La manzana del Paraíso [M3 S14 // ¿?]

Salió de la tienda de disfraces con un aspecto diferente. Parecía más jóven, otra persona incluso. Había tardado un buen rato en dar con la peluca adecuada y unas lentes de contacto que no machacasen sus maltrados ojos, pero el resultado merecía la pena.


Una estúpida vergüenza le invadió al pasear por la calle. Iba disfrazado aunque a todas luces no lo pareciera, y un disfraz siempe te hace sentir incómodo al principio.
Caminaba alegremente hacia un rapidtrans que le dejaría según La Red cerca de la cale Nova cuando una duda le asaltó. ¿Cómo demonios iba a saltarse los controles de la Ciudadela?
Aunque Aries nunca había estado en la ciudad de los V, de todos era sabido que allá arriba no permitían el acceso a ciertos niveles de radiación. Sus niveles eran ínfimos, aunque detectables. Había sido tratado, pero esa mierda nunca desaparece el organismo.
Recordó que hace poco Urian Sahidi le había analizado la sangre. Quizás estuviese al tanto de sus niveles de radiación y de la legislación vigente en la Ciudadela. Lo mejor sería contactar con él. Iba a comenzar a escribir en el intercom cuando recordó que la SCAR podía estar rastreándole las llamadas. Una cabina pública sería lo más adecuado.

Doctor Sahidi, quisiera saber una cosilla. ¿El análisis que me hizo muestra los niveles de rdiación actuales del cuerpo?
Necesito entrar en la Ciudadela urgentemente y no tengo muy claro que se me vaya a permitir el acceso. Quizás sea buen momento para vernos y hablar traquilamente sobre esto y aquello.
Atentamente, su calvo preferido.

¿Resultaba esto demasiado cauteloso? Darío le había llamado esa misma mañana, pero cabía suponer que el tipo conocía alguna manera de hacer las llamadas de forma segura. Aries no.
Muy a su pesar debería retrasar unas docenas de grado sus pretensiones de espía. Debería haber hecho esto la noche anterior, pero uno no puede estar en todo. Quizás debería hacer caso a su subconsciente y hacer una visita a Abstergo un día de estos.

Pasó un grado, luego dos...Aries estaba a punto de enviar otro mensaje cuando su intercom sonó.

"Mr.Danel.
Tengo algo que comentar con usted. Espero podamos reunirnos cuando considere oportuno.
Att. Dr. Urian Sahidi.

Miró un poco confuso el mensaje. Lo releyó tres veces. ¿Cómo que cuando considere oportuno?¡Pero si acababa de escribirle diciendo que quería quedar, urgentemente! Lo normal habría sido recibir un lugar, una hora...No eso.
Para colmo le seguían enviando mensajes a su intercom personal. Eso tenía que acabar ya. Aunque no tenía muy claro cómo lograrlo. Quizás con una cuenta anónima de correo en la Red...
Se encargaría de ello en el términex, camino al Happy. Como aún estaba cerca de la cabina pública escribió:

Ok, doc. Pues que sea ya. Le espero en el Workshop.

Ese era el único sitio en el que le había visto, a parte del O2, y además había escuchado que pasaba consulta allí los días de lluvia. El mensaje iba sin atenciones ni dedicatorias, no estaba de humor y tenía cierta prisa; no sabía a ciencia cierta la ventana temporal del plan de Darío. Tomó el términex que le llevaría al Workshop y de camino aprovechó la conexión a la Red que el transporte ofrecía por un módico precio. Creó una cuenta de correo anónima, eligió como nick "El Carnero" y se dedicó a enviar el siguiente mensaje a todos los contactos que le pudiesen implicar con ciertos asuntos turbios, a saber Urian, Ápellön, Darío y Acuario. Después solo tendría que programar su comlog para que revisase los mensajes cada vez que detectase una conexión a la Red abierta.

Por razones que no vienen a cuento hay ciertos temas que preferiría no pasasen por mi intercom. Escribidme a través de esta dirección, os atenderé igualmente.
El Carnero

Pasaron unos preciosos grados hasta que el transporte público le dejó en su destino. Hubo una cosa en el trayecto que le hizo pensar. No todos podían pasar de los Subirbios a los Discos así como así, la radiación era controlada vía ID cada vez que se rebasaba la linea legal que separaba ambos niveles. Aries nunca había tenido problemas para pasarla. ¿Sería así de sencillo en La Ciudadela? Precisamente por este tipo de cosas quería ver a Urian, él debía saberlo.
Entró en el edificio esperando econtrar al nipón ya allí.