Happy Town, no me atrevería a decir que es un barón, pero tiene mucha mano allí. Sabían perfectamente dónde atacar y cuándo... y lo hicieron con disciplina.- extendió el brazo arrastrando una pequeña carpeta que contenía la ficha de los once trabajadores supervivientes. Hancock gruñó durante unos instantes, paladeando las palabras que iba a decir.

-No me asustan.- sentenció. -Ni los mutantes, ni el Huérfano ni HERO. Un hombre con un objetivo no puede dejarse avasallar por obstáculos humanos... y eso me hizo pensar. - se incorporó y se dirigió hacia un discreto armario metálico de la habitación. Lo abrió con destreza y agarró una bolsa de plástico que contenía un polvo negruzco y brillante. Se giró y lo lanzó sobre la mesa. Lucy, nerviosa, se acercó a examinarlo con su naricilla y, poco después, se apartó sin interés.

-Supongo que lo reconoce... adamita... caviar.- Hancock caminó hacia una ventana rectangular que permitía observar a los trabajadores sin que éstos observaran más que el logotipo de la empresa en movimiento sobre el cristal. Se metió las manos en los bolsillos y habló de una forma contemplativa. -Lux Corp es una empresa muy poderosa, pero ante todo fue concebida con unos fines mucho más humanitarios de lo que he conseguido. Los perros empresarios continúan extorsionando al obrero, especulando con el precio de la energía y, para colmo, confeccionando drogas de diseño a partir de mi materia prima.- sonrió. Aquella sonrisa hizo a Iuliana revolverse dentro de la máscara, una sonrisa oscura que presagiaba una gran revelación... una sonrisa como la de aquel hombre, blanco sobre negro.

-Pensé... ¿económicamente, a quién le vendría bien que Lux Corp perdiera todo un cargamento de Adamio, la totalidad de su equipo de exploración y parte de su prestigio?- se giró con la misma sonrisa y alzó la voz hacia el techo.

-Amy, archivo D6.

Her...Hermann... soy Stuart... no sé dónde te has metido pero todo esto no me gusta... - una fuerte respiración ansiosa sonaba en la grabación. -Han llegado los tipos estos y han empezado a petarme el almacén con un montón de cajas. Koe ha estado charlando conmigo y convenciéndome de que no tenía nada que preocuparme, pero ¿tengo otra opción?

No puedo pagar el alquiler y si no lo hago, enviarán a sus matones a partirme las piernas o algo peor... Hermann, ¿dónde te has metido, tío? Te necesito... Hermann... es caviar...- un quejido dio por finalizado el audio.

Sabra,,, Esto si no que no lo esperaba. Si es verdad, ha valido la pena.
 
- ¿Dónde se encuentra ese almacén? ¿Y quiénes son esos Stuart y Hermann? - es lo más importante sin lugar a dudas, a partir de ahí conseguir la verdad es más fácil.
 
Un almacén lleno de caviar necesita un cargamento desproporcionado de adamio para sintetizarlo, algo que solo se podría conseguir acumulando a lo largo de mucho tiempo material, algo que Sabra no ha hecho puesto que  la venta de caviar ha seguido en ascenso en los últimos años. o habiendo conseguido un cargamento gigantesco de golpe, algo que solo podía lograrse robando a Lux Corp. Ese Barón es muy listo. Ha jugado conmigo.
 
- Ese cargamento ya está perdido, pero sin lugar a dudas esas drogas hay que sacarlas del mercado lo antes posible, En los tiempos que corren, el precio bajará y la venta aumentará, no sabemos cuantas vidas pueden llegar a destrozar con esa mierda. - así me gusta recuperando el espíritu humanista.
 
Te alejas de él y sin dejar de estar atenta a sus movimientos.
 
- Sabra sin lugar a dudas está implicado, ¿pero cómo consiguió el contacto con los mutantes? ¿de verdad él organizó el golpe? ¿o solo sacó rédito? Hay pocas cosas claras excepto que ese cabrón se merece una bala entre ceja y ceja. Ni siquiera está claro que sea el huérfano. - miras a Hancock a través de la máscara frunciendo el ceño aunque no  pueda verlo - ¿Tiene algo más o me tendré que conformar con esto? - sacas un modulo de datos y se lo pones sobre la mesa. - Meta la información que  le he pedido.
 

El módulo ha sido diseñado por Attila, cumple una doble función, absorbe datos mientras instala un gusano que se establece en el ordenador. El gusano puede ser activado remotamente desde un comlog especialmente diseñado, da cinco minutos antes que los protocolos de seguridad estándar lo eliminen, antes de esos es indetectable y mientras tanto invulnerable. Siempre podría hacer falta sacarle algo más a Hancock.

Hancock observó el pad que le ofrecían y después miró a Lucy, como si pidiera su opinión. Sacó de su propio bolsillo un módulo nuevo y lo puso justo al lado del otro.

-¿Nunca le han dicho que no meta cualquier cosa en sus puertos? El consejo es bueno para casi todo... no sonrió. La rata paseó por encima de los aparatos y después se acercó a la mano de Hancock quien la empezó a acariciar. -En mi pad tiene toda la información que he recavado acerca de este tema, creo que no hay mucho más que pueda hacer por usted. Ahora, si me disculpa, tengo asuntos mucho más importantes que tratar. Encontrará las puertas desbloqueadas y el edificio vacío, nadie le seguirá y nadie le atacará. Está en sus manos concluir esta productiva reunión con un apretón de manos, o con su culo blanco pateado. - continuó acariciando a la rata quien no perdía de vista a Entalpía.

-Buenas noches, heroína.+

Entalpía fue entonces consciente de la situación, sin darse cuenta se había metido en la boca del lobo. Hancock estaba en su salsa, sobre su silla, acariciando a su rata y en su despacho. Los separaban varios metros, el disparo sería sencillo, pero aquel hijo de puta no era de los más poderosos de Isoka por nada, ¿quién sabe qué tenía en la manga?

Este tipo es un grandísimo hijo de puta, se está riendo de ti,  pero deberías relajarte. Asegúrate de que lo que dice es verdad y marchate de aquí, no sirve de nada comprobar si se está tirando un farol. No has venido a acabar con Lux Corp, si todo esto es verdad, a él le interesa tanto como a ti que Sabra salga de escena.

- Muéstreme las cámaras. - observas como todos los pasillos de la planta están cerrados sin ninguna clase de dificultad - Bien, todo en orden.

Cuando se despide haces un gesto con la cabeza.

- Igualmente, filántropo.

Corre, huye de aquí. Recorrer los pasillos no te costará nada, llegar al  archivo tampoco y de allí a meterte en la ventilación no hay nada.  Ahora es todo cuestión mía, el plan está cerrado, esperaré unos treinta minutos hasta reparar la puerta y saldré de allí, repararé los replicantes, y de nuevo a casa. Todo redondo. Pero por mí, por ti, por la ofensiva, corre, no me fio de este hijo de puta.