[Campamento Mestizo] La Llegada

A Sammus la rápida reacción de la chica le pilló por sorpresa. Tal vez pensara que tardaría más en salir del atontamiento del somnífero. Intentó apartar aquellas manos del cuello que le impedían respirar, aunque entonces solo lograra hacer que perdiera el aire más rápido. Su gemelo corrió a socorrerle, tirando de Sabrina hacia atrás y arañándole los brazos.

- ¿Te has vuelto loca? - repuso Sammus cuando se deshizo del forcejeo, ya bien lejos de la cama - Te estaba ayudando a recuperarte, ¡maldita sea! Parecías sufrir una pesadilla violenta.

- Tal vez sea por eso que se ha levantado así - replicó Angus. Había retirado sus manos de ella, dejándola que también se recuperase.

Sammus negó con la cabeza.

- Dile a Tobb y Gumper que entren, a ver si con lo que la digan se calma un poco - dijo el gemelo al otro.

Angus asintió y se marchó. No tardó mucho en regresar, seguido de una pareja de sátiros. Estos vestían la camiseta del campamento con el número veintidós en el dorsal y los bajos peludos al descubierto. Uno de ellos tenía el pelaje de un castaño tan claro que parecía rubio. El otro era mucho más oscuro y llevaba una gorra afro en la cabeza que se quitó al llegar. Los dos lucía una mirada tristona, como si quisieran disculparse por adelantado de algo.

Los gemelos decidieron dejarles a solas con Sabrina aunque por el camino, Sammus estuvo despotricando de la paciente sin que le importara que esta pudiera oírla. Los sátiros no parecían tener muchas ganas de hablar y esperaban que la rubia tomara la iniciativa. Cada uno miraba un punto fijo de la estancia, el rubio mirándose las pezuñas y el otro contando las velas apagadas de los alrededores.

La pararon los pies, entre otras cosas porque sintió nauseas nuevamente gracias a lo que le habían dado.

- Como si lo que van a decirme me vaya a servir para olvidar tu jeta de idiota...- Los gemelos se fueron, no sin antes amenazar Sabrina - ¡No he acabado contigo Samus comocoñoteapellides! ¿Me oyes? - dijo mientras se iba refunfuñando Sammus. No era una amenaza, era un hecho. ¿Le faltaba algo más a este puto campamento? se preguntaba Sabrina.


- ¿ De quién es el funeral? - dijo al ver las cenizas caras de las cabras humanas. Sabía perfectamente lo que le iban a decir, se lo había dicho el árbol parlante, aún así necesitaba concienciarse de ello.

Spoiler:

Los sátiros se miraron y el de pelambre clara resolvió a responder:

- Fuimos al lugar del accidente. Había plumas de arpía por todos lados, a consecuencia de la pelea. También había sangre, mucha sangre, pero no era de arpía. La policía intentaba establecer hipótesis sobre los destrozos como que en aquel lugar se hacían peleas de animales y apuestas ilegales y el dueño ha sido arrestado. Pero de tu amigo... No se sabe nada, es como si se lo hubiera tragado la tierra. El bar ha sido cerrado hasta que se produzca el juicio.

- En cuanto a la sangre encontrada, no parece ser de nadie. Se rumorea que el FBI va a intervenir. - intervino el otro. - Además, nadie parece echarte de menos. Ni en el instituto ni en el bar. El dueño dice que solo tenía contratado a un chico, a Jhon. Pero nadie sabe donde está. Han analizado la sangre pero no concuerda con ningún chico llamado Jhon. Es como si tampoco existiera.

- Sentimos no poder contarte más. Es todo lo que hemos podido averiguar. Quirón ha hecho una llamada para encontrar a tu amigo pero, siendo francos, no creemos que aparezca con vida.

Volvieron a callar, esperando que la chica asimilara toda la información. El chico de la cama de al lado se revolvió en sueños.